El Centro Catòlico Multimedial resaltó que a pocas semanas de la toma de posesión de la nueva presidenta de la República, los anuncios acerca de la designación de sus más cercanos colaboradores han dejado más cuestionamientos que opiniones favorables.
Puso como ejemplo que detrás de esos ríos de sangre, la actual titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana -SSPC- se ha respaldado con cifras alegres y discursos que rivalizan con las historias de la ciencia ficción acerca del mundo ideal.
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Hoy, su incondicional y adicta devoción al obradorismo la pone en Gobernación, la antigua “supersecretaría” que, entre otras cosas, tiene la facultad del control político y de espionaje de opositores al gobierno en turno. A este nombramiento se asocia el del próximo sucesor en la SSPC.
Ahora, añadió, dos pendientes quedan en estas designaciones, la de los militares que se han metido en cuestiones estrictamente civiles y que, al perdurar en este papel, habrán de tener más y más poder en un maltrecho sistema de seguridad que, por “ordenes de la comandante suprema”, estará en manos de las fuerzas armadas.
La seguridad en vilo ante trayectoria del nuevo titular
En el editorial “Cuestionado gabinete”, refirió que por su incondicionalidad y haber librado la muerte después de un atentado de los grupos del crimen organizado en la Ciudad de México, el próximo secretario de Seguridad estará en la difícil coyuntura entre el carácter civil y militar de la seguridad, además de que su trayectoria plantea muchas interrogantes sobre el futuro y el incorruptible buen manejo de la seguridad en México.
El CCM afirmó que si bien la primera tanda de nombramientos, en la que se dio la cartera de Economía a quien fue canciller del gobierno de AMLO y contendiente por la candidatura del oficialismo a la presidencia, fue vista con buenos ojos por calidad, trayectoria y desempeño de los favorecidos.
Las posteriores nominaciones han suscitado una pérdida de la confianza apuntando a que, más que colocar gente de capacidad y experta en los ramos, se privilegió el dedazo, el pago de favores y la cooptación de secretarías que habrán de impulsar intereses políticos y partidistas, más que los que tocan los intereses del pueblo de México.
Expuso el caso de la titular de la Secretaría del Bienestar, la antigua Sedesol, responsable del combate a la pobreza y que tienen en sus manos el control de los programas sociales a adultos mayores, discapacitados o el polémico “Sembrando Vida”, refrendó su cargo bajo la complacencia de los líderes del oficialismo puesto que su desempeño sirvió para que todos esos programas se usarán con fines electorales con millones de votos garantizando el avasallante triunfo de MORENA.
A Educación, uno de los promotores de la Reforma Educativa
Otra polémica designación fue la del próximo titular de la Secretaría de Educación Pública. Desde las primeras quinielas en las posibles designaciones, quien es dirigente del movimiento obradorista era tenido para ocupar una cartera importante en el gobierno.
El privilegio de ocupar la Secretaría de Educación Pública demuestra su carácter incondicional. Jamás ha tenido un cargo magisterial, pero sí el temple para ser maestro de cómo la lealtad partidista es prioritaria sobre la experiencia en un ramo rezagado tras la pandemia.
Criticado por los sectores disidentes del magisterio nacional por haber sido uno de los aplaudidores más entusiastas de la reforma educativa del último régimen priísta, contrasta con su nula experiencia en el campo de la docencia.
Otro es el de la designación de quien será la secretaria de Gobernación. De los fracasos más estrepitosos, el combate a la violencia es de los peores lastres que heredará el próximo gobierno el cual insiste en su política de “abrazos y no balazos”.
Así, el peso de estas decisiones políticas en este cuestionado gabinete habrá de definir el futuro de un proyecto de gobierno que, con pocos y contundentes resultados, se consolida tras el abrumador ascenso de la primera mujer a la presidencia de México.
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