La actual crisis de Covid-19 ha colocado a las mujeres y a las niñas en mayor riesgo de violencia. Además, que en ellas ha recaído el mayor peso de la responsabilidad de las labores del hogar, el cuidado de la familia y la respuesta a la pandemia, alertó la Organización de Naciones Unidas (ONU).
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en México, entre enero y febrero de 2020, se han registrado 166 presuntas víctimas del delito de feminicidio y 466 víctimas mujeres de homicidio doloso, dando un total de 632 víctimas de feminicidio y homicidio doloso.
Asimismo, en los primeros dos meses de 2020 se han contabilizado 9,941 presuntas víctimas mujeres de lesiones dolosas, y entre enero y febrero de 2020 se han atendido 40,910 llamadas de emergencia al número 911, relacionadas con incidentes de violencia contra las mujeres.
El organismo internacional destaca que, pese a estas circunstancias de violencia e incremento de vulnerabilidad; durante la emergencia sanitaria, todos los días, las mujeres han estado en la primera línea de respuesta, no solo como profesionales de la salud, científicas o voluntarias comunitarias, para contener el brote, sino también al frente de una serie de ocupaciones laborales que han permitido continuar con la prestación de bienes y servicios básicos, como la alimentación y el transporte.
La mayoría de ellas siguen a cargo de las labores del hogar y el cuidado de niños y adolescentes; pero ahora, también son responsables del proceso de enseñanza y educación a distancia por el cierre de escuelas por la pandemia, así como de la atención de familiares enfermos o ancianos.
Es junto ahora en la pandemia, que las mujeres corren mayor riesgo de infección y de pérdida de sus medios de vida, alerta ONU al señalar que las mujeres durante la crisis, han tenido un menor acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva.
El organismo internacional señala que desde el estallido del Covid-19, la violencia contra las mujeres y las niñas se ha intensificado en todos los países del mundo.
Si bien, las medidas de bloqueo ayudan a limitar la propagación del virus, las mujeres y las niñas que sufren violencia en el hogar se encuentran cada vez más aisladas de las personas y los recursos que pueden ayudarlas.
De acuerdo con el documento de la ONU “COVID-19 y su impacto en la violencia contra las mujeres y niñas”, a nivel global, 243 millones de mujeres y adolescentes entre 15 y 49 años han sido víctimas de violencia física y/o sexual a manos de su parejaLa ONU advierte que 137 mujeres son asesinadas a diario en el mundo por un miembro de su familia, y que alrededor del 40 % de las mujeres que sufren violencia buscan algún tipo de ayuda y menos del 10% de quienes lo hacen recurren a la policía.
En el caso de América Latina y el Caribe, la ONU señala que fueron asesinadas 3,800 mujeres en 2018 y que 14 de los 25 países de la región registran el mayor número de feminicidios.
En México, de acuerdo con datos de la encuesta Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2016) del INEGI, el 43.9% de las mujeres ha experimentado violencia por parte de su actual o última pareja.
La ONU indica que en México, entre enero y febrero de 2020, se han registrado 166 presuntas víctimas del delito de feminicidio y 466 víctimas mujeres de homicidio doloso, dando un total de 632 víctimas de feminicidio y homicidio doloso.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en los primeros dos meses de 2020 se han contabilizado 9,941 presuntas víctimas mujeres de lesiones dolosas.
Asimismo, informa que entre enero y febrero de 2020 se han atendido 40,910 llamadas de emergencia al número 911, relacionadas con incidentes de violencia contra las mujeres.
Por ello, la ONU anunció el lanzamiento de la campaña “ÚNETE de aquí al 2030 para poner fin a la violencia contra las mujeres”, en el marco de los 16 Día de Activismo contra la Violencia de Género este 25 de noviembre, con el lema: Pinta el Mundo de Naranja: ¡Financiar, responder, prevenir, recopilar!”.
La campaña Generación Igualdad de las Naciones Unidas amplifica el llamado a la acción mundial para subsanar las brechas de financiación, asegurar servicios esenciales para las sobrevivientes de violencia durante la crisis de la COVID-19, y concentrarse en la prevención y la recopilación de datos que puedan mejorar los servicios para salvar vidas de mujeres y niñas.
La campaña es parte de los esfuerzos de ONU Mujeres para Beijing+25 y se prepara para lanzar nuevas acciones y compromisos audaces para poner fin a la violencia contra las mujeres en el Foro Generación Igualdad en México y Francia en 2021.
