/ domingo 25 de octubre de 2020

Celebremos a fieles difuntos sin aglomeraciones: Arquidiócesis de México

recordó que también las celebraciones en torno a la Virgen de Guadalupe tomarán un rumbo diverso al que ya estábamos acostumbrados.

La Arquidiócesis de México recomendó a todo el pueblo de México a festejar a los fieles difuntos, pero con un nuevo orden y un mayor respeto, ya que ¡seguimos en alerta por la pandemia!, por lo que “debemos evitar aglomeraciones” y por tal razón permanecerán cerrados los panteones, con ocasión del día 2 de noviembre.

Señaló que en los próximos días sin duda los mexicanos festejarán a los fieles difuntos “y lo hemos de hacer como siempre -¡con todo el corazón!”.” No dejemos que el pánico o la desesperación nos jueguen chueco; de ahí que el orden y el respeto a medidas y disposiciones sanitarias de la autoridad, debemos asumirlas con todo el corazón y por el bien de todos”.

Y recordó que también las celebraciones en torno a la Virgen de Guadalupe tomarán un rumbo diverso al que ya estábamos acostumbrados.

En su editorial, publicado en la Revista Católica Desde la Fe, lejos de recibir la noticia con tristeza o pesar -¡sin duda a tantos nos hubiera gustado llegar hasta el Tepeyac!-, la hemos de recibir con un corazón renovado, con un corazón que se encienda en el mismo corazón de quien supo estar firme y fuerte junto a la cruz de su Hijo, y con la esperanza de su triunfo sobre la muerte.

La sede eclesiástica capitalina destacó que como ya lo ha indicado las autoridades, lejos de ser una arbitrariedad o desprecio de nuestras tradiciones, eso nos da oportunidad para profundizar y buscar caminos que nos lleven a vivir lo importante con el corazón, a descubrir lo que es invisible para los ojos, como ya nos enseñaba Antoine de Saint-Exupéry en su invaluable obra: El Principito.

Resaltó que a dos meses de terminar el año, son incontables los aprendizajes y las experiencias inesperadas que hemos acumulado. Para todos ha sido oportunidad de crecer en medio de la contingencia, de ser solidarios ante la crisis, de renovar el afecto a pesar del distanciamiento.

Y aunque no tenemos la seguridad absoluta en la evolución de la pandemia y ante la temporada de frío que ya está a la puerta, parecería que el horizonte sigue siendo hostil.

Pero a nuestro favor cuentan las medidas de prevención y precaución, la disciplina y el respeto, el orden que siempre será mejorable. "Ojalá que pongamos el corazón en todo lo que está por venir y debemos enfrentar".

La iglesia católica expuso que y si bien con el término corazón nos referimos a los afectos, también con él hablamos de tomar las cosas en serio, con valentía pero nunca temerarios, con esperanza pero no con falsas confianzas, con hechos claros, directos y prácticos, y no con suposiciones, o cifras alegres, o ilusiones maravillosas.

Pues ya se conocen las noticias de los rebrotes de contagios en países europeos, y “estamos ante la posibilidad de tener que recorrer el mismo camino”.

La Arquidiócesis de México recomendó a todo el pueblo de México a festejar a los fieles difuntos, pero con un nuevo orden y un mayor respeto, ya que ¡seguimos en alerta por la pandemia!, por lo que “debemos evitar aglomeraciones” y por tal razón permanecerán cerrados los panteones, con ocasión del día 2 de noviembre.

Señaló que en los próximos días sin duda los mexicanos festejarán a los fieles difuntos “y lo hemos de hacer como siempre -¡con todo el corazón!”.” No dejemos que el pánico o la desesperación nos jueguen chueco; de ahí que el orden y el respeto a medidas y disposiciones sanitarias de la autoridad, debemos asumirlas con todo el corazón y por el bien de todos”.

Y recordó que también las celebraciones en torno a la Virgen de Guadalupe tomarán un rumbo diverso al que ya estábamos acostumbrados.

En su editorial, publicado en la Revista Católica Desde la Fe, lejos de recibir la noticia con tristeza o pesar -¡sin duda a tantos nos hubiera gustado llegar hasta el Tepeyac!-, la hemos de recibir con un corazón renovado, con un corazón que se encienda en el mismo corazón de quien supo estar firme y fuerte junto a la cruz de su Hijo, y con la esperanza de su triunfo sobre la muerte.

La sede eclesiástica capitalina destacó que como ya lo ha indicado las autoridades, lejos de ser una arbitrariedad o desprecio de nuestras tradiciones, eso nos da oportunidad para profundizar y buscar caminos que nos lleven a vivir lo importante con el corazón, a descubrir lo que es invisible para los ojos, como ya nos enseñaba Antoine de Saint-Exupéry en su invaluable obra: El Principito.

Resaltó que a dos meses de terminar el año, son incontables los aprendizajes y las experiencias inesperadas que hemos acumulado. Para todos ha sido oportunidad de crecer en medio de la contingencia, de ser solidarios ante la crisis, de renovar el afecto a pesar del distanciamiento.

Y aunque no tenemos la seguridad absoluta en la evolución de la pandemia y ante la temporada de frío que ya está a la puerta, parecería que el horizonte sigue siendo hostil.

Pero a nuestro favor cuentan las medidas de prevención y precaución, la disciplina y el respeto, el orden que siempre será mejorable. "Ojalá que pongamos el corazón en todo lo que está por venir y debemos enfrentar".

La iglesia católica expuso que y si bien con el término corazón nos referimos a los afectos, también con él hablamos de tomar las cosas en serio, con valentía pero nunca temerarios, con esperanza pero no con falsas confianzas, con hechos claros, directos y prácticos, y no con suposiciones, o cifras alegres, o ilusiones maravillosas.

Pues ya se conocen las noticias de los rebrotes de contagios en países europeos, y “estamos ante la posibilidad de tener que recorrer el mismo camino”.

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