/ lunes 30 de septiembre de 2024

Obispos congratulan a Claudia Sheinbaum y abogan por mejores políticas públicas para México

La Conferencia del Episcopado Mexicano insta al Gobierno Federal que garantice seguridad, justicia y unidad nacional

Al elevar oraciones para el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de México, y a todos los mexicanos, miembros de esta nación, los obispos mexicanos, reiteraron su voluntad de sumarse a esta dinámica para convivir con justicia y solidaridad para todos.

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En la en víspera de su Toma de Posesión señalaron: “nos parece que la realidad habla por sí misma y exige, de manera inmediata, políticas públicas que garanticen la seguridad ciudadana, superen la pobreza y la desigualdad, y promuevan la unidad nacional y la concordia entre todos”.

Muy importante será trabajar con seriedad y visión, en el mejoramiento del Sistema Educativo Mexicano, tan descuidado recientemente por políticas públicas limitadas en los recursos y por la visión carente de un verdadero humanismo que forje el espíritu de la niñez y juventud mexicana para un mejor desarrollo en el presente y futuro. Necesitamos un nuevo pacto educativo.

En un mensaje firmado por la directiva de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM); Rogelio Cabrera, Arzobispo de Monterrey Presidente; Ramón Castro, Obispo de Cuernavaca Secretario General; Jaime Calderón, Arzobispo de León Primer Vocal; Gustavo Rodríguez Vega, Arzobispo de Yucatán Vicepresidente; Jorge Alberto Cavazos Arizpe Arzobispo de San Luis Potosí Tesorero General y Enrique Díaz, Obispo de Irapuato, externaron sus mejores deseos a la doctora Claudia Sheinbaum, quien asumirá el cargo de Presidenta de México a partir del 1 de octubre.

México, añadieron, tiene grandes retos que son oportunidad para crecer en participación y diálogo, superando la polarización, buscando la reconciliación hasta llegar a los acuerdos necesarios junto a todas las fuerzas políticas, -sin aniquilar a las minorías-, para construir, desde el dialogo y el consenso, el proyecto del bien común para que la sociedad mexicana viva en paz.

“Como Pastores de la Iglesia Católica en México, pero también como ciudadanos mexicanos, además de nuestras felicitaciones, oraciones y buenos augurios, nos permitimos expresar los sentimientos de esperanza que tenemos al comienzo de esta nueva etapa de gobierno, tratando de reflejar lo que hay en el ánimo de millones de ciudadanos”, indican.

La CEM subrayó que un pueblo muy apreciado en el mundo por su hospitalidad y calidez, por su generosidad y creatividad que debe ser custodiado cuidadosamente. Creemos que al llegar, por primera vez a la Presidencia de la República una mujer, sabrá tener una gran sensibilidad y respeto impulsando todo aquello que redunde para el bien y el desarrollo social de todos los ciudadanos.

Estas políticas deben ser impulsadas y garantizadas desde el gobierno de la República por el mandato constitucional que tiene y por las herramientas y los recursos con los que cuenta para lograr el propósito de la paz social. Nunca más el dominio del crimen organizado ni de la delincuencia en general.

Piden a Claudia ceñirse al marco legal

Tenemos la convicción de que México debe ser un país donde gobierno y ciudadanos respeten las Leyes, teniendo como marco de referencia la Constitución con la que nos identificamos y que no puede ser violentada por sectores sociales o políticos que pasen por encima del conjunto de la Nación.

“Estamos convencidos, con millones de mexicanos, que México está llamado a volver a vivir en un verdadero Estado de Derecho Democrático, constituido por una Federación de Estados autónomos, con equilibrio de poderes, que nos hace ser una República confiable para todos. Sin confianza no hay desarrollo, ni futuro estable”

Desde el pensamiento humanista de la Iglesia, reconocemos la dignidad de toda persona como un principio inviolable y fundamento de todos los derechos humanos, como lo reafirma la reciente declaración Dignitas infinita del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Asimismo, reconocemos en la libertad un valor fundamental y trascendente que se debe promover, articulando su implementación con el ejercicio de la responsabilidad.

Necesitamos vivir en un Estado democrático que respete los derechos humanos para todos los ciudadanos, fortaleciendo las instituciones que garantizan el ejercicio pleno de estos derechos y fomentando una cultura de respeto mutuo y participación ciudadana.

