La pobreza a nivel nacional de la población de niñas y niños menores de seis años es de 48.14%, revelan investigadores y especialistas.
Las entidades con mayores porcentajes de pobreza en primera infancia se ubican en el sur y centro del país. Ejemplos: Chiapas tiene el 79.3%; Guerrero 71.5%; Oaxaca 67.3%; Puebla 66.3% y Veracruz 63.7%.
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Alberto Tonatiuh Sotomayor Avilés, del Pacto por la Primera Infancia explicó que la diferencia en pobreza entre primera infancia y en la población en general es de 11.84 puntos porcentuales, en tanto que en pobreza extrema la diferencia llega a 4.52 puntos porcentuales.
El cuidado infantil no está reconocido en México como un derecho en sí mismo, subraya experto del Banco Mundial, durante el Simposio Contribuciones para la agenda de primera infancia 2024-2030, organizado por Early Institute y SIPI México.
Asimismo se resaltó que México es uno de los países de la OCDE con menor gasto público para el cuidado infantil, de apenas el 0.1 % del Producto Interno Bruto (PIB).
En el simposio en el que participaron representantes del Banco Mundial, la UNICEF, el Instituto Nacional de Salud Pública, el Instituto Nacional de Pediatría y el Pacto por la Primera Infancia, con el apoyo del Centro Mexicano de la Filantropía (CEMEFI), plantearon la necesidad de incorporar a la primera infancia en la agenda nacional con un alto grado de prioridad.
José Ángel Fernández y Annayancy Varas García, presidente del consejo y directora general de Early Institute, respectivamente, citaron la importancia de analizar los desafíos de la primer infancia mexicana, pues dijeron que sólo a través del análisis y seguimiento de los indicadores de primer infancia se podrán proponer accione a favor de las niñas y los niños de cero a seis años del país.
En tanto, Clemente Ávila Parra, economista sénior especialista en Práctica Global de Protección Social del Banco Mundial expuso que el marco normativo sobre el cuidado infantil es complejo, altamente fragmentado y discriminatorio, creando heterogeneidad no solo en la oferta de atención, sino en el perfil de las niñas y niños a atender, incluso en el costo por persona.
El cuidado infantil, añadió, no está reconocido en México como un derecho en si mismo. Esto incide para que exista un sistema de protección social fragmentado, contributivo en el que participan diversas instituciones y no contributivo a pesar de que participan los distintos niveles de gobierno.
El maestro Clemente Ávila Parra, resaltó que la oferta de centros de atención infantil es limitado en México, especialmente en los municipios más marginados del país.
Únicamente el 5 por ciento de las niñas y niños más pequeños o que integran la primer infancia, reciben servicios de cuidado infantil.
Puso como ejemplo la situación en el rubro educativo. Destacó que la cobertura de educación inicial ha ido a la baja en los últimos años ya que antes de la pandemia, entre los años 2019 y 2020, el nivel de cobertura era del 8.6 por ciento; en la etapa postpandemia, es decir en los años 2020-2021, bajó a un 5 por ciento y en la actualidad, en el 2022-2023, el nivel de atención de educación inicial es apenas del 2.7 por ciento.
Marcela Lucía Silveyra de la Garza, especialista en Práctica Global de Educación del Banco Mundial, presentó el estudio sobre servicios educativos para la primera infancia que forma parte de la propuesta de implementación de la Política Nacional de Educación Inicial (PNEI) en el país,
Planteó que esa Política Nacional debe partir de entender que no pueden ir por separado educación y cuidado; ambas son parte de la misma moneda y se deben analizar y atender de manera simultánea.
Por ello, la propuesta se sustenta en dos tipos de atención: para los niños de cero a 3 años a través de Centros de Atención Infantil, así como el apoyo a madres, padres y cuidadores, cuyos apoyos para la mejora del cuidado de las niñas y niños se puede generar en centros comunitarios o en casa, por ejemplo.
La doctora Martha Merlo, Oficial Nacional de Política Social del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (INICEF), habló de la importancia del cuidado infantil como un camino de mejora de condiciones de vida y desarrollo de las mujeres madres de familia y de los propios hijos el desarrollo.
Refirió que un cuidado infantil de calidad, accesible y asequible mejora el empleo materno, genera un mayor bienestar en las familias y aumenta el desarrollo infantil, además garantizar derechos.
En su intervención Alberto Tonatiuh Sotomayor Avilés, del Pacto por la Primera Infancia manifestó que la pobreza en este segmento población genera daños acumulativos e irreversibles, lo que otorga un sentido de prioridad, su atención en específico, por parte del Estado.
La media nacional en cuanto a pobreza extrema en las niñas y niños que forman parte de la primera infancia llega al 11.54 por ciento. Chiapas ocupa el primer lugar con el 39.7 por ciento.
Argelia Vázquez Salas, del Instituto Nacional de Salud Pública reveló que debido a la pandemia por Covid-19, los servicios de salud materno infantil se interrumpieron, lo que provocó que las consultas prenatales en las personas con seguridad social se hayan disminuido en un 28 por ciento.
Las consultas de niños sanos se redujeron en un 66 por ciento y la promoción de la lactancia y alimentación complementaria en personas con seguridad social bajaron en un 50 por ciento.
Propuso como tareas prioritarias garantizar que mujeres embarazadas y niñas y niños menores de 2 años de familias con índice de bienestar bajo reciban servicios de salud materno-infantil y que se asegure que los infantes menores a 5 años tengan acceso a la atención del niño sano para lograr su máximo potencial de desarrollo, prevenir enfermedades y evitar riesgos de mala nutrición infantil.
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