/ jueves 23 de noviembre de 2023

México será el principal importador de maíz en el mundo para 2032: Informe de la OCDE‑FAO

se prevé que las importaciones de China permanecerán por debajo de los grandes volúmenes registrados en 2020 y 2021.

Para 2032 nuestro país será el principal importador de maíz del mundo; ya que el crecimiento de las importaciones en la Unión Europea se está desacelerando y se prevé que las importaciones de China permanecerán por debajo de los grandes volúmenes registrados en 2020 y 2021.

Aunque, se prevé que México aumente su rendimiento promedio en 23%, sobre todo en estados del sur-sureste, y que su volumen de compras al exterior, en su mayor parte de Estados Unidos, se reduzca en 10 millones de toneladas.

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Así lo señala el documento las Perspectivas Agrícolas 2023-2032 de la OCDE-FAO, donde se menciona que dicho aumento en rendimientos “se ve alcanzable”, pero no será inmediato y “se supone que este ambicioso objetivo se cumplirá de manera gradual para 2032”.

Además, enfatiza el debate actual sobre políticas públicas que prohíban las importaciones de maíz genéticamente modificado puede alterar dichas proyecciones.

El informe indica que desde el punto de vista técnico es factible lograr elevar la productividad, dado que experimentos realizados por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Chiapas, México, entidad que observa uno de los más bajos rendimientos de maíz, de apenas 1.6 toneladas por hectárea (t/h), demostraron que con las “prácticas agronómicas adecuadas”, los rendimientos podrían ascender a alrededor de 4 t/h.

La pronóstico incluye estados incluidos en el programa Sembrando Vida, cuyos rendimientos del maíz están por debajo del promedio nacional y “si los rendimientos mejoran de esta manera, la producción (promedio) de maíz de México podría aumentar 10.5 millones de toneladas (Mt), lo que disminuiría las importaciones en aproximadamente la misma cantidad.

“Pese a ello, México mantendrá su estatus como importador neto, con 12.5 Mt. Para alcanzar la autosuficiencia también para el mercado del forraje, se necesitará incrementar aún más los rendimientos”.

El documento reseña que en 2022, México fue el sexto mayor productor de maíz del mundo, con 27 Mt y, “sin embargo, durante años se ha ubicado entre los mayores importadores de dicho producto, con 17 Mt en el mismo año”.

Durante el decenio anterior –recapitula– la producción de esta país aumentó 1.8% anual en promedio, lo que igualó la demanda alimentaria de 1.28% anual; no obstante, + las importaciones crecieron con mayor rapidez, al 8.5% anual, resultado del incremento de la demanda para forraje, la cual aumentó casi al doble en el decenio pasado”.

Asimismo, indica que 62% de la producción total de maíz de México procede de entidades federativas con rendimientos por debajo del promedio nacional.

“La región sur, que constituye cerca de la mitad de la superficie total de producción de maíz de México, percibe ingresos menores que el promedio y carece de infraestructura en comparación con las regiones desarrolladas, como las del centro y el norte del país”.

También indica que la mayoría de las importaciones de maíz de México provienen de los Estados Unidos y se basan fundamentalmente en maíz amarillo transgénico

Respecto a Estados Unidos, el análisis proyecta que para 2032 éste se mantenga como el principal exportador de maíz del mundo, aunque por debajo del pico alcanzado en 2020, y que su participación en las exportaciones disminuya a 28%. Igual, “espera un aumento de las cuotas de exportación de Brasil (23%), a medida que aumente la producción de maíz como segundo cultivo”.

El análisis resalta que en diciembre de 2020, menciona la publicación de OCDE-FAO, el Gobierno de México emitió un decreto dirigido a eliminar el uso de glifosato y maíz transgénico para el año 2024 con el fin de cumplir con los objetivos establecidos en el Plan de Desarrollo Nacional.

El decreto se modificó en febrero de 2023 para cubrir los requisitos del acuerdo de libre comercio T-MEC, que permite el uso de cultivos genéticamente modificados en los sectores del forraje y la industria, pero lo prohíbe para consumo humano, por ejemplo, en harina de maíz y tortillas.

En paralelo, el gobierno mexicano emprendió el programa Sembrando Vida, como una medida para fomentar la autosuficiencia alimentaria y aliviar la pobreza en las zonas rurales y la degradación ambiental en áreas específicas. Además, trabaja para reducir la dependencia de los mercados mundiales de cereales, en particular en el maíz, que en 2021 representó 17% de las importaciones agrícolas.

La OCDE-FAO destacó que el impacto de la guerra de la Federación de Rusia contra Ucrania sigue añadiendo incertidumbre a los precios de los alimentos, la energía y los insumos. Al comienzo de la guerra, la reducción de la disponibilidad de cereales y fertilizantes despertó gran preocupación en los mercados mundiales. Un año después, los problemas de suministro se han aminorado gracias a la aplicación y a ampliaciones subsiguientes de la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro.

En este contexto, se prevé que el consumo mundial de alimentos en calorías —el uso principal de los productos básicos agrícolas— aumentará 1.3% al año durante el próximo decenio, un ritmo más lento que el del decenio anterior debido a la desaceleración prevista del crecimiento de la población y al aumento del ingreso per cápita.

