La violencia está proscrita en la UNAM, razón por la cual a través de la Defensoría de los Derechos Universitarios, Igualdad y Atención de la Violencia de Género mantiene abierta la puerta de acceso a la justicia universitaria, de manera especial para las mujeres, sostuvo su titular Guadalupe Barrena Nájera.
“En la actividad universitaria el principio más importante que debe privar es la igualdad, el acceso a la vida universitaria, sin discriminación por ninguna causa y, sobre todo, el respeto entre universitarias y universitarios”.
Así lo puntualizó la también académica de la Facultad de Derecho de la UNAM, al ofrecer la charla “Qué hace la Defensoría de los Derechos Universitarios, Igualdad y Atención de la Violencia de Género”, que organizó la Facultad de Química, dentro de las 150 actividades que lleva a cabo la Universidad Nacional para combatir este flagelo.
Expresó que la proscripción de la violencia, en especial la de género, atraviesa la columna vertebral de la Universidad por la forma en que las y los universitarios conducen sus relaciones e intercambios.
“En la expresión respetuosa libre y el debate abierto manifestamos nuestra forma de convivir y los actos de violencia en cualquiera de sus manifestaciones, ya sea a través del discurso o las acciones, no conviven con la naturaleza y los objetivos de la Universidad”, destacó.
La Defensoría atiende a personas que han sufrido violencia de género en el entorno universitario y en los últimos cuatro meses atendió aproximadamente a 350 personas, comentó la integrante de la Global Alliance for Justice Education.
“Nuestro objetivo es que las personas que viven esta situación puedan tomar decisiones sobre qué quieren hacer respecto a su problema. Nos damos cuenta que entre solicitar el servicio y presentar el papeleo es complejo, por lo que la gente necesita tiempo e información para tomar decisiones”, acotó Barrena Nájera.
Visibilizar el problema momentos antes, alumnas y académicas de la Facultad de Ingeniería (FI) dialogaron en la mesa “Grupos contra la violencia de género dentro de la FI” en la cual coincidieron en que el principal reto para erradicar la violencia contra la mujer es hacer visible el problema, pues existe una gran normalización de prácticas como omisiones, silenciamiento o discriminación hacia su labor.
Diana Paulina Pérez Palacios, de la Comisión Interna de Igualdad de Género de la FI (CINIG-FI), expresó: la Facultad vive un ambiente muy masculinizado que está acostumbrado a no percibir este tipo de comportamientos y actitudes, por lo que la recién creada Comisión trabajará para hacerlo más visible.
“Lo primero es romper con la normalización de estas conductas. Hay una falta de sensibilización por parte de muchas personas que no lo ven como algo muy importante. Hay muchos retos, pero como comunidad lo primero es evidenciar que hay un problema”, refirió.
De igual forma, “Ere”, integrante del colectivo Mujeres Organizadas de la Facultad de Ingeniería (MOFIN) consideró que la instalación de “tendederos de denuncia” ofrece un primer vistazo al problema.
Esta actividad social les permitió identificar más de 200 denuncias en 15 meses, en las cuales categorizaron diferentes tipos de conductas violentas que van desde humillaciones, acoso sexual, devaluación del trabajo, discriminación por sexo, intimidación hasta represalias, la mayoría ejercidas por profesores y alumnos.
A su vez, la maestra Jaquelina López Barrientos, del Grupo Académico por la Equidad de Género de la FI, comentó que ante esta situación, los integrantes del grupo buscan un ambiente libre de violencia, valorando las capacidades, sin distinción.
“Debemos dejar de minimizar las acciones violentas. Mientras no cambiemos la forma de pensar, llevaremos estos y otros problemas a todas partes. Una acción importante es que aprendemos a no tolerar estas actitudes, a decir esto no es correcto y a denunciar, es muy importante”, sentenció la experta en Seguridad Informática.