La periodista Teresa Montaño Delgado, quien fue sido víctima de robo y secuestro exprés, denunció que teme por su seguridad y la de su familia, pues desde el día de los hechos se llevaron su calma y su paz.

A través de una carta publicada en el portal The Observer, la mexiquense advirtió que su seguridad ahora depende de que las autoridades hagan bien su trabajo: sin premura, ni simulaciones, y le brinden garantías de seguridad absoluta a ella y a su familia.

La noche del viernes pasado, Montaño fue víctima de un secuestro exprés, robo y amenazas de muerte en Zinacantepec, Estado de México.

La colaboradora para la Revista Proceso fue detenida por más de tres horas, la llevaron a un cajero automático para vaciar su tarjeta y después en su domicilio le quitaron archivos con investigaciones periodísticas.

Desde ese día, Teresa Montaño refirió que ha vivido las horas más oscuras de su vida durante las cuales pensó que moriría, e incluso llegó a despedirse.

"Tuve un gatillo frente a mí y sentí el terror de que fuera pulsado en cualquier segundo. Sentí en el aire, en la oscuridad y en cada poro la soledad profunda de las víctimas de este país. Tres horas de abandono absoluto a la voluntad de personas profundamente dañadas", narró.

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La periodista perdió parte del patrimonio que construyó durante 30 años, entre otras cosas: su vehículo, su computadora, su celular, dinero, pero también parte de sus archivos, entrevistas, documentos, y al menos dos investigaciones en marcha; así como trabajos documentados y publicados.

Denunció que fue amenazada, por quienes la secuestraron y le robaron, de que volverían si denunciaba, aún así, ella presentó la denuncia, por lo cual ahora teme por su seguridad.

Teresa Montaño, quien ha recibido el respaldo de periodistas y medios locales y nacionales, agradeció las manifestaciones de apoyo y de indignación que la arroparon y a todos quienes han decidido sostenerla por no callar y gritar fuerte, por ser valientes, por resistir y no echarse para atrás; por su voz y su indignación, así como por sostenerla cuando las fuerzas se le acabaron.

"Gracias a aquellas y aquellos que decidieron estar ahí, gracias por sostenerme, por no callar, por gritar fuerte, por apretar, por no aflojar, por ser valientes, por resistir y no echarse para atrás; por su voz y su indignación. Gracias porque el coraje de quienes no se dejaron intimidar me sostuvieron en su enojo, a sabiendas de que la o el próximo podría ser cualquiera y porque han mantenido la exigencia de seguridad y justicia para mí y los míos, que son ustedes. Gracias por su luz", escribió.

También señaló que ora para que en este país los periodistas dejen de ser nota en la sección roja y para que todas las víctimas de delitos tengan acceso expedito a la justicia y no estén solas; así como para que el periodismo mexiquense se consolide en libertad e independencia, enfocado en el servicio a la ciudadanía.

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