La pandemia dejó enormes desafíos en la atención de la salud de niños, niñas y adolescentes, que de no ser atendidos de forma urgente y desde un enfoque preventivo integral se corre el riesgo de comprometer la calidad de vida, la salud y el futuro de las próximas generaciones de mexicanos.
El confinamiento modificó hábitos cotidianos en los niños y adolescentes, quienes al estar encerrados dejaron de hacer ejercicio y estuvieron más horas frente a las pantallas de dispositivos electrónicos, ya sea para tomar sus clases en línea o simplemente por esparcimiento.
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También se registró un aumento en el consumo de alimentos con alto contenido calórico (chatarra), alteraciones en sus ciclos de sueño, e incluso, estados de estrés y ansiedad, explicaron especialistas en pediatría.
En ocasión del pasado Día del Niño, las especialistas señalaron que en la consulta pediátrica no sólo se está reportando un aumento en la prevalencia de sobrepeso y obesidad en niñas, niños y adolescentes, sino también un empeoramiento en aquellos menores que ya presentaban este problema antes de la pandemia y que han pasado de grado 1 al 2, e incluso al grado 3.
Explicaron que el aumento de peso corporal en niñas, niños y adolescentes incrementa dos veces más el riesgo de continuar con sobrepeso u obesidad en la etapa adulta; pero además, está relacionado con el inicio de la pubertad temprana, tanto en niños como en niñas, lo que provoca alteraciones hormonales y metabólicas importantes que frenan el crecimiento.
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Las doctoras Emma Picasso, endocrinóloga pediatra egresada del Hospital Infantil de México (HIM); Karen Pedraza, pediatra especialista en obesidad infantil y adolescente del Hospital General de México (HGM), y Angélica Martínez, especialista en endocrinología pediátrica, explicaron que dormir 8 horas continuas es fundamental en la infancia, toda vez que cuando se alcanza la etapa de sueño profundo el organismo empieza a liberar la hormona de crecimiento.
MÁS CASOS DE DIABETES TIPO 1
La doctora Emma Picasso informó que la diabetes tipo 1 es una condición autoinmune, seria y crónica que afecta principalmente a la niñez y sólo algunos casos se presentan en la etapa adulta.
Explicó que la diabetes tipo 1 comprende 10% de todos los casos de diabetes. Se estima que en el mundo afecta a un millón 211 mil 900 niños y adolescentes de 0 a 19 años y cada año se diagnostican 149 mil 500 nuevos casos en este rango de edad, lo que refleja el progreso de esta condición. En México afecta a 26 mil 578 personas de 0 a 19 años.
“La diabetes tipo 1 se presenta porque el páncreas no es capaz de producir la hormona insulina, que controla los niveles de glucosa en el torrente sanguíneo, para ser convertida en energía.
Si no es controlada, la concentración de azúcar en la sangre más alta de lo normal puede causar complicaciones que llevan a la discapacidad o ponen en peligro la vida, como enfermedad cardiovascular, amputaciones, daño renal, pérdida de visión y ceguera.
“Si los padres observan en sus hijos signos y síntomas como aumento de sed, orinar con frecuencia, hambre extrema, pérdida de peso, fatiga, irritabilidad, cambios de comportamiento y aliento con olor a fruta, se trata de diabetes tipo 1 y deben acudir de inmediato con un especialista en endocrinología pediátrica para su evaluación.
“El tratamiento adecuado con múltiples dosis de insulina, brinda el gran beneficio de mantener la glucosa sanguínea en niveles normales (hemoglobina glicosilada o HbA1c menor a 7%), minimizar síntomas y prevenir las complicaciones de la diabetes”, subrayó la especialista en endocrinología pediátrica.
“Los niños con diabetes tipo 1 necesitan aprender a inyectarse insulina, según les haya indicado su médico, seguir una dieta sana y equilibrada, prestando atención especial a la cantidad de hidratos de carbono de cada comida, medirse la concentración de azúcar periódicamente y hacer actividad física con regularidad”, subrayó la especialista.
OBESIDAD: UNA ENFERMEDAD DE ALTO IMPACTO EN LA NIÑEZ
El sobrepeso y la obesidad en la niñez o la adolescencia constituye un grave problema de salud que aumenta dos veces el ausentismo escolar y la probabilidad de obesidad en edad adulta, alertó la doctora Karen Pedraza.
Explicó que “la obesidad infantil, al igual que la adulta, es una enfermedad crónica, multifactorial y compleja, que puede ser grave porque causa en el niño problemas de salud que antes se consideraban de adultos, como la diabetes tipo 2, la presión arterial alta y el colesterol alto”.
