El gasto de bolsillo en salud, es decir, el desembolso que hacen las familias para pagar atención médica y medicamentos aumentó 30% entre 2018 y 2022, al pasar de 4,112 a 5,580 pesos.
Actualmente, no solo las familias gastan más en salud, sino que también en los últimos cinco años se redujo en 12.2 millones el número de usuarios de los servicios de salud públicos al pasar de 53.7 millones de personas que recibieron atención en alguna institución pública en 2018 (51% de la población), a 41.5 millones de usuarios en 2022 (44%).
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La baja inversión en salud tiene un impacto devastador en la sociedad y la economía de los países, ya que condena a los usuarios a una prestación de servicio deficiente, un acceso limitado y dilatorio, con recursos humanos insuficientes y marcadas carencias materiales y de infraestructura.
Así lo dieron a conocer analistas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), quienes presentaron el documento “Salud rumbo a 2030 Necesidades presupuestarias & Financiamiento de alta especialidad”, en el cual se advierte que México requiere invertir al menos 6% del Producto Interno Bruto (PIB) para alcanzar la universalidad del Sistema de Salud; sin embargo, nuestro país ha sido menos del 3% del PIB.
Alejandra Macías, directora ejecutiva del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) indicó que a pesar de que uno de los compromisos de la actual administración fue incrementar en un punto del PIB el presupuesto en salud, el aumento de 2018 a 2024 ha sido de 0.4, con lo que la inversión en salud se mantiene a la mitad del mínimo sugerido a nivel internacional, de 6 puntos del PIB.
“Además, el espacio fiscal se ha reducido de manera importante, de 2023 a 2024 se redujo 60%, lo que hace que el gasto no alcance para todas las necesidades y políticas públicas que se llevan a cabo en el país”, indicó Alejandra Macías al advertir que el gasto de salud no ha sido una prioridad en el Presupuesto de Egresos Federal (PEF).
“Las prioridades en este momento están en pensiones, en becas, en proyectos prioritarios, pero no en arrancar un sistema de salud universal”, indicó la especialista en finanzas y economía al comentar, por ejemplo, que en pensiones se gasta el doble de lo que se destina a salud.
Realidad y promesas de campaña
Ante la cascada de promesas que se han expresado en el marco de las campañas político-electorales, la directora ejecutiva del CIEP, Alejandra Macías indicó que es necesario analizar cuidadosamente y a detalle cada una de las propuestas presentadas por las candidatas y el candidato a la Presidencia de la República, a fin de determinar cuál es la mejor opción para poder implementar y proveer de más y mejores servicios a toda la población.
Destacó que el principal reto del Sistema de Salud es cómo financiar la atención de enfermedades crónico-degenerativas, en un contexto de acelerado envejecimiento demográfico. “La pregunta es ¿cómo vamos a financiar la demanda de estos padecimientos que requieren tratamientos caros y de largo plazo?, apuntó.
Sistema de salud más pobre, más desigual y más inaccesible
De 2018 a 2022, el gasto de bolsillo en salud; es decir, el desembolso que hacen las familias para pagar atención médica y medicamentos aumentó 30%, al pasar de 4,112 pesos a 5,380 pesos, informaron las investigadoras del CIEP.
Otro dato preocupante identificado por el diagnóstico del CIEP es la creciente brecha de inequidad en el acceso a la salud en los últimos años. En 2018 alrededor del 51% de la población; es decir, aproximadamente 53.7% millones de personas, recibieron atención en el sistema público de salud.
Sin embargo, para el año 2022, la población usuaria de servicios públicos de salud se redujo a 41.5 millones de personas, lo que representó el 44% de la población del país.
Lo anterior, en detrimento de la economía de las familias que se vieron en la necesidad de destinar un mayor porcentaje de su ingreso para el pago de la atención de su salud.
Datos del CIEP revelan que, en 2018, las personas destinaban el equivalente al 2.7% de su ingreso para el pago de servicios de salud, lo que representó el 2.6% de su gasto.
Pero para el año 2022, el gasto en salud promedio fue equivalente al 3.1% del ingreso de las familias y representó el 3.3% de su gasto.
El CIEP informó con base en estadísticas del INEGI que la población que necesitó atención médica pasó de 60.3 millones en 2020 a 55.1 millones en 2022.
Judith Senyacen Méndez, especialista en salud y finanzas públicas del CIEP informó que el nivel de gasto en el sector salud mexicano no sólo ha sido menor a lo sugerido internacionalmente, sino también es inferior a lo que destinan países con economías similares de Latinoamérica como Argentina (5.9%), Brasil (3.9%) o Costa Rica (5.5%), como proporción del PIB.
Puntualizó que la baja inversión en México se traduce en un gasto por persona bajo y desigual. Mientras que, el promedio del gasto per cápita en los países miembros de la OCDE es de $67,045 pesos, en México una persona con servicios médicos en Pemex cuenta con $31,985 pesos y una persona con IMSS-Bienestar con $4,107 pesos, esto es, quince veces menos que el promedio de la OCDE.
