México fracasó en su respuesta a la pandemia, concluye el Informe de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de Covid-19 “Aprender para no Repetir”, elaborado por especialistas e investigadores mexicanos de reconocida trayectoria nacional e internacional.
A casi un año de haberse declarado el fin de la emergencia sanitaria (9 de mayo de 2023), los expertos señalan tres errores fundamentales, como: subestimación de la gravedad del virus, centralización y personalización de las decisiones y la política de austeridad.
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Tales errores son atribuidos directamente a los tomadores de decisiones, a quienes instrumentaron las medidas y a quienes condujeron la comunicación de los mensajes a la población, señala el Informe de la Comisión Independiente.
Se admite que había problemas sanitarios por falta de inversión y una alta prevalencia de comorbilidades en la población; sin embargo, el Informe advierte que 4 de cada 10 muertes en exceso durante la pandemia sucedieron por fallas en la gestión gubernamental, como la tensa relación y descoordinación con gobiernos estatales en temas como el uso de cubrebocas, realización de pruebas diagnósticas, validez del modelo centinela y planes de vacunación, entre otros.
Los expertos mencionan dos cambios inciertos y mal concebidos que complicaron la respuesta a una crisis, fue el experimento fallido del Insabi y la cancelación del Seguro Popular.
Tales decisiones, señalan, profundizaron la debilidad del sistema de salud mexicano, ya que en 2018 alrededor de 20.1 millones de mexicanos (el 16% de la población) carecían de acceso a la salud, pero al 2022 esa cifra alcanzó a 50.4 millones de personas (39%).
Asimismo, sostienen que como consecuencia de la política de austeridad, grandes sectores de la población y grupos vulnerables –trabajadores, especialmente los que laboran en la informalidad– no pudieron quedarse en casa. La ausencia de apoyos económicos específicos para los que deben salir diariamente en busca de sustento es uno de los errores críticos de esta gestión.
El saldo de la pandemia
De 2020 al fin de la emergencia sanitaria (9 de mayo de 2023) sumaron 808,616 muertes en exceso; es decir, las muertes por todas las causas por encima de las esperadas en condiciones normales, indica el Informe de la Comisión Independiente, que presentaron en conferencia de prensa, el doctor Jaime Sepúlveda, coordinador del Informe; Mariana Campos, especialista en tema de finanzas; Antonio Lazcano, investigador y especialista en el tema de ciencia; Carlos Mancera, especialista en tema educativo, y Sergio Aguayo, encargado del tema verdad y justicia.
Durante la conferencia también participaron de forma virtual, la doctora Carol Hedilman, tema comunicación; Enrique Cárdenas, tema económico; Julio Frenk, retos del sistema de salud, Julia Carabias, tema ambiental y María Elena Medina Mora, con el tema de salud mental.
“Estamos convencidos que México necesita este ejercicio de memoria y una evaluación rigurosa, con plena conciencia de lo que se hizo bien y de lo que se hizo mal para no repetirlo nunca más”, subrayó el doctor Jaime Sepúlveda.
El Informe señala que México ocupa el cuarto lugar mundial en muertes en exceso, según cifras de la OMS, después de Perú, Bolivia y Ecuador, países que son más pobres.
De las 808,619 muertes en exceso 511,081 son atribuidas a Covid-19 por revisión de la causa de muerte en las actas de defunción. En cambio, el sistema de vigilancia epidemiológica sólo registró 334,196, señala el documento.
Destaca que el sistema de información utilizado por las autoridades para la toma de decisiones y la comunicación a la sociedad dejó de captar alrededor de 35 de cada 100 muertes por Covid.
Asimismo, indica que al menos 37% de las muertes en exceso no son atribuidas a las condiciones del país prepandemia (prevalencia de enfermedades crónicas, gasto en salud, calidad del sistema, tamaño de la economía informal y estructura demográfica), lo que significa cerca de 300 mil muertes durante toda la emergencia.
Los investigadores advierten que la esperanza de vida en México se redujo entre 2019 y 2021, entre 4 y 4.6 años, lo que significa un retroceso a niveles de esperanza de vida de hace aproximadamente 30 años, lo que representa la caída en esperanza de vida más alta que a nivel mundial que fue de 1.6 años.
No solo murieron más mexicanos durante la pandemia, sino que la mayoría de estos fallecimientos se registraron en personas más jóvenes (muertes prematuras) en comparación a la media a nivel internacional. En el mundo 20 de cada 100 muertes por Covid fueron en personas menores de 60 años, en México 38 de cada 100 fueron en personas menores de 60 años.
En 2020 y 2021, el número de muertes entre personas de 35 a 44 años aumentó 47% en comparación con 2019 (prepandemia). Para el grupo de 45 a 54 años, el aumento fue de aproximadamente 70%.
Otro saldo importante que dejó la pandemia es que 215 mil 281 niños y niñas (menores de 18 años) quedaron huérfanos de padre o madre, cifra por arriba de la registrada en países como la India, Colombia, Brasil y Estados Unidos.