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Para 2032 nuestro país será el principal importador de maíz del mundo; ya que el crecimiento de las importaciones en la Unión Europea se está desacelerando y se prevé que las importaciones de China permanecerán por debajo de los grandes volúmenes registrados en 2020 y 2021.

Aunque, se prevé que México aumente su rendimiento promedio en 23%, sobre todo en estados del sur-sureste, y que su volumen de compras al exterior, en su mayor parte de Estados Unidos, se reduzca en 10 millones de toneladas.

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Así lo señala el documento las Perspectivas Agrícolas 2023-2032 de la OCDE-FAO, donde se menciona que dicho aumento en rendimientos “se ve alcanzable”, pero no será inmediato y “se supone que este ambicioso objetivo se cumplirá de manera gradual para 2032”.

Además, enfatiza el debate actual sobre políticas públicas que prohíban las importaciones de maíz genéticamente modificado puede alterar dichas proyecciones.

El informe indica que desde el punto de vista técnico es factible lograr elevar la productividad, dado que experimentos realizados por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Chiapas, México, entidad que observa uno de los más bajos rendimientos de maíz, de apenas 1.6 toneladas por hectárea (t/h), demostraron que con las “prácticas agronómicas adecuadas”, los rendimientos podrían ascender a alrededor de 4 t/h.

La pronóstico incluye estados incluidos en el programa Sembrando Vida, cuyos rendimientos del maíz están por debajo del promedio nacional y “si los rendimientos mejoran de esta manera, la producción (promedio) de maíz de México podría aumentar 10.5 millones de toneladas (Mt), lo que disminuiría las importaciones en aproximadamente la misma cantidad.

“Pese a ello, México mantendrá su estatus como importador neto, con 12.5 Mt. Para alcanzar la autosuficiencia también para el mercado del forraje, se necesitará incrementar aún más los rendimientos”.

El documento reseña que en 2022, México fue el sexto mayor productor de maíz del mundo, con 27 Mt y, “sin embargo, durante años se ha ubicado entre los mayores importadores de dicho producto, con 17 Mt en el mismo año”.

Durante el decenio anterior –recapitula– la producción de esta país aumentó 1.8% anual en promedio, lo que igualó la demanda alimentaria de 1.28% anual; no obstante, + las importaciones crecieron con mayor rapidez, al 8.5% anual, resultado del incremento de la demanda para forraje, la cual aumentó casi al doble en el decenio pasado”.

Asimismo, indica que 62% de la producción total de maíz de México procede de entidades federativas con rendimientos por debajo del promedio nacional.

“La región sur, que constituye cerca de la mitad de la superficie total de producción de maíz de México, percibe ingresos menores que el promedio y carece de infraestructura en comparación con las regiones desarrolladas, como las del centro y el norte del país”.

También indica que la mayoría de las importaciones de maíz de México provienen de los Estados Unidos y se basan fundamentalmente en maíz amarillo transgénico

Respecto a Estados Unidos, el análisis proyecta que para 2032 éste se mantenga como el principal exportador de maíz del mundo, aunque por debajo del pico alcanzado en 2020, y que su participación en las exportaciones disminuya a 28%. Igual, “espera un aumento de las cuotas de exportación de Brasil (23%), a medida que aumente la producción de maíz como segundo cultivo”.

El análisis resalta que en diciembre de 2020, menciona la publicación de OCDE-FAO, el Gobierno de México emitió un decreto dirigido a eliminar el uso de glifosato y maíz transgénico para el año 2024 con el fin de cumplir con los objetivos establecidos en el Plan de Desarrollo Nacional.

El decreto se modificó en febrero de 2023 para cubrir los requisitos del acuerdo de libre comercio T-MEC, que permite el uso de cultivos genéticamente modificados en los sectores del forraje y la industria, pero lo prohíbe para consumo humano, por ejemplo, en harina de maíz y tortillas.

En paralelo, el gobierno mexicano emprendió el programa Sembrando Vida, como una medida para fomentar la autosuficiencia alimentaria y aliviar la pobreza en las zonas rurales y la degradación ambiental en áreas específicas. Además, trabaja para reducir la dependencia de los mercados mundiales de cereales, en particular en el maíz, que en 2021 representó 17% de las importaciones agrícolas.

La OCDE-FAO destacó que el impacto de la guerra de la Federación de Rusia contra Ucrania sigue añadiendo incertidumbre a los precios de los alimentos, la energía y los insumos. Al comienzo de la guerra, la reducción de la disponibilidad de cereales y fertilizantes despertó gran preocupación en los mercados mundiales. Un año después, los problemas de suministro se han aminorado gracias a la aplicación y a ampliaciones subsiguientes de la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro.

En este contexto, se prevé que el consumo mundial de alimentos en calorías —el uso principal de los productos básicos agrícolas— aumentará 1.3% al año durante el próximo decenio, un ritmo más lento que el del decenio anterior debido a la desaceleración prevista del crecimiento de la población y al aumento del ingreso per cápita.

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