Refirió que los retos de financiamiento persisten en tres sentidos: 1) bajo nivel de inversión a pesar de las reformas aprobadas; 2) la desigualdad entre personas con y sin seguridad social, y, 3) la ausencia de una fuente de financiamiento sostenible que considere la situación demográfica y epidemiológica actual.
Además, con la centralización de recursos para personas sin seguridad social con IMSS-Bienestar, no es clara la responsabilidad de los gobiernos subnacionales, pues no son públicos los acuerdos firmados.
A pesar de que el presupuesto para salud ha aumentado, este no ha sido suficiente para garantizar la atención pública ni para reducir el gasto de bolsillo de la población, el cual aumentó 30%, al pasar de $4,112 pesos en 2018, a $5,380 pesos en 2022. Cabe destacar que un bajo gasto de bolsillo se asocia con una alta protección financiera del sistema de salud.
La analista del CIEP destacó que un sistema de salud universal, descentralizado y financiado con recursos nacionales y locales como el Canadá y Dinamarca, podría servir de ejemplo, para que México avance hacia un sistema más equitativo, eficiente y accesible para la ciudadanía, en el que el acceso a la atención no dependa de la situación laboral de cada persona.
Sin embargo, puntualizó que para ello es necesaria la creación y uso de fondos para enfermedades de especialidad, la participación de los gobiernos subnacionales en el financiamiento del sistema, el etiquetado de impuestos saludables, los impuestos progresivos y contar con un catálogo de beneficios explícitos. “Estas son algunas prácticas que han contribuido a garantizar la atención”, agregó.
Además, explicó que los países con menores niveles de gasto de bolsillo coinciden en invertir más de 7% del PIB en presupuesto público y en contar con una herramienta explícita para las enfermedades incluidas en el paquete de atención.
Sin propuestas claras en el debate de los presidenciables
Rumbo a la siguiente administración, es indispensable considerar esta información para enfrentar los retos presupuestarios del sector salud, así como la situación demográfica y epidemiológica actual. Se requiere un aumento sustancial y sostenido en el presupuesto, que refleje los cambios necesarios en la atención médica de la población y permita alcanzar la cobertura universal, coincidieron en señalar las especialistas del CIEP.
Respecto al primer debate de las candidatas y el candidato a la presidencia de la República, las investigadoras consideraron que no hubo propuestas claras en materia de financiamiento del sistema de salud, cuando lo que se requiere es duplicar el presupuesto para alcanzar un nivel mínimo de inversión, para 2030 que podría requerir el 10% del PIB.
Advirtieron que para garantizar la atención de la población sin seguridad social, se necesitan al menos tres puntos del PIB; la inversión actual es de 0.83% del PIB.
“La pandemia por Covid-19 evidenció la relación entre salud y economía, así como la importancia de financiar los sistemas de salud de manera sostenible”, indicó Judith Senyacen Méndez.
Las especialistas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), expusieron que, a pesar de que uno de los compromisos de la actual administración fue incrementar en un punto del PIB el presupuesto en salud, el aumento de 2018 a 2024 ha sido de 0.4, con lo que la inversión en salud se mantiene a la mitad del mínimo sugerido a nivel internacional, de 6 puntos del PIB.
Y refirieron que los retos de financiamiento persisten en tres sentidos: 1) bajo nivel de inversión a pesar de las reformas aprobadas; 2) la desigualdad entre personas con y sin seguridad social, y, 3) la ausencia de una fuente de financiamiento sostenible que considere la situación demográfica y epidemiológica actual.
Al analizar las propuestas en materia de salud presentadas hasta el momento por los tres candidatos a la presidencia de la República, las investigadoras del CIEP resaltaron los siguientes puntos:
La Alianza Va X México, integrada por el PAN, PRI y PRD plantea “Un sistema de Salud Integral”, con servicios públicos, sociales y privados. Se podrá recibir atención pública o privada de manera indistinta. Tarjeta Mi Salud para atenderse en la clínica que quieran y recibir las medicinas y todos los tratamientos.
Para lograr este objetivo propone incrementar la atención a la salud, el abasto de medicamentos, la contratación de personal y busca dar prioridad a la atención de la salud mental. No establece cuál sería la fuente de financiamiento para esto, por lo que el análisis del CIEP subraya que brindar atención y medicamentos a la población que actualmente tiene un gasto de bolsillo sería equivalente al menos a 1 punto del PIB adicional.
Por su parte, la candidata de Morena, PT y PVEM propone la afiliación desde el nacimiento al Servicio Público de Salud para el Bienestar (vacunas, cuidados preventivos, atención médica, estudios de laboratorio, cirugías y medicamentos gratuitos). Propone que la fuente de financiamiento sea la austeridad republicana, digitalizar el gobierno y cero corrupción.
Sin embargo, el análisis del CIEP señala que las medidas de austeridad, eficiencia y anticorrupción, utilizadas de 2018 a 2024 no fueron suficientes para aumentar el presupuesto y que éste se refleja en una mayor atención.
El candidato de Movimiento Ciudadano propuso garantizar la viabilidad financiera del sistema de salud con el rediseño del esquema de cuotas patronales.
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