/ jueves 10 de septiembre de 2020

¡Agárrense!, paquete económico 2021 prepara gasolinazo para el 2021

Pese al compromiso del gobierno de la 4T de no incrementar ni crear nuevos impuestos

Ciudad de México.- Disfrazada de “cuota complementaria”, el Paquete Presupuestal 2021 prevé la posibilidad de cobrar una tributación adicional en el IEPS de gasolinas y Diesel, lo que provocaría un incremento directo en este impuesto al consumo que todos pagan y un inminente gasolinazo.

Pese al compromiso del gobierno de la 4T de no incrementar ni crear nuevos impuestos, en la exposición de motivos del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 se advierte la posibilidad de aplicar “cuotas complementarias en el esquema tributario del IEPS aplicable a los combustibles automotrices”, como un instrumento contracíclico para fortalecer las finanzas públicas ante escenarios desventajosos, como los observados durante 2020.

De acuerdo con el documento que la Presidencia de la República envió al Congreso de la Unión se establece que “…esto se logrará mediante la aplicación de cuotas complementarias a las previstas en el artículo 2º., fracción I, inciso D) de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios”.

“De esta forma, se protegerá a las finanzas públicas en caso de variaciones a la baja de precios del crudo, referencias internacionales y tipo de cambio, permitiendo al Gobierno de México atender las necesidades de la población. Asimismo, en caso de variaciones al alza de precios del crudo, referencias internacionales y tipo de cambio, se continuará protegiendo el poder adquisitivo de los hogares mexicanos”, señala el documento.

El proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, en el rubro de IEPS para petrolíferos señala que: “…dicha medida no implica una tasa adicional o sobretasa, ya que se trata únicamente de una modificación a la cuota basada en las operaciones aritméticas que, como ya se mencionó establecerá el propio legislador con el propósito de ir ajustando la cuota en función de las variables económicas que él mismo ha definido, y por tanto, la cuota vigente a partir del 1 de enero de 2021 se ajustará, ya sea para disminuirla o bien para incrementarla, conforme a las variables contempladas en la propia norma”.

Santiago Arroyo, director de Ursus Energy indicó en entrevista que el IEPS es un impuesto al consumo “que pagan todos”, pero que este año que está por finalizar se mantuvo a “tope”, debido a la caída en los precios de productos petrolíferos en el mercado internacional y de la demanda, entre marzo-abril, en el marco de la jornada de sana distancia.

Explicó que el IEPS al ser un impuesto al consumo cayó su recaudación por el “lockdown” de la pandemia por Covid-19 y, por ende, el gobierno dejó de recaudar por las bajas ventas en las gasolineras.

“Se cae la demanda, se cae el consumo y obviamente la recaudación se vio impactada”, indicó el analista al precisar que entre marzo-abril se registraron precios de hasta 11.90 pesos; de los cuales, 5 pesos corresponde al Impuesto Especial de Productos y Servicios (IEPS). Además, destacó que el gobierno federal lleva treinta y tantas semanas recaudando a tope este impuesto porque no ha habido ninguna clase de incentivo.

Recordó que el compromiso del gobierno federal es no crear nuevos impuestos ni aumentar los ya existentes; sin embargo, en el documento enviado al Congreso ya se justifica la creación de este nuevo impuesto llamado “complemento”, por los desbalances del mercado, los problemas de recaudación, un eventual segundo brote de la pandemia y posibilidad de acceder a una vacuna este año.

David Deolarte | La Prensa

QUE EXISTAN REGLAS CLARAS

En términos jurídicos estrictos se trata sin lugar a dudas de la creación de un nuevo impuesto, declaró Santiago Arroyo, director de Ursus Energy al destacar que desafortunadamente en el documento no se establecen reglas claras en la aplicación de este gravamen.

Señaló que en el momento que existan desbalances en el mercado, como los vistos en marzo-abril, se van a seguir teniendo gasolinas caras, porque la Secretaría de Hacienda tampoco establece hasta qué punto va a aumentar este impuesto.

La autoridad “no señala si va a ser un monto igual, si va a ser la mitad, si van a ser las dos terceras partes o una quinta parte. No lo señala y podemos asumir, bajo el principio de proporcionalidad tributaria que nos podrían aplicar otro tanto igual; es decir, otros 4.95 pesos, por ejemplo, para la gasolina regular, lo que elevaría el IEPS en alrededor de 10 pesos”, apuntó.

Comentó que sí a nivel internacional bajan los precios de gasolinas por algún tema de caída de demanda, en México, el precio al público seguirá estable por el tema de recaudación, lo que obviamente tendrá una serie de repercusiones sociales, por ser un impuesto al consumo que pagan todos.

El analista financiero advirtió que más allá del efecto que esto tenga en el tema macroeconómico, el principal impacto se tendrá en la economía doméstica, que es la más sensible.

