México.- Mientras algunos países se preparan para una eventual segunda ola de Covid-19, la pandemia en México se prolonga por dos problemas de raíz: no haber aplicado un confinamiento obligatorio y las insuficientes ayudas económicas para la población, estiman expertos.
Negarse al encierro forzoso fue una decisión arriesgada del presidente izquierdista, Andrés Manuel López Obrador, justificada en el respeto de los derechos humanos, pero especialmente en la necesidad de millones de trabajadores informales -56% de la masa laboral- de salir a buscar sustento.
"Nunca hubo una cuarentena estricta. Como sociedad no hemos tenido la disciplina de quedarnos en casa, no se han cortado las cadenas de transmisión", advierte Malaquías López, exfuncionario de Salud y experto en políticas públicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM.
Hasta el martes, México sumaba 356.255 contagios y 40.400 defunciones por Covid-19.
López Obrador asegura que la epidemia desciende, aunque "muy lentamente", y presume de que el sistema de salud no ha colapsado.
Sin embargo, la secretaría de Salud reconoció que hasta el martes el crecimiento promedio de nuevos casos era de 1,2% diario y que tomará "algunos meses" lograr un control adecuado en la mayoría de los estados.
- Ayuda insuficiente -
Otras ideas arraigadas en López Obrador han limitado la ayuda gubernamental, como una obsesiva austeridad o su aversión al endeudamiento y los estímulos económicos, que tacha de políticas "neoliberales".
El paquete fiscal mexicano para afrontar la crisis sanitaria equivale a 1,1% del PIB, el 12° entre 16 países latinoamericanos y menor al promedio del 3,2% que destina cada país de la región, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El mandatario anunció como remedios programas de apoyo para ancianos, jóvenes y niños que prometió en campaña, pero alejados de la problemática del confinamiento.
Una de las medidas ha sido el otorgamiento de tres millones de créditos a pequeños negocios y trabajadores, de unos 1.110 dólares cada uno, anunciada en abril. Hasta el viernes se habían repartido 963.831 préstamos, según el gobierno.
"Los montos no son acordes a la realidad", señala César Salazar, académico del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
La falta de una respuesta proporcional a la crisis explica los sombríos pronósticos para la economía mexicana, que caería 9% este año, según analistas, y el desempleo, que solo en abril arrastró a 12 millones de personas.
La necesidad de subsistir y el desgaste por el confinamiento -vigente de marzo a junio pero que sigue siendo recomendado por autoridades- complicarían una nueva cuarentena si la epidemia repunta.
- Epidemias múltiples -
Un nuevo cierre económico "sería un golpe de gracia muy fuerte sobre muchos negocios que han podido sobrevivir", advierte Salazar, quien considera que en dicho escenario el estado tendría que aumentar el apoyo.
Una alternativa al confinamiento total son las medidas focalizadas que está implementando Ciudad de México, la zona más afectada por el nuevo coronavirus.
La capital incrementó las pruebas de detección para definir dónde restringir la movilidad, desmarcándose del gobierno, que se resiste a aplicar test masivos.
México es el país de Latinoamérica que menos test hace por cada 1.000 habitantes, según datos de la Universidad de Oxford.
La estrategia de "contención" de Ciudad de México, sin embargo, no tiene eco en el gobierno nacional que insiste en garantizar la atención médica antes que contener el virus.
"Se está dejando que la pandemia evolucione procurando sólo que no se saturen los hospitales", sostiene Alejandro Macías, infectólogo y "zar" contra la pandemia de gripe AH1N1 en 2009.
Mientras la capital ya muestra desaceleración de contagios y ocupación hospitalaria, estados como Baja California Sur, San Luis Potosí o Colima van al alza
Autoridades anticiparon que dada la amplitud del territorio mexicano -casi 2 millones de kilómetros cuadrados-, el coronavirus se manifestaría en brotes regionales, con temporalidad diferenciada, que debían combatirse localmente.