En las próximas semanas, podría seguir aumentando el precio del kilogramo de la masa y la tortilla en el país, debido a que las grandes comercializadoras continúan acaparando el maíz, como sucede desde el inicio de la pandemia de la Covid-19; mientras que Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) ha incumplido con su compromiso de vender directamente el grano a los productores, por lo que se vuelve imposible sostener el precio de este alimento básico.
Así lo advirtió el Consejo Rector de la Tortilla Tradicional Mexicana y la Cámara Nacional de la Industria de Producción de Masa y Tortillas (CNIPMT), al señalar que los insumos para elaborar la tortilla han aumentado más del 40 por ciento en el último año, derivado de la pandemia de la Covid-19.
Aunque el sector está comprometido a ser el último en bajar sus cortinas por la crisis económica actual, no existen condiciones para seguir operando bajo el mismo esquema y precio que se tenía, pues son alrededor de 111 mil tortillerías afectadas por estas condiciones, las cuales generan poco más de 300 mil empleos directos.
Los presidentes del Consejo Rector de la Tortilla Tradicional Mexicana, Sergio Jarquín Muñoz, y de la CNIPMT, Rubén Montalvo Morales, lamentaron que, a pesar de que los productores de la masa y la tortilla han sostenido reuniones con Segalmex y las secretarías de Agricultura y Desarrollo Rural y de Economía por más de un año, hasta ahora, ninguna de las dependencias federales ha cumplido con sus compromisos con el sector y, por el contrario, el costo de los insumos sigue aumentando.
Dichos aumentos registrados en las toneladas de maíz y harina, así como en el litro de gas y gasolinas, entre otros, propició un primer aumento en el costo del kilogramo de tortilla en el primer trimestre del año.
Y éste podría seguir incrementándose si no existe la intervención del Gobierno, toda vez que se sigue acaparando el maíz por las grandes comercializadoras y, por el otro lado, no se estabilizan los precios por tonelada, al tiempo en que Segalmex tiene resguardadas cientos de toneladas en bodegas, sin justificación alguna.
Dijeron que al inicio de este año, el director general de Segalmex, Ignacio Ovalle, se comprometió, frente a los secretarios Víctor Manuel Villalobos y Tatiana Clouthier, que podrían vendernos por lo menos 400 mil toneladas de remanente de maíz a finales de marzo o principios de abril, pero días después se desdijo.
Empero, la industria de la masa y la tortilla aseveró que, en días recientes, han descubierto que, en algunas bodegas de estados como Guerrero, la Segalmex tiene retenidas toneladas de maíz, sin razón aparente, lo que representa un desperdicio que afecta el bolsillo del consumidor final.
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Los líderes de la industria tortillera resaltaron que si Segalmex ofrece el maíz al sector al precio en el que se les compra a los agricultores y se apoyan las compras consolidadas de maíz y harina, el precio de la tortilla se podría estabilizar para el consumidor final.
En tanto, Sergio Jarquín recordó que, en abril de 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió con la industria a revisar el tema y, derivado de este acuerdo, comenzaron las mesas de diálogo entre las dependencias del gobierno federal; no obstante, éstas han incumplido su palabra desde entonces.
“Ante el desinterés del gobierno federal, hemos estado enfrentando ajustes en el costo de producción y, de no intervenir directamente el presidente Manuel López Obrador, el precio del kilogramo de tortilla seguirá al alza, pues enfrentamos incrementos históricos que los que integramos esta industria, ya no podremos soportar más”, manifestó Rubén Montalvo.
Coincidieron en que, previo al ajuste que se realizó en el precio del kilogramo de la tortilla este año, el cual fue menor al 15 por ciento, la industria soportó casi seis años con el mismo costo, pese a que el maíz se elevó por arriba del 30 por ciento, a lo que debe sumarse el incremento que han presentado el resto de los insumos que se requieren para su elaboración.
Asimismo, los industriales de la tortilla han denunciado públicamente y han solicitado en varias ocasiones a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) que realice inspecciones en el sector, ante la competencia desleal que enfrentan quienes se dedican a este gremio, con la apertura de tortillerías informales, ilegales o clandestinas, algunas relacionadas con pseudopolíticos, quienes ofertan el kilogramo de este alimento hasta en siete pesos promedio.
Los productores de la tortilla reiteraron su compromiso con la alimentación de las familias mexicanas, especialmente, de aquellas que pertenecen a los grupos vulnerables y quienes ven en este alimento una forma de mantener nutridos a sus integrantes, a un bajo costo.
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