/ domingo 7 de julio de 2024

México debe ser tierra de libertad y oportunidades para todos: CCM 

Llamó a dejar atrás las inconformidades generadas a partir de los comicios del 2 de junio y "reparar los daños de guerra" causados durante ese proceso.

“Que no prevalezca el sentimiento de vencedores y vencidos, sino el de ciudadanos de la misma patria que debemos construir… México debe ser tierra de libertad y oportunidades para todos”, aseguró el Centro Católico Multimedial.

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Así, con ese mensaje, la Iglesia emprende reparar “los daños de guerra” que causaron las etapas previas a la jornada electoral, aceptando los resultados.

No obstante, no quiere ser actor mudo y sumiso. El próximo gobierno sabe que la Iglesia católica es un factor determinante y de peso en los procesos de estabilización de muchas comunidades que ahora están sobajadas por el poder del crimen organizado y el estado de derecho es, prácticamente, pura ilusión.

En el editorial titulado “Iglesia tiende la mano”, el CCM resaltó que el proceso y jornada electorales trajeron no pocas controversias, entre ellas la participación y opiniones políticas de clérigos y ministros de culto de asociaciones religiosas, particularmente en la Iglesia católica, que recomendaron votar responsablemente bajo el criterio del “mal menor”, un criterio moral y de ponderación que, en el pensamiento cristiano, primeramente sugerida por san Agustín en su controversia contra los de la secta de Prisciliano y más desarrollada por santo Tomás de Aquino.

Para nadie es desconocido que, en comunidades o en redes sociales, sacerdotes y obispos llamaron a rechazar cualquier intento de coacción de voto o, peor aún, a usar el sufragio para perpetuar un deplorable estado de cosas advirtiendo de la violencia y de ganar el oficialismo, cargar a México hacia un régimen de opresión y de supresión de las libertades, citó.

Pero los recalcitrantes y apolillados decimonónicos que se dicen liberales atacaron de forma virulenta a los obispos amagándolos con castigos, incluso cárcel, por opinar políticamente.

La Iglesia católica ha demostrado que, en un estado de derecho, todos podemos opinar sin exclusión y bajo las limitantes del respeto a terceros.

A un mes de la jornada electoral del 2 de junio, los apabullantes resultados sorprendieron a no pocos, incluso al Episcopado Mexicano. A través de diversos mensajes o en las mismas homilías, los obispos han ponderado lo que sucedió en las urnas.

En últimos días, por ejemplo, el obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio, reiteró su llamado a orar por México y estimó el inminente comunismo con el segundo piso de la llamada cuarta transformación.


Ascencio

fue blanco de las opiniones más feroces, incluso lo condenaron al infierno a través de redes sociales.

Por otro lado, el Episcopado Mexicano llamó, a través de un mensaje a un mes del proceso electoral, a superar cualquier sentimiento de disconformidad, orar por México y trabajar por la unidad.

Recordaron la felicitación que han hecho a la próxima titular del Ejecutivo y confiaron en una nueva etapa para avanzar en la reconciliación.

Es claro que el próximo gobierno no desconoce ese papel.

En la práctica, algunos gobiernos, y eso pasó en la Ciudad de México, se han agarrado de la sotana de los eclesiásticos para responder a emergencias sociales ante la franca incapacidad de la burocracia.

El organismo católico afirmó que Sheinbaum conoce bien que la Iglesia puede ser una efectiva aliada o ser protagonista capaz de anunciar y denunciar. Sheinbaum sabe que la mano está tendida y es conveniente estrechar.

Síguenos en Facebook: La Prensa Oficial y en Twitter: @laprensaoem

“Que no prevalezca el sentimiento de vencedores y vencidos, sino el de ciudadanos de la misma patria que debemos construir… México debe ser tierra de libertad y oportunidades para todos”, aseguró el Centro Católico Multimedial.

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Así, con ese mensaje, la Iglesia emprende reparar “los daños de guerra” que causaron las etapas previas a la jornada electoral, aceptando los resultados.

No obstante, no quiere ser actor mudo y sumiso. El próximo gobierno sabe que la Iglesia católica es un factor determinante y de peso en los procesos de estabilización de muchas comunidades que ahora están sobajadas por el poder del crimen organizado y el estado de derecho es, prácticamente, pura ilusión.

En el editorial titulado “Iglesia tiende la mano”, el CCM resaltó que el proceso y jornada electorales trajeron no pocas controversias, entre ellas la participación y opiniones políticas de clérigos y ministros de culto de asociaciones religiosas, particularmente en la Iglesia católica, que recomendaron votar responsablemente bajo el criterio del “mal menor”, un criterio moral y de ponderación que, en el pensamiento cristiano, primeramente sugerida por san Agustín en su controversia contra los de la secta de Prisciliano y más desarrollada por santo Tomás de Aquino.

Para nadie es desconocido que, en comunidades o en redes sociales, sacerdotes y obispos llamaron a rechazar cualquier intento de coacción de voto o, peor aún, a usar el sufragio para perpetuar un deplorable estado de cosas advirtiendo de la violencia y de ganar el oficialismo, cargar a México hacia un régimen de opresión y de supresión de las libertades, citó.

Pero los recalcitrantes y apolillados decimonónicos que se dicen liberales atacaron de forma virulenta a los obispos amagándolos con castigos, incluso cárcel, por opinar políticamente.

La Iglesia católica ha demostrado que, en un estado de derecho, todos podemos opinar sin exclusión y bajo las limitantes del respeto a terceros.

A un mes de la jornada electoral del 2 de junio, los apabullantes resultados sorprendieron a no pocos, incluso al Episcopado Mexicano. A través de diversos mensajes o en las mismas homilías, los obispos han ponderado lo que sucedió en las urnas.

En últimos días, por ejemplo, el obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio, reiteró su llamado a orar por México y estimó el inminente comunismo con el segundo piso de la llamada cuarta transformación.


Ascencio

fue blanco de las opiniones más feroces, incluso lo condenaron al infierno a través de redes sociales.

Por otro lado, el Episcopado Mexicano llamó, a través de un mensaje a un mes del proceso electoral, a superar cualquier sentimiento de disconformidad, orar por México y trabajar por la unidad.

Recordaron la felicitación que han hecho a la próxima titular del Ejecutivo y confiaron en una nueva etapa para avanzar en la reconciliación.

Es claro que el próximo gobierno no desconoce ese papel.

En la práctica, algunos gobiernos, y eso pasó en la Ciudad de México, se han agarrado de la sotana de los eclesiásticos para responder a emergencias sociales ante la franca incapacidad de la burocracia.

El organismo católico afirmó que Sheinbaum conoce bien que la Iglesia puede ser una efectiva aliada o ser protagonista capaz de anunciar y denunciar. Sheinbaum sabe que la mano está tendida y es conveniente estrechar.

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