El encierro, el home office, las clases en línea, el temor al contagio, el seguir cumpliendo las recomendaciones sanitarias, así como estar sometido a altos niveles de estrés durante tanto tiempo ha provocado un desgaste emocional en la población identificado como “fatiga pandémica”.
Así lo alertó la psicóloga Araceli Franco Alcocer, quien explicó que el miedo, el estrés y la preocupación por el nuevo repunte de casos de Covid-19 son respuestas normales del organismo ante situaciones de incertidumbre, pero “no es normal acostumbrarnos a vivir estresados”.
Al participar en el webinar “Estrés en tiempos de pandemia y ¿cómo manejarlo?”, organizado por el Sistema de Salud del Tecnológico de Monterrey (TecSalud), que coordinó Fernando Castilleja, director de Bienestar y Prevención de TecSalud, la especialista destacó la importancia de que la población aprenda a manejar adecuadamente sus emociones.
Indicó que al inicio de la pandemia –hace más de un año y medio- la población estaba muy estresada por la llegada de un nuevo virus, lo que provocó temor al contagio e incertidumbre de lo qué iba a pasar. Recordó que al principio se hablaba de estar alerta a las noticias, lo que también provocó casos de infodemia e intoxicación, lo que incrementó los niveles de ansiedad.
Pero conforme ha transcurrido el tiempo, la situación no ha cambiado mucho; por el contrario, cuando se veía un descenso de casos y de fallecimientos viene un nuevo repunte provocado ahora por las variantes del virus SARS-CoV-2, además de la incertidumbre sobre la disponibilidad de vacunas, explicó la especialista al señalar que la exposición a estrés continuo y durante tanto tiempo ha provocado problemas de "fatiga pandémica", que se caracteriza por el desgaste y desmotivación de las personas.
La especialista señaló que la fatiga pandémica se caracteriza por el desgaste y la desmotivación, debido al impacto emocional que la población enfrenta debido a las restricciones, el home office, las clases en línea, el cierre de escuelas y, además, las dificultades de muchas familias para conservar su ingreso.
“Todo esto ha repercutido fuertemente a nivel psicológico y psicosocial en toda la población”, indicó la psicoanalista al precisar que la fatiga pandémica sigue teniendo impacto en la población a pesar del proceso de vacunación, porque las personas están al acecho de cómo evoluciona este proceso y bajo la incertidumbre de la llegada o no de vacunas.
Todo esto impacta emocionalmente a las personas y se manifiesta, principalmente, como estrés, que es una reacción natural del organismo y de la mente frente a situaciones adversas
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Cada persona, explicó la psicóloga Araceli Franco, reacciona de distinta manera ante la adversidad dependiendo de la interpretación que se haga de lo que está sucediendo.
Señaló que el estrés se manifiesta de tres formas, una es a través del cuerpo con síntomas orgánicos, como problemas gastrointestinales, dolor de cabeza y taquicardias; otra forma es a través del ánimo, como exceso de irritabilidad, pensamientos negativos, ansiedad o depresión, y, la tercera, son las manifestaciones del comportamiento, como el uso excesivo de sustancias, aislamiento, desánimo, estar alterado e irritable.
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