Los mexicanos que pueden comprar y consumir alguna proteína animal prefieren comer pollo, es el tipo de carne más consumida por los mexicanos alcanzando un estimado anual de 34 kilogramos per cápita.
De esta manera, México se coloca en la sexta posición entre las naciones que más pollo producen, con un aproximado de 3 millones 593 mil 313 toneladas al año.
La carne de pollo es económica y versátil, gracias a lo cual puede ser ingrediente clave de muy diversos platillos que prefieren los mexicanos.
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Su aporte de energía es bajo y constituye una fuente de aminoácidos indispensables y de proteína de excelente calidad. Contiene ácidos grasos saturados e insaturados y ácidos grasos, así como vitaminas y nutrientes inorgánicos.
Así lo revela el libro “El pollo, mitos, realidades y beneficios”, de las autoras, las científicas María del Pilar Castañeda Serrano, Josefina Consuelo Morales de León y María Elena Sánchez Pardo, publicado por el Instituto Nacional Avícola (INA).
El pollo, citan las investigadoras, es de fácil adquisición, ya que se puede encontrar en diversos modelos de comercialización, ya sea en los grandes centros comerciales, de autoservicio, expendios, recauderías, mercados establecidos o aquellos denominados sobrerruedas, que se instalan en los rincones más apartados del país.
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La carne de pollo tiene una textura suave, es fácil de cortar y masticar, se digiere con facilidad y su sabor se mezcla bien con muchísimos otros alimentos; todo esto permite considerarla con frecuencia en el diseño de una dieta recomendable y correcta.
En sus 125 páginas, el texto ofrece a los lectores todo lo relacionado con la producción, propiedades y consumo de pollo en México –incluido un delicioso recetario–, cualidades que hacen que esta importante proteína sea una de las preferidas de los consumidores.
Si bien retoma que aunque existen mitos sobre la alimentación del pollo y su rápido crecimiento, como el uso de hormonas para su producción, sustancias que en realidad no las necesita y que en el libro las especialistas aprovechan para resaltar que no es utilizada por los avicultores.
De acuerdo con las científicas, debido al mejoramiento genético el pollo de engorda es la especie más eficiente en transformar los granos en carne.
Esta eficiencia que tiene el pollo requiere complementarse de una adecuada alimentación, condiciones ambientales óptimas y programas de medicina preventiva.
Por lo tanto, las especialistas aclararon que contrario a una fuerte creencia popular, no se ocupan hormonas, pues cuando se agrega un ingrediente o elemento a la dieta del pollo de engorda se debe evaluar su factibilidad; es decir, su costo/beneficio.
Además, fisiológicamente las aves no podrían responder a un producto anabólico u hormonal debido a que su ciclo productivo es muy corto, de 35 a 49 días, afirman las investigadoras.
Las expertas citaron que la razón económica del incremento en los costos de producción por un producto (esteroide u hormona), que no cuenta con el tiempo suficiente para observar el beneficio, es la principal razón por la cual las hormonas no se han utilizado y no se utilizarán.
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Además, su contenido de colesterol es mucho menor comparado con otras especies y la pechuga sólo contiene 1.3% de grasa, lo que la convierte en una opción para integrar dietas saludables incluyendo las diseñadas por los profesionales para bajar de peso.
Las autoras destacan que el pollo es una carne que puede prepararse de muchas maneras, que van desde el asado, hasta guisos más complejos, característica que le ha permitido el desarrollo de productos con valor agregado.
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