La pelea que libran los cárteles de la droga en el país arrastra a miles de jóvenes quienes, ante la falta de oportunidades y la búsqueda de una vida fácil, como en las series de televisión, arriesgan la vida por tres mil pesos. En la escala del crimen, el último eslabón son los llamados “halcones” hombres o mujeres que por unos pesos vigilan entradas o salidas de colonias, barrios o pueblos.
Con celular en mano, observan los movimientos y avisan a sus jefes cualquier llegada de extraños, intercambios comerciales, venta de droga o posicionamiento de grupos que pudieran ser competencia.
Su aspiración es escalar en esta cadena de mandos, aunque no a todos les alcanza la vida, tal es el caso de uno de tantos jóvenes a quien se identificará como “Brayan”, de no más de 20 años, quien sometido por una banda opuesta narra para quién trabaja.
Reducido, con los pies amarrados, frente a hombres armados no tiene más opción que identificarse, aceptar que pertenece al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y quiénes son sus jefes.
Ante la pregunta ¿Cuánto te pagan?, Responde “tres mil 500 y en veces dos mil pesos, porque dicen que no tienen dinero”.En este video, que ha sido colgado en las redes sociales se escucha la voz de un hombre que lo interroga y con ironía dice: “¿No tienen para pagarle a sus halcones y así quieren hacerle la guerra a la Familia Michoacana?”.
El joven, que viste ropa parecida a la camuflada del Ejército, completada con un par de polvosos y gastados zapatos, sin calcetines, está sentado y tranquilo mientras detalla la escala de su organización, domicilios y nombres.
El final es trágico, el muchacho acaba con varios tiros en el cuerpo, sin siquiera decir una palabra, así acaban sus sueños de mucho dinero fácil.
Este sector de los jóvenes será aún más golpeado con la crisis que deja la emergencia sanitaria de Covid-19, así lo revela la Red por los Derechos de la Infancia que calcula más de 40 millones de niños y adolescentes “que aún son invisibles para la administración del país”.
Ellos quedan en medio de una guerra, sobre todo cuando la llamada Familia Michoacana anuncia su incursión a la zona sur del Estado de Morelos, todo bajo el liderazgo de dos cabecillas (El Pescado y El Fresa) líderes de esta organización en el Estados de Guerrero y Estado de México.
Esta nueva conformación, ha iniciado con la invitación de un presunto líder del crimen en Morelos apodado “El Maya”, que disputa la plaza con un par de hombres que liderarían la distribución de droga (Lino Crispines y Señor De La V) aunque estos disputan la plaza con “El Señor de los Caballos y “El Carrete”, este último, preso en el penal de Puente Grande.
Las disputas por esta plaza han atraído a varias organizaciones, mientras que la Familia Michoacana libra una batalla por apoderarse por completo del estado de Guerrero y Estado de México, y ahora podría instalarse Morelos para lograr una alianza y financiamiento que les permita enfrentar al CJNG.