Síguenos en Facebook: La Prensa Oficial y en Twitter: @laprensaoem

Al elevar oraciones para el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de México, y a todos los mexicanos, miembros de esta nación, los obispos mexicanos, reiteraron su voluntad de sumarse a esta dinámica para convivir con justicia y solidaridad para todos.

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En la en víspera de su Toma de Posesión señalaron: “nos parece que la realidad habla por sí misma y exige, de manera inmediata, políticas públicas que garanticen la seguridad ciudadana, superen la pobreza y la desigualdad, y promuevan la unidad nacional y la concordia entre todos”.

Muy importante será trabajar con seriedad y visión, en el mejoramiento del Sistema Educativo Mexicano, tan descuidado recientemente por políticas públicas limitadas en los recursos y por la visión carente de un verdadero humanismo que forje el espíritu de la niñez y juventud mexicana para un mejor desarrollo en el presente y futuro. Necesitamos un nuevo pacto educativo.

En un mensaje firmado por la directiva de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM); Rogelio Cabrera, Arzobispo de Monterrey Presidente; Ramón Castro, Obispo de Cuernavaca Secretario General; Jaime Calderón, Arzobispo de León Primer Vocal; Gustavo Rodríguez Vega, Arzobispo de Yucatán Vicepresidente; Jorge Alberto Cavazos Arizpe Arzobispo de San Luis Potosí Tesorero General y Enrique Díaz, Obispo de Irapuato, externaron sus mejores deseos a la doctora Claudia Sheinbaum, quien asumirá el cargo de Presidenta de México a partir del 1 de octubre.

México, añadieron, tiene grandes retos que son oportunidad para crecer en participación y diálogo, superando la polarización, buscando la reconciliación hasta llegar a los acuerdos necesarios junto a todas las fuerzas políticas, -sin aniquilar a las minorías-, para construir, desde el dialogo y el consenso, el proyecto del bien común para que la sociedad mexicana viva en paz.

“Como Pastores de la Iglesia Católica en México, pero también como ciudadanos mexicanos, además de nuestras felicitaciones, oraciones y buenos augurios, nos permitimos expresar los sentimientos de esperanza que tenemos al comienzo de esta nueva etapa de gobierno, tratando de reflejar lo que hay en el ánimo de millones de ciudadanos”, indican.

La CEM subrayó que un pueblo muy apreciado en el mundo por su hospitalidad y calidez, por su generosidad y creatividad que debe ser custodiado cuidadosamente. Creemos que al llegar, por primera vez a la Presidencia de la República una mujer, sabrá tener una gran sensibilidad y respeto impulsando todo aquello que redunde para el bien y el desarrollo social de todos los ciudadanos.

Estas políticas deben ser impulsadas y garantizadas desde el gobierno de la República por el mandato constitucional que tiene y por las herramientas y los recursos con los que cuenta para lograr el propósito de la paz social. Nunca más el dominio del crimen organizado ni de la delincuencia en general.

Piden a Claudia ceñirse al marco legal

Tenemos la convicción de que México debe ser un país donde gobierno y ciudadanos respeten las Leyes, teniendo como marco de referencia la Constitución con la que nos identificamos y que no puede ser violentada por sectores sociales o políticos que pasen por encima del conjunto de la Nación.

“Estamos convencidos, con millones de mexicanos, que México está llamado a volver a vivir en un verdadero Estado de Derecho Democrático, constituido por una Federación de Estados autónomos, con equilibrio de poderes, que nos hace ser una República confiable para todos. Sin confianza no hay desarrollo, ni futuro estable”

Desde el pensamiento humanista de la Iglesia, reconocemos la dignidad de toda persona como un principio inviolable y fundamento de todos los derechos humanos, como lo reafirma la reciente declaración Dignitas infinita del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Asimismo, reconocemos en la libertad un valor fundamental y trascendente que se debe promover, articulando su implementación con el ejercicio de la responsabilidad.

Necesitamos vivir en un Estado democrático que respete los derechos humanos para todos los ciudadanos, fortaleciendo las instituciones que garantizan el ejercicio pleno de estos derechos y fomentando una cultura de respeto mutuo y participación ciudadana.

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