En las celebraciones del “Día de Muertos” en México, el pan es uno de los elementos tradicionales que no puede faltar para recordar a los seres queridos y se estima que 8 de cada 10 mexicanos compra “pan de muerto” para colocarlo sobre la ofrenda o para comerlo con chocolate o café caliente, de acuerdo a la empresa global de datos Kantar.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, (Inegi), revelan que en México existen 60,000 panaderías y el 97% son micro y pequeñas empresas familiares que durante octubre y noviembre aumentan el 40% la venta de pan.
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El sector panadero genera 841,000 empleos, con un salario promedio de 6,700 pesos al mes y las mujeres representan el 68% de la población ocupada en esta actividad.
Panaderos de la colonia Narvarte, Roma, Guerrero, Santa María de la Ribera, platicaron a La Prensa que el alza de los insumos lo ha llevado a ajustar los precios, para la presente celebración de Día de Muertos tuvo un alza de cerca del 30% y el pan un incremento del 25 por ciento.
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Y el precio del pan depende de si es azucarado, de nuez, sabor naranja, relleno de nata, crema pastelera, chocolate, con figuritas; con decorado combinado de nuez, chocolate; aunque los tradicionales son con ajonjolí y azucarado, detalló Macario Gómez, panadero de profesión.
Una encuesta realizada por el portal de estadísticas Statista, consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), resalta que en México, aproximadamente el 94% de las y los entrevistados afirmaron consumir pan de muerto.
La venta de este tipo de pan en las tiendas de autoservicio representa el 13% de las ventas de pan durante la temporada, en tanto que los días en los que más se compra son del 27 de octubre hasta el 1 de noviembre, siendo las presentaciones individuales las más buscadas, destaca un estudio realizado por la empresa de información, datos y medición de mercados, Nielsen.
Y si bien este producto es tan popular en la mesa de las y los mexicanos, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) alerta que una porción de pan de muerto tradicional (100 gramos) contiene 53.2 gramos de carbohidratos; 17.7 gramos de grasas; 36 miligramos de colesterol; 329 miligramos de sodio y 417 kcal, y si se acompaña de una taza de leche con chocolate, se suman otras 200 kcal.
Exceso de carbohidratos
En tanto, que la Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, recomienda un aporte de 2,000 a 2,500 kcal al día para el hombre y de 1,500 a 2,000, para la mujer, ya que el consumo en exceso de carbohidratos en alimentos con altos contenidos de almidón o azucarados puede incrementar la cantidad de calorías totales, y llevar a un aumento de peso.
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Asimismo, los especialistas asocian el consumo elevado de azúcares con diversas patologías, como obesidad, alteraciones hepáticas, diabetes, enfermedad cardiovascular, hígado graso, entre otras, y recomiendan hábitos de vida saludables y una dieta equilibrada.
Su origen data desde la época prehispánica, solo que antes se le conocía como "papalotlaxcalli". Básicamente era una especie de tortilla a la que se le imprimía, cuando la masa estaba cruda, una figura con forma de mariposa, una vez cocida, se pintaba coloridamente.
De acuerdo a historiadoras e investigadoras del INAH, la relación entre los festejos del Día de Muertos en México y el pasado prehispánico fue un invento del México posrevolucionario, en específico del cardenismo.
“El altar de muertos, las calaveras azucaradas y los panes con forma de hueso son tradiciones que provienen de la Edad Media católica europea”, de acuerdo al escritor e investigador Alberto Peralta de Legarreta.
Las primeras recetas impresas del pan de muerto, como lo conocemos hoy en día, comenzaron a aparecer alrededor de 1945. Sin embargo, esto no indica que surgiera hasta esta fecha, para que apareciera en el recetario debió de ser ya un pan conocido.
José Lulo Ubaldo, maestro de la Universidad del Claustro de Sor Juana, el pan de muerto más común de la Ciudad de México (el redondo con huesitos), adquirió forma a fines del siglo XVIII, cuando panaderos de Francia migraron a este territorio y trajeron la masa del pan brioche, que resultó en bizcochos al modificar sus ingredientes.
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