“En la economía doméstica vamos a tener un problema gigantesco, porque al existir una tributación adicional, obviamente, los insumos, productos y servicios que se mueve con gasolina y diésel se verán impactados en sus precios y, ante una contracción económica como la que estamos viendo actualmente, tendrá un efecto durísimo para el bolsillo de los mexicanos”, advirtió.

Santiago Arroyo subrayó que el documento enviado al Congreso de la Unión no establece ninguna clase de reglas o criterios de aplicación, solo se habla de desbalances de los mercados, por lo que no queda bien establecido el criterio de aplicación de este complemento y podrí caer en el terreno de lo discrecional.

Tampoco se habla de “topes”; es decir, no señalan “cuánto nos van a complementar”, pero de acuerdo con el principio de proporcionalidad tributaria, podría ser un monto igual, similar o menor a la que ya tenemos actualmente, apuntó Arroyo al confiar “que no puedan clavarnos más de esos 4.95 pesos”.

Destacó que la argucia que emplea el gobierno es que no habla de incrementar ni crear un nuevo impuesto, sino “de complementar”. Y este complemento, es la contraparte de un incentivo, señaló Santiago Arroyo.

“Lo más seguro es que en la primera semana de enero van a aplicar un complemento”, previó Arroyo, quien no descartó la posibilidad de que los agentes económicos y del sector puedan impugnar este impuesto, debido a que la utilidad pública de tener mayores recursos se antepone al desarrollo integral de las personas, de las empresas y a una calidad financiera.

“Al momento que este impuesto sea aprobado por la Cámara de Diputados y le dé palomazo el Senado, a partir de ahí, vamos a tener 15 días, una vez que se publique en el Diario Oficial el PEF 2021, para ampararnos contra este impuesto, porque toda tributación es impugnable, como todo acto de autoridad”, destacó Santiago Arroyo en entrevista con Luis Carriles, director del periódico LA PRENSA.

David Deolarte | La Prensa

"Los precios habían bajado y otra vez están altos, vamos igual que antes"

Automovilistas capitalinos denuncian que en lo que va de esta administración, ha habido incrementos “considerables” a los precios de los combustibles, situación que se refleja en sus bolsillos.

-A pesar de transportarse todos los días en una motocicleta de pequeña cilindrada que consume poco combustible, Fernando comenta que como los precios han aumentado los últimos dos años, ha tenido que emplear otras formas para obtener ingresos.

“Considero que los precios son muy caros; no ha habido cambios significativos pero sigue igual el precio (…) yo tengo que consumir gasolinas forzosamente, al precio que lo den. Si el próximo año hubiera un gasolina yo creo que sería culpa de la corrupción”.

-Gonzalo, es un agente de viajes que tiene que utilizar su automóvil todos los días para transportarse en la Ciudad de México y que a la semana consume aproximadamente tres tanques de gasolina completos.

En caso de registrarse un incremento en los precios de las gasolinas para enero de 2021, comentó que lo reprobaría categóricamente, ya que va en contra de las propuestas del actual mandatario.

-Una automovilista que prefirió no dar su nombre por cuestiones personales, sostuvo que al inicio de la pandemia por Coronavirus (COVID-19) los precios de gasolina y diésel disminuyeron drásticamente. “¿Pero, qué vamos a hacer? Otra vez están altos y ahorita seguimos igual que antes. Esto es un círculo vicioso producto de una mala gestión del gobierno” refirió en una gasolinera ubicada en la zona centro de la capital.

-El repartidor de alimentos Leonardo -que viaja en un automóvil sedan- dijo que, en caso de registrarse un nuevo gasolinazo al inicio del primer semestre de 2021, abandonaría su unidad y volvería a usar otros medios de transporte. La motocicleta o incluso el transporte público serían opciones por el poco ingreso que percibe y el costo reducido que implica utilizar estos medios de transporte.

-El paramédico de una ambulancia particular, Misael “N” agregó que, al no tener el respaldo del Gobierno de la Ciudad de México, los socorrieras particulares tienen que absorber todos los gastos de las unidades móviles.

“Nosotros tenemos que pagar la gasolina, medicamentos, reparaciones de la ambulancia y con los precios altos se vuelve todo más difícil (…) nosotros no podemos andar con medio tanque o menos, siempre tenemos que estar al cien; si aumentan los precios nosotros vamos a tener menos recursos para poder apoyar a la gente”, finalizó.

Luis Barrera | La Prensa



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Ciudad de México.- Disfrazada de “cuota complementaria”, el Paquete Presupuestal 2021 prevé la posibilidad de cobrar una tributación adicional en el IEPS de gasolinas y Diesel, lo que provocaría un incremento directo en este impuesto al consumo que todos pagan y un inminente gasolinazo.

