Llama Arquidiócesis a dignificar figura de adultos mayores y aprovechar su experiencia

Ellos son ahora nuestra prioridad, y en ellos podemos encontrar nuestra principal motivación para no escatimar cuidados ni bajar la guardia

Patricia Carrasco | La Prensa

  · domingo 21 de junio de 2020

Foto: Cuartoscuro

Este confinamiento inesperado debe convertirse en una oportunidad para aprovechar el tesoro que constituyen las personas de la tercera edad, y disfrutar la riqueza de su experiencia, consideró la Arquidiócesis de México, al convocar a dignificar y valorar su figura, ya que con ello se gana en calidad de convivencia.

Los adultos mayores son las raíces en nuestro árbol de la vida, son también una figura social trascendental, que hoy se encuentra bajo el mayor riesgo por la pandemia de Covid-19.

En el editorial titulado “Un abrazo para nuestros adultos mayores”, publicado en la Revista Desde la Fe, recordó que poco a poco retomaremos el ritmo habitual; pero los adultos mayores serán el último grupo en salir con plena confianza a las calles. Por lo que remarcó que hoy tenemos una gran responsabilidad con nuestros adultos mayores.

“Los abuelos tienen una gran capacidad para comprender las situaciones más difíciles, y cuando ellos rezan por esta situaciones, su oración es más fuerte y poderosa”, dijo el Papa Francisco durante un encuentro con ancianos en 2014.

Destacó: empezaremos a retomar poco a poco el ritmo habitual, y los abuelos nos esperan en casa: ojalá que proyectemos en ellos el cuidado que nos han brindado. Y siempre en un tono de gratitud y apapacho para todos ellos.

La iglesia católica capitalina resaltó que de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, las personas mayores de 65 años representan el 13.5% de los contagios, pero el 41.1% de las defunciones totales relacionadas con este virus.

Y señaló que mientras algunos estados del país han empezado el regreso gradual a sus actividades, lo cierto es que nuestros ancianos serán el último grupo en salir con plena confianza a las calles, y por lo tanto, tenemos una gran responsabilidad de asumir su cuidado físico, emocional y espiritual.

Ellos son ahora nuestra prioridad, y en ellos podemos encontrar nuestra principal motivación para no escatimar cuidados ni bajar la guardia en las medidas de higiene que hemos practicado desde hace tres meses, y que debemos considerar en adelante.

Aunque a veces no lo parezca, ellos también cruzan por un duro momento de desestabilización emocional; y antes que otra cosa, necesitan nuestra comprensión y cercanía.

Hoy, deben permanecer en casa tal vez muy en contra de su voluntad, pero podemos acompañarlos en el camino. Dejemos que nos acaricien el corazón, y acariciemos el suyo. ¡Ellos nos enseñaron a caminar, ahora caminemos con ellos!

JLP