En el último mes, el costo promedio de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) se incrementó 1.42% al pasar de 1,661 a 1,685 pesos, siendo Morelos, Ciudad de México, Hidalgo, Jalisco y Guerrero, las entidades donde se venden los productos más caros.
De acuerdo con datos del INEGI la inflación general se ubicó en 8.76% en septiembre; sin embargo, la inflación alimentaria alcanza 13.27% y la inflación de productos agrícolas es de 15.20%, informó la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC).
Al dar a conocer los resultados del monitoreo de precios de 44 productos de consumo básico, la ANPEC advirtió que 32 productos registraron aumentos, y las alzas más significativas las observaron los precios de la cebolla, papa, chile, limón y zanahoria.
Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC indicó que la inflación es un fenómeno multifactorial que se explica por la desigualdad, el estancamiento económico, el desempleo, el bajo poder adquisitivo, dependencia alimentaria, inseguridad, violencia, recesión y cambio climático, por lo que requiere una estrategia multifactorial para poder enfrentarla.
Datos del monitoreo de precios de ANPEC advierte que en el último mes, el litro de aceite se incrementó de 47 a 50 pesos; papel higiénico (4 rollos) de 27 a 29 pesos; bistec de res de 185 a 188 pesos; tomate de 23 a 25 pesos, cebolla de 22 a 30 pesos; papa de 30 a 35 pesos; limón de 29 a 34 pesos; kilogramo de tortilla de 20 a 21.07 pesos; pan de caja (blanco) de 42 a 45 pesos; huevo de 48 a 49 pesos; kilogramo de frijol de 33 a 34 pesos; lata de atún de 21 a 21.33 pesos; pasta para sopa (200 gramos) de 8 a 9 pesos.
Esta escalada inflacionaria que ha ido creciendo mes tras mes en los últimos 2 años y que al corte en el mes de septiembre ha llegado al 8.76% de inflación general anualizada y la inflación alimentaria a 13.27%, así como la inflación de los productos agrícolas en 15.20%, informó Cuauhtémoc Rivera.
Al advertir que la tendencia inflacionaria en la mayoría de los productos de consumo básico coloca a 7 de cada 10 familias en situación de inseguridad alimentaria, Rivera señaló que este fenómeno golpea principalmente a las familias más pobres.
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Por ello, destacó que de los 127 millones de mexicanos, 14 millones viven en pobreza extrema, 43 millones en pobreza, 65 millones en la informalidad y 90 millones tienen insolencia que no les permite comprar los alimentos de la canasta básica.
El bajo poder adquisitivo de la población y el aumento de precios ha provocado una caída en el consumo, lo que se ha convertido en un obstáculo que frena la recuperación económica, indicó.
“Para fines prácticos, hemos caído en una estanflación con un marginal crecimiento de 1.3% en el mejor de los casos para este año. Todo indica que al cierre de año ni siquiera alcanzaremos a llegar al mediocre 2% del PIB previo a la pandemia. A lo que debemos agregar una inflación galopante que en materia alimentaria de meses atrás ya es de 2 dígitos. La estanflación es un entorno profundamente inflacionario”, explicó.
La inflación, agregó, ya se comió los aumentos al salario mínimo que en este mandato se han otorgado, por lo que se requiere seguir aumentando para elevar el poder adquisitivo de los consumidores mexicanos.
“Pretender controlar la inflación desde los precios de los productos es una acción que a todas luces resulta corta e inefectiva. Tenemos que hacer muchas cosas más para lograr contener el incremento de precios de los alimentos de la canasta básica”, agregó Rivera.
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