Hoy 21 de junio el sol alcanza su posición más alta en el cielo, y se le conoce como el solsticio de verano y con ello arriba la estación más cálida del año. Los solsticios, junto con los equinoccios, están conectados con las estaciones, las cosechas y el sustento. Diversas culturas en el mundo los celebran.
El solsticio de verano es el momento del año en el que el Sol, en su movimiento aparente, pasa por uno de los puntos de la eclíptica más alejados del ecuador y en el que se registra la máxima diferencia de duración entre el día y la noche, explicó la investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, Julieta Fierro Gossman
El hemisferio norte recibe más luz solar que en cualquier otro día del año, aunque esto no significa que el primer día del verano sea más caluroso, precisó la científica.
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El solsticio está relacionado con la inclinación de la órbita de la Tierra con relación al Sol, según especifica la NASA en su sitio electrónico, influye en la cantidad de luz solar que recibe cada mitad del planeta, lo que a su vez determina el cambio de las estaciones.
Julieta Fierro detalló que se denomina solsticio de verano porque alude al término “Sol quieto”; parece que día con día el astro rey se mueve menos, que permanece por mucho tiempo en un solo lugar (hemisferio norte) y después en el otro (hemisferio sur) y, si se observa bien, “podremos notar que forma el símbolo del infinito. A esa figura se le llama Analema”.
Este día el sol estará lo más cercano posible a la estrella polar más al norte, parecería que ahí se quedará por varios días, después regresará y seguirá acercándose hacia el sur para pasar por el equinoccio de septiembre (otoño). Cuando se ubique más hacia el sur será el solsticio de invierno; es decir, el día es más corto y la noche más larga del año en el hemisferio boreal.
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Indicó que las estaciones del año –primavera, verano, otoño e invierno– fueron inventadas por los países nórdicos. Por ejemplo, en el caso de Estados Unidos, por ser distinta la posición del Sol, en el verano hace bastante calor y en invierno demasiado frío. En contraparte en México, por su posición más próxima al ecuador, se nota menos ese cambio; además, durante el verano llueve en nuestro país, por lo que no necesariamente en esta época del año aumenta tanto la temperatura.
Indicó que en la República mexicana, por los nublados y las granizadas de la temporada de lluvias, no se percibe el cambio. De hecho, en nuestra nación hay prácticamente dos estaciones: la de secas y la de lluvias; los calendarios mesoamericanos se regían por ello. “Eso es algo muy importante, ya que la mano de obra debía irse a cultivar la tierra y el año calendárico iniciaba en mayo, con el comienzo de las lluvias, cuando los trabajadores debían estar en el campo”.
En cambio, durante los meses de invierno: noviembre, diciembre, enero y febrero, cuando no llueve, la mano de obra se dedicaba a la construcción de monumentos, así como a realizar mercadeo.
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“Mesoamérica era una región vastísima, desde el centro de México hasta Centroamérica, y había comercio en toda esa región del mundo, así que había fiestas especiales de comercio en cada país, y por ello era tan importante tener un calendario igual para todos. Básicamente estaba dividido para conmemorar el inicio de las lluvias y había que preparar los campos, cultivarlos, recoger las cosechas”, añadió.
Con información de UNAM
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