¿Qué pasó en la CDMX?
De acuerdo con el Informe de la Comisión Independiente, la zona centro del país fue el epicentro de la epidemia. La Ciudad de México, Tlaxcala, Estado de México y Puebla encabezan la lista de muertes en exceso.
Los expertos detallan que la segunda ola, con pico en enero de 2021, fue la más mortal de toda la emergencia. Tan solo en diciembre de 2020 y enero de 2021, ocurrieron en el país más de 153 mil muertes en exceso. “En esta coyuntura crítica ocurrió una falta grave por parte de las autoridades, quienes, incumpliendo lineamientos oficiales, utilizaron datos falsos e incorrectos para el cálculo del semáforo de riesgo y pospusieron la implementación de medidas sanitarias”, señala el informe.
Como resultado de este incumplimiento, la CDMX aportó el 24% de las muertes en exceso durante diciembre 2020-enero 2021 (sin contar la zona conurbada), a pesar de que representa sólo 7.3% de la población total del país. La pérdida de la esperanza de vida al nacer en la Ciudad cayó 9.2 años, más del doble de la caída nacional.
Respecto a la distribuir el medicamento Ivermectina, el doctor Antonio Lazcano consideró que esta decisión fue “gravísima”, ya que en el proceso de toma de decisiones no se recurrió a las instancias formales habilitadas en términos legales para ello, por lo que no se apeló al Consejo de Salubridad General, no se pidió la opinión de la Academia Mexicana de Medicina ni de la Academia Mexicana de Ciencias.
“Dado que la decisión implicaba un gasto considerable, hay que preguntar sí el reparto de Ivermectina contaba con la aprobación de la jefa de gobierno de ese momento. No lo sabemos, porque es información y decisiones que permanecen en un área totalmente oscura”, indicó el especialista.
“Aquí se repartieron cajitas a una población que estaba ansiosa de tener un remedio y supimos el alcance de lo que se había hecho, cuando el licenciado José Merino y sus autores publicaron en una plataforma de artículos todavía no aceptados, el reporte de Ivermectina, y a partir de ese momento se hicieron notar los errores metodológicos, el problema ético y bioético de dar a la población un medicamento sin su consentimiento”, apuntó.
A más pobreza, mayor mortalidad
Como consecuencia de la política de austeridad, grandes sectores de la población y grupos vulnerables –trabajadores, especialmente los que laboran en la informalidad– no pudieron quedarse en casa. La ausencia de apoyos económicos específicos para los que deben salir diariamente en busca de sustento es uno de los errores críticos de esta gestión.
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En México, la posibilidad de protegerse contra el contagio, el acceso al diagnóstico y a una atención médica de calidad, así como la mortalidad, reflejaron profundas inequidades sociales, económicas y territoriales. Evidenciaron, además, la segmentación del sistema.
El experimento fallido del Insabi y la cancelación del Seguro Popular profundizaron la debilidad del sistema de salud mexicano. En 2028, 20.1 millones de mexicanos (el 16% de la población) carecían de acceso a la salud. Pero en 2022 la falta de acceso a la salud alcanzó a 50.4 millones de personas (el 39%), y ese enorme quebranto en las capacidades del sistema estaba ocurriendo cuando arribó la pandemia, indicó la doctora Mariana Campos.
México muestra uno de los niveles más altos de mortalidad en exceso en el mundo. Sin embargo, el desarrollo de la pandemia dentro del territorio nacional fue muy desigual, por dos factores determinantes: la pobreza y las decisiones de política que los gobiernos estatales tomaron para controlar la propagación de la enfermedad, indicó la especialista.
El desembolso de recursos para la atención de la salud en los hogares se ha incrementado. En promedio, en 2022 los hogares gastaron 5,381 pesos anuales en salud, lo que supone un incremento de 31%, con respecto a 2018.
El hecho ha afectado particularmente a las personas más desprotegidas del país. El 10% de los hogares más pobres gastó 2243 pesos en 2022, un 74% adicional. Ningún otro segmento de la población vio un incremento del gasto en salud de tal magnitud.
La doctora Mariana Campos señaló que el gasto de bolsillo de las familias para el pago de medicamentos y servicios de salud, entre 2018 y 2020 creció 40%, y aunque mejoró en 2022 al pasar a 31%, sigue por arriba del 2018.
Recordó que se considera gasto catastrófico a todo aquel gasto de bolsillo que realizan las familias que representa más del 30% del gasto del ingreso del hogar, el cual se vuelve un gasto amenazante para la familia al tener que recurrir a la venta de algún activo, incluso tener que sacar a un hijo de la escuela.
En 2018 había 667 mil hogares que incurrieron en gastos catastróficos, en el corte de 2020 este número de hogares pasó a un millón 300 mil. Cuando vemos el corte en 2022, estos hogares son un millón 100, es decir, hubo una mejora en 2022, pero todavía nos mantenemos 50% arriba del 2018”, indicó la doctora Campos.
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