Más de 50% de los mexicanos tienen problemas de desnutrición, por diversos motivos, entre ellos por los bajos ingresos familiares, por lo que ha optado por alimentarse con comida alta en grasa, sal y azúcar, llamada comida chatarra y bebidas endulzadas, con un consumo per cápita de 163 litros por persona al año, 450 mililitros por día, y dejaron de lado alimentos frescos, frutas y verduras, señaló Alejandro Calvillo, director del Poder del Consumidor.
Reconoció que los alimentos registran costos elevados que al consumidor final le resultan muy caros como un kilo de aguacate, limón, jitomate, papa, entre otros, porque los productores se enfrentan a los coyotes e intermediarios, que son los que se quedan con los mayores beneficios.
En una entrevista con La Prensa, dijo que, si comparan precios, no sólo en la Central de Abasto, sino en otros centros de alimentos, los productos llegan a un precio bajo y cuando sale hay un aumento muy grande de más del 30%, que impacta al consumidor final.
Calvillo recalcó que el consumo per cápita de bebidas azucaradas es de 450 miligramos, aunque hay personas que consumen hasta 3 o 4 litros de esa bebida por día. Hay estudios que señalan que el 35% del presupuesto de los hogares mexicanos se invierte en comidas y bebidas endulzadas.
El problema con el consumo excesivo de refrescos o bebidas endulzantes radica en que éstos se asocian con padecimientos como obesidad, diabetes tipo 2, derrames cerebrales, gota, asma, cánceres, artritis reumatoide, enfermedades arteriales coronarias y óseas, problemas dentales y de conducta, trastornos psicológicos, envejecimiento prematuro y adicción.
Otro problema es la asequibilidad, no son accesibles los alimentos saludables para la población, por educación, nivel de precios y bajos salarios, que han dado paso a una invasión de alimentos ultra-procesados.
En el país hay un millón y medio de puntos de venta, en una cuadra en una zona popular de la ciudad de México se encuentran tres o cuatro tiendas, que venden alimentos de 4 transnacionales que tienen el 80% de los productos que se encuentran en las tienditas.
Y ello agregó, pasa en México y otras entidades con el mercado de semillas por empresas transnacionales que determinan sus precios a conveniencia. No sólo determinan precios, sino también los productos que se venden en el mercado.
Cada vez, millones de personas se alimentan de manera muy deficiente, pero además de los bajos salarios, indicó, un buen porcentaje se va en la compra de agua que representa un importante porcentaje del salario de las personas, por ello toda el agua que llega a las casas debería ser potable.
Alejandro Calvillo recalcó que hay un alto gasto en bebidas azucaradas y comida chatarra, que se han generado por malos hábitos alimentarios; un importante porcentaje del gasto familiar se destina a la compra de refrescos.
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En México, resaltó el activista, nunca hemos visto una campaña que revalorice el consumo de frijol, lenteja, amaranto, cuando son de los mejores alimentos que hay en el planeta, la gente termina comprando una pasta de bote que se le agrega agua caliente, “por la comodidad, pero es gasto altísimo para la salud”.
Esos nuevos hábitos negativos de alimentación han acabado por los mercados locales, por productos enlatados o en caja, refirió.
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