Uno de los propósitos más frecuentes con el arranque del Año Nuevo es bajar de peso, para que esto no quede solo en una buena intención, especialistas en conducta alimentaria destacaron la importancia de no caer en “antojos” ni dejarse seducir por “el ruido de la comida”.
Tras las reuniones y festejos decembrinos, muchas personas quieren perder los kilos extras que dejaron las cenas y los platillos navideños y de fin de año, y el reto para cumplir este propósito es no caer en la tentación y el antojo.
Todas las personas en algún momento han sido vencidas por antojos alimenticios, sin embargo, el problema existe cuando son difíciles de controlar, incrementando el riesgo de aumentar varios kilos extra, promoviendo el desarrollo de sobrepeso u obesidad, el cual afecta a más del 70% de la población mexicana, indicó la psicóloga y experta en conducta alimentaria, Anne Gaelle.
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Conocido como “ruido de comida” (food noise), estos antojos suceden por un bombardeo invasivo de pensamientos que empujan a las personas a comer de más, incluso cuando se está satisfecho, lo cual tiene un efecto perjudicial en quienes cursan por un proceso de pérdida de peso.
La psicóloga Anne-Gaelle, especialista en control de peso de Allurion, dedicada al combate de la obesidad, destacó que el ruido de comida puede ser causado por varios factores como patrones de pensamiento sobre hábitos y elecciones alimentarias que hacen sentir que se necesita restringir la alimentación o generan sentimiento de culpa.
Otro factor desencadenante son los de tipo emocional, como el estrés, la ansiedad o la tristeza, así como el incremento del hambre física, causado por la reducción de la ingesta de calorías, sin adaptar la elección de alimentos que promuevan sensación de saciedad.
La especialista también mencionó los cambios en el entorno, como estar rodeado de comida todo el tiempo o tener situaciones que te incitan a comer.
¿Qué es el "Ruido de la Comida"?
“El “ruido de comida” puede incitar a las personas no sólo a comer en exceso, sino también a pensar obsesivamente en el próximo refrigerio o comida. Se ha demostrado que esta situación aumenta mientras se está a dieta, lo que hace aún más difícil limitar la ingesta de alimentos”, explicó.
Anne-Gaelle destacó que con una buena educación y orientación en conducta alimentaria se puede ayudar a las personas a controlar el apetito, reducir el “picoteo”, la alimentación emocional y los antojos que aparecen con las dietas tradicionales.
Otra alternativa, indicó es el balón gástrico, el cual permanece en el estómago aproximadamente cuatro meses, en tanto un equipo multidisciplinario formado por médicos, nutriólogos y psicólogos - apoyados de soluciones tecnológicas y digitales por IA- rediseña los hábitos alimentarios en el paciente y desarrolla una estrategia para lograr una pérdida de peso saludable y sostenida.
Recomendaciones para controlar "el ruido de la comida"
1.- Puedes comer cualquier alimento: Cuando los pensamientos sobre la comida invadan tu mente, deja de decir que no puedes hacerlo, porque la prohibición aumenta el deseo. Sólo considera en qué momento y en qué cantidad puedes comer.
2.- Planea el momento: Si te invade el deseo de comer algo, pregúntate: ¿Cuándo vale la pena comer lo que deseo? Si empiezas a pensar de esta manera, entonces la atención se desplazará de la comida al plan en sí. Por ejemplo, si deseo comer un chocolate por la mañana, podría posponerlo para la tarde en la reunión con mis amigos. Al posponerlo, se reduce la ansiedad y hay un consumo controlado.
3.- Cambia el discurso del “ruido de comida”: En lugar de atender la instrucción inmediata que es comer el antojo, reflexiona primero si en verdad es necesario hacerlo o puedo dejarlo para otra ocasión; si obedece a un estado de estrés y no de hambre; o simplemente considerar si esta acción aporta a mi plan para mantener o reducir de peso.
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4.- Deja de sentir culpa: Son muchos los factores involucrados en el aumento de peso (falta de sueño, emociones, sedentarismo, etc.) y no sólo lo que comes. Al comprender que la comida satisface tanto las necesidades fisiológicas como las emocionales, podemos permitirnos comer de todo en cantidades adecuadas, sin sentir remordimiento.
5.- Planifica las comidas: Esto ayuda a prevenir el hambre física excesiva y los antojos repentinos, además de tener un mejor control de tu alimentación y limitar el “ruido de comida”.
Finalmente, la psicóloga mencionó que al reducir y controlar el “ruido de comida”, además de permitirnos pasarla mejor en épocas decembrinas, podremos cuidar el peso de manera eficaz y enfocar nuestros pensamientos en otras actividades que nos brinden bienestar.
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