En México, el índice de población infantil y adolescente con sobrepeso y obesidad es elevado. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018, el porcentaje de niños de 5 a 11 años con sobrepeso y obesidad es de 35.6%, y en niños y adolescentes de 12 a 19 años, el porcentaje de obesidad y sobrepeso se eleva a 38.4%. En la encuesta 2020 estos porcentajes se incrementaron a 38.2% y 43.8% respectivamente. “Esto coloca a México entre los primeros lugares en obesidad infantil a nivel mundial”, subrayó la doctora Pedraza.
Entre las complicaciones asociadas con la obesidad infantil, la especialista mencionó que en 59.2% de los menores presentan cuadros de ansiedad y depresión, debido a que los infantes se sienten insatisfechos con su imagen corporal, lo que les genera baja autoestima y los hace blanco de burlas, estigma y discriminación.
“La salud física también se ve muy comprometida, ya que 47.8% de los niños con obesidad desarrollan síndrome metabólico, un porcentaje igual desarrolla enfermedad de hígado graso y 42.3% sufre trastornos de la biomecánica”, agregó la especialista.
Este problema tan complejo requiere soluciones multifactoriales, señaló la doctora Karen Pedraza al subrayar que “es indispensable diversificar el tratamiento de la obesidad con intervenciones centradas en el paciente y sus familias, así como brindar espacios adecuados y seguros para la realización de actividad física, regular a la industria alimentaria y la publicidad dirigida a niños, brindar atención especializada basada en evidencia científica y, muy importante, eliminar el estigma y fomentar el trato digno”.
LA PANDEMIA AFECTÓ CRECIMIENTO DE LOS NIÑOS Y NIÑAS
El crecimiento y desarrollo normal de los niños también se vieron afectados por algunos malos hábitos del estilo de vida que se incrementaron durante los meses de confinamiento debido a la pandemia de la Covid-19, como sedentarismo, alteración de los horarios de sueño-vigilia, uso prolongado de dispositivos electrónicos y alimentación deficiente y de mala calidad.
Así lo señaló la doctora Angélica Martínez, quien informó que el peso y la talla son un visible reflejo de la salud del niño. “Cualquier alteración en el crecimiento y desarrollo puede ser la única manifestación de enfermedad asociada, ya que existen múltiples causas”.
La especialista explicó que en el crecimiento influyen múltiples factores como la carga genética, el estado nutricional, el ejercicio físico, el estado de salud, la actividad hormonal y la pubertad.
“En este proceso la hormona de crecimiento tiene un papel fundamental a lo largo de toda la vida, principalmente en la niñez'', indicó la doctora Martínez, al precisar que en México uno de cada 10 niños presenta talla baja.
“Las causas pueden ser enfermedades de riñón, hígado, anemia y desnutrición, deficiencia de hormona de crecimiento, problemas genéticos como el síndrome de Turner o factores genéticos normales, como talla baja familiar”, señaló.
Recomendó a los padres mantener buenos hábitos que estimulen el crecimiento de sus hijos, como es la actividad física, alimentación saludable y sueño, además de acudir a consulta pediátrica por lo menos una vez al año.
“Si la hormona de crecimiento no está funcionando bien, el tratamiento suele ser por tiempo prolongado, de allí la importancia de que el diagnóstico se realice antes o al inicio de la pubertad, lo que permitiría estar a tiempo para iniciar el tratamiento antes de que el crecimiento se detenga y alcance su máximo potencial de crecimiento”, subrayó la especialista.
Para el tratamiento de la deficiencia de hormona de crecimiento se utiliza una hormona llamada somatropina, cuya estructura es idéntica a la producida naturalmente por el ser humano y se emplea en el tratamiento de deficiencia de esta hormona, niños pequeños para edad gestacional que no lograron crecimiento de recuperación en los primeros 2-4 años de vida, síndrome de Turner, insuficiencia renal y síndrome de Prader-Willi.
Las especialistas señalaron que otro factor que contribuye al deterioro de la calidad nutricional de los niños y las niñas es la inflación y el aumento generalizado en los precios de productos de consumo básico.
Indicaron que estudios científicos han demostrado que en etapas de crisis, los niveles de alimentación de la población bajan, por lo que recomendaron a los padres de familia informarse para elegir alimentos de temporada y propios de la región, para obtener una nutrición balanceada.
Para sustituir la proteína animal, recomendaron a las familias combinar cereales y leguminosas para obtener proteínas vegetales de buena calidad y cuidar el consumo en porciones adecuadas.
ESTADÍSTICAS
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua 2021 reveló que durante la pandemia disminuyó de forma significativa la actividad física y aumentó el tiempo de pantalla y las alteraciones del ciclo de sueño de niñas y niños.
–Se estima que hasta 80% de las niñas, niños y adolescentes de 10 a 14 años no realiza actividad física regular.
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–En obesidad infantil, la Ciudad de México reporta la prevalencia más alta para el grupo de población de 5 a 11 años (28%).
–Estadísticas revelan que 34% de los mexicanos subió de peso durante la pandemia, con un promedio de 8.5 kilos por persona, la cifra más alta comparada con otros países.
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