El rector de la UNAM, Enrique Graue llamó a la unión de toda la comunidad universitaria para rechazar enérgicamente la violencia, la sinrazón y las burdas y ominosas provocaciones que en fechas recientes han sufrido.
Al rendir protesta para el periodo 2019-2019 como rector de la UNAM, Graue enfatizó que los hechos vandálicos registrados en las instalaciones universitarias: A todos nos ofenden y lastiman.
“Sé que el pueblo de México, el Estado Mexicano y los universitarios de la nación están de nuestro lado y que desean que los atropellos vandálicos y delincuenciales no queden impunes”, dijo en la Antigua Escuela de Medicina de la UNAM.
Hace unos instantes protesté mi compromiso de velar por los intereses y valores de la Universidad y de proteger los derechos de los integrantes de nuestra comunidad, enfatizó.
Les confirmo que pondré en ello todo mi entusiasmo y energía, y que me esforzaré, hasta el límite de mis capacidades, para conseguirlo, dijo.
Sé que el pueblo de México, el Estado Mexicano y los universitarios de la nación están de nuestro lado y que desean que los atropellos vandálicos y delincuenciales no queden impunes.
La Rectoría a mi cargo seguirá siendo sensata y prudente, pero no es, ni será, conformista o indiferente.
Se actuará en consecuencia de los ultrajes sufridos. A ello me comprometo.
En contraste a los indignantes acontecimientos del pasado jueves 14, un grupo de estudiantes y trabajadores demostraron el espíritu civilizatorio de nuestra Universidad al formar columnas de apoyo para reponer los libros saqueados y dispersos en su lugar y sitio de pertenencia.
Esa es la verdadera Universidad y ellos los universitarios de los que estamos tan orgullosos.
No es un mundo sencillo en el que vivimos; hay desconcierto e incertidumbre en el futuro.
Los cambios de época son con frecuencia intempestivos y provocan desasosiegos que se manifiestan con inconformidades en los diversos sectores de la población.
De ahí las posiciones encontradas, las polarizaciones y enfrentamientos de distinta índole. Todas ellas caben en la libertad, siempre y cuando no se trasgreda la libertad de los demás.