Ciudad de México.- La emergencia sanitaria demanda atender de 10 mil 500 a 12 mil hospitalizados en Unidades de Cuidado Intensivo, con una duración promedio de 15 días cada uno y un costo de 40 mil pesos al día. Esto representa un gasto corriente de entre 6 mil 300 y 7 mil 200 millones de pesos, señaló el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
Para poder realizarse, se requiere personal, suministros y espacio físico, cuyo costo puede alcanzar entre 16 y 20 mil millones de pesos, si se considera un costo de reconversión de 25 % del gasto corriente.
El presupuesto para la emergencia no restituirá el deterioro que el Sistema de Salud ha sufrido en los últimos cinco años, citó.
En el estudio Elementos de un Plan Integral para atender las consecuencias económicas de la pandemia de coronavirus en México destaca que para recuperar ese nivel de gasto relativo, se requiere un gasto que represente 0.5 % del PIB, el cual, se conforma del monto mencionado en el párrafo anterior más un monto adicional de alrededor de 95 mil millones de pesos.
El documento del CEEY refiere que la pandemia ejerce presión sobre los servicios de salud. Se estima que hasta el 80 % de la población puede infectarse y 5 % puede requerir hospitalización.
Señala que para reducir la presión sobre los servicios de salud y evitar su colapso, se han seguido estrategias para aplanar la curva de contagios, las cuales implican distanciamiento social y confinamiento.
Estas se han extendido a horizontes más largos, lo que ha provocado que la actividad económica de ciertos sectores se desacelere o se detenga en gran parte del mundo.
Las consecuencias económicas y sociales de la pandemia serán de magnitudes significativas. Para 2020, las estimaciones preliminares señalan un impacto mundial que va, desde una contracción económica de 2.4 % (OCDE), hasta una de 3 % (FMI). Para los Estados Unidos, se anticipa una contracción anual entre 0.5 % (S&P) y 6 % (Goldman Sachs).
Lo anterior se da en un contexto de caída del precio del petróleo a menos de un tercio de lo que llegó a cotizarse a inicios del año. · Para México, los pronósticos de crecimiento del PIB varían de 0.7 % hasta -9 %, con un promedio de -5.0 % (ver Cuadro 2). Con dicho promedio, el decrecimiento del ingreso per cápita sería de 6.1 %.
Además, dada la estructura factorial identificada por INEGI, se espera una reducción del total de las remuneraciones a personas asalariadas, formales e informales, de 1.3 % del PIB.
Lo anterior se combina con una caída, hasta mediados de abril, de alrededor de 75 % en el precio internacional de la mezcla mexicana de petróleo y de 20 % en el de la gasolina.
A esto se agrega una situación extraordinaria de precios negativos del petróleo en el mercado spot y de vencimientos de contratos a mayo a partir del 20 de abril.
Este escenario anticipa que el precio de los hidrocarburos permanecerá deprimido. Además, el peso ha sufrido una depreciación frente al dólar de alrededor de 35 %, lo que representa, potencialmente, un efecto por demás negativo sobre las finanzas públicas.