Es necesario cambiar el enfoque con que se ha abordado la pandemia de Covid-19, a fin de considerar su interacción con las enfermedades no transmisibles y la pobreza.
Así lo declaró el doctor Gustavo Olaiz Fernández, coordinador general del Centro de Investigaciones en Políticas, Poblacionales y Salud (CIPPS) de la Facultad de Medicina de la UNAM, al explicar que hasta ahora la respuesta contra el virus SARS-CoV-2 ha sido vertical, en vez de abordarlo como un ecosistema completo.
El académico universitario advirtió que “de no cambiar el enfoque actual, esto representará una amenaza futura para la salud y el bienestar de las personas. Estamos en un momento en el que es crucial abordar los impulsores subyacentes de la pandemia de las ENT que están alimentando la mortalidad por COVID-19; es decir, centrar las intervenciones en la reducción de riesgos para los más vulnerables”.
Sostuvo que es fundamental incidir en la prevención y control de las ENT, ya que incluso sin el impacto del COVID-19, 15 millones de personas fallecen anualmente de manera prematura entre los 30 y 69 años (85% en países de ingresos bajos y medios), debido a padecimientos crónicos de larga duración.
“Morir prematuramente a causa de las ENT tiene un impacto trágico en las comunidades; desde la profunda carga emocional y financiera de las familias, hasta la pérdida de productividad para toda una nación.
Los cálculos indican que las pérdidas económicas acumuladas ocasionadas por ello para los países de escasos recursos serán de más de $7 mil millones de dólares durante el periodo 2011-2025 (un promedio de casi $500 mil millones de dólares por año), lo que equivale a cerca de 4% de su Producto Interno Bruto (PIB) de 2010 ”, apuntó e hizo referencia al estudio “Enfermedades no transmisibles y COVID-19: una tormenta perfecta”, publicado recientemente en el BMJ Journals por Juan Pablo Gutiérrez, Profesor del CIPPS y las investigadoras Nina Schwalbe y Susanna Lehtimaki,
En dicho estudio se expone que las medidas de distanciamiento social provocaron interrupciones en los servicios de salud que afectaron el acceso a medicamentos, diagnósticos y tratamientos, incluso para las ENT.
El doctor Olaiz Fernández, indicó que si no se realiza un trabajo conjunto entre comunidad médica, iniciativa privada, gobierno y sociedad para actuar, la carga mundial de las ENT aumentará un 17% en 5 años, representando un riesgo para el crecimiento económico y el potencial de desarrollo de los países emergentes, sobre todo los de la región de Latinoamérica donde la probabilidad de fallecer por éstas es hasta cuatro veces superior que en las naciones desarrolladas .
Lo anterior, en el marco de la Semana Mundial de Acción sobre las Enfermedades No Transmisibles (ENT), en el que Upjohn convocó a comunidad médica, líderes de opinión, organizaciones civiles y medios de comunicación a participar en la primera sesión de la serie de pláticas virtuales “SOS – Acciones contra las ENT (Enfermedades No Transmisibles)”, donde se exploró el estado actual de estas condiciones de salud en países emergentes como México, Colombia, Costa Rica, Brasil y Argentina y los nuevos retos que han surgido para su atención a partir de la reciente pandemia, así como las medidas urgentes para reorientar esfuerzos y reducir su impacto.
Patrick Doyle, Gerente General de Upjohn Latinoamérica, indicó que “la pandemia por COVID-19 tiene un gran impacto en nuestra región con más de 8 millones de casos confirmados y más de 300,000 muertes. Desafortunadamente, los pacientes con mayor riesgo de contraer el virus SARS-CoV-2, también tienen una alta vulnerabilidad de verse afectados por ENT, como enfermedades cardiovasculares o diabetes, no tratadas o abordadas inadecuadamente. Por ello, eventos como el de hoy son críticos para apoyar a nuestros sistemas de salud y a sus pacientes, al resaltar