IMPACTO DE LA PANDEMIA EN LAS MUJERES
La Organización de Naciones Unidas (ONU) detectó que las medidas de aislamiento y restricción de movimiento dictadas frente a la pandemia han tenido mayores repercusiones en las niñas, las adolescentes y las mujeres.
Entre estos impactos, destaca los mayores niveles de estrés, inseguridad económica y alimentaria, disminución de ingresos y desempleo, lo cual puede aumentar significativamente los niveles de violencia contra las mujeres y las niñas en el ámbito doméstico e incrementar las barreras que viven para salir de círculos de violencia, dejar a sus agresores o activar redes de apoyo.
Asimismo, destaca el aumento de las agresiones para intimidar o degradar a las mujeres y niñas a través de internet, al aumentar la utilización de medios virtuales como una alternativa ante la restricción de movimiento, además de mayor explotación sexual en contextos de informalidad laboral o precarización de condiciones de trabajo.
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También menciona los mayores obstáculos para acceder a servicios esenciales por parte de mujeres y jóvenes que están en situaciones de mayor vulnerabilidad o que enfrentan múltiples formas de discriminación, por ejemplo, mujeres con discapacidad, trans, migrantes, refugiadas, desplazadas, indígenas y mujeres que viven en zonas rurales o asentamientos informales.
Paralización del acceso a la justicia para las sobrevivientes de violencia a medida que las instituciones estatales reducen las operaciones. Falta de acceso a los servicios básicos de salud sexual y reproductiva debido al cambio en las prioridades de atención en el sector salud.
Limitación de la capacidad de las organizaciones de la sociedad civil para apoyar a las sobrevivientes y para proporcionar servicios de emergencia a víctimas, debido al confinamiento y falta de recursos para los refugios con el objetivo de hacer frente a las necesidades que actualmente requieren mujeres y niñas víctimas de violencia.
LLAMADO A LA ACCIÓN
La Organización de Naciones Unidas hace un llamado a los Estados miembros, para que las mujeres y las niñas estén al centro de la respuesta a la emergencia sanitaria de Covid-19 y en la construcción de una solución duradera, con perspectiva de género y tomando en consideración el interés superior de la infancia.
Para ello, subrayó la necesidad de fortalecer las medidas de prevención, atención y protección a las mujeres y niñas víctimas de violencia; construir nuevas relaciones sociales y familiares más igualitarias, que incluyan masculinidades positivas.
En materia de atención y sanción de la violencia contra las mujeres, la ONU recomendó a los poderes del Estado, en los tres niveles, integrar medidas de mitigación de la violencia de género en los planes nacionales de respuesta al COVID-19 así como recursos para hacerlo.
Garantizar el acceso oportuno a los servicios y a la justicia, por ejemplo, aumentar el número de días de las órdenes de protección o habilitar canales virtuales para poder interponer recursos ante el sistema de justicia; clasificar y tratar a los servicios de atención a mujeres víctimas de violencia como servicios esenciales, lo cual incluye garantizar el acceso a la protección y mantener refugios seguros y líneas de ayuda para las víctimas. Una medida podría ser la de permitir que los números de emergencia sean gratuitos, así como el envío de mensajes de texto con el mismo fin.
Así como también garantizar la protección de las personas en los servicios de emergencia y en los refugios frente al riesgo de transmisión de COVID-19.
Es fundamental asegurar la adecuada operación de las líneas de atención telefónica y garantizar que los refugios y centros de atención y protección de las mujeres. En el caso del Gobierno de México ha decretado la atención a las víctimas de violencia como servicios esenciales y está reforzando acciones sobre todo en la atención a denuncias telefónicas a través del 911 para atender la contingencia con perspectiva de género.
Hay que asegurar que el funcionariado público, específicamente de seguridad pública y del poder judicial, tenga información sobre el aumento de la violencia contra las mujeres y las niñas durante la crisis de COVID-19 y brindar capacitación sobre cómo responder y canalizar a las víctimas y sobrevivientes a los servicios apropiados en el marco de la contingencia.
Además de asegurar la debida protección de las mujeres privadas de su libertad y revisar la posibilidad de aprobar normas por las cuales se deje en libertad a aquellas que cometieron delitos de baja peligrosidad, patrimoniales o que siguen esperando condena.
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