Pese al compromiso del gobierno de la 4T de no incrementar ni crear nuevos impuestos, en la exposición de motivos del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 se advierte la posibilidad de aplicar “cuotas complementarias en el esquema tributario del IEPS aplicable a los combustibles automotrices”, como un instrumento contracíclico para fortalecer las finanzas públicas ante escenarios desventajosos, como los observados durante 2020.

De acuerdo con el documento que la Presidencia de la República envió al Congreso de la Unión se establece que “…esto se logrará mediante la aplicación de cuotas complementarias a las previstas en el artículo 2º., fracción I, inciso D) de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios”.

“De esta forma, se protegerá a las finanzas públicas en caso de variaciones a la baja de precios del crudo, referencias internacionales y tipo de cambio, permitiendo al Gobierno de México atender las necesidades de la población. Asimismo, en caso de variaciones al alza de precios del crudo, referencias internacionales y tipo de cambio, se continuará protegiendo el poder adquisitivo de los hogares mexicanos”, señala el documento.

El proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, en el rubro de IEPS para petrolíferos señala que: “…dicha medida no implica una tasa adicional o sobretasa, ya que se trata únicamente de una modificación a la cuota basada en las operaciones aritméticas que, como ya se mencionó establecerá el propio legislador con el propósito de ir ajustando la cuota en función de las variables económicas que él mismo ha definido, y por tanto, la cuota vigente a partir del 1 de enero de 2021 se ajustará, ya sea para disminuirla o bien para incrementarla, conforme a las variables contempladas en la propia norma”.

Santiago Arroyo, director de Ursus Energy indicó en entrevista que el IEPS es un impuesto al consumo “que pagan todos”, pero que este año que está por finalizar se mantuvo a “tope”, debido a la caída en los precios de productos petrolíferos en el mercado internacional y de la demanda, entre marzo-abril, en el marco de la jornada de sana distancia.

Explicó que el IEPS al ser un impuesto al consumo cayó su recaudación por el “lockdown” de la pandemia por Covid-19 y, por ende, el gobierno dejó de recaudar por las bajas ventas en las gasolineras.

“Se cae la demanda, se cae el consumo y obviamente la recaudación se vio impactada”, indicó el analista al precisar que entre marzo-abril se registraron precios de hasta 11.90 pesos; de los cuales, 5 pesos corresponde al Impuesto Especial de Productos y Servicios (IEPS). Además, destacó que el gobierno federal lleva treinta y tantas semanas recaudando a tope este impuesto porque no ha habido ninguna clase de incentivo.

Recordó que el compromiso del gobierno federal es no crear nuevos impuestos ni aumentar los ya existentes; sin embargo, en el documento enviado al Congreso ya se justifica la creación de este nuevo impuesto llamado “complemento”, por los desbalances del mercado, los problemas de recaudación, un eventual segundo brote de la pandemia y posibilidad de acceder a una vacuna este año.

David Deolarte | La Prensa

QUE EXISTAN REGLAS CLARAS

En términos jurídicos estrictos se trata sin lugar a dudas de la creación de un nuevo impuesto, declaró Santiago Arroyo, director de Ursus Energy al destacar que desafortunadamente en el documento no se establecen reglas claras en la aplicación de este gravamen.

Señaló que en el momento que existan desbalances en el mercado, como los vistos en marzo-abril, se van a seguir teniendo gasolinas caras, porque la Secretaría de Hacienda tampoco establece hasta qué punto va a aumentar este impuesto.

La autoridad “no señala si va a ser un monto igual, si va a ser la mitad, si van a ser las dos terceras partes o una quinta parte. No lo señala y podemos asumir, bajo el principio de proporcionalidad tributaria que nos podrían aplicar otro tanto igual; es decir, otros 4.95 pesos, por ejemplo, para la gasolina regular, lo que elevaría el IEPS en alrededor de 10 pesos”, apuntó.

Comentó que sí a nivel internacional bajan los precios de gasolinas por algún tema de caída de demanda, en México, el precio al público seguirá estable por el tema de recaudación, lo que obviamente tendrá una serie de repercusiones sociales, por ser un impuesto al consumo que pagan todos.

El analista financiero advirtió que más allá del efecto que esto tenga en el tema macroeconómico, el principal impacto se tendrá en la economía doméstica, que es la más sensible.

“En la economía doméstica vamos a tener un problema gigantesco, porque al existir una tributación adicional, obviamente, los insumos, productos y servicios que se mueve con gasolina y diésel se verán impactados en sus precios y, ante una contracción económica como la que estamos viendo actualmente, tendrá un efecto durísimo para el bolsillo de los mexicanos”, advirtió.

Santiago Arroyo subrayó que el documento enviado al Congreso de la Unión no establece ninguna clase de reglas o criterios de aplicación, solo se habla de desbalances de los mercados, por lo que no queda bien establecido el criterio de aplicación de este complemento y podrí caer en el terreno de lo discrecional.

Tampoco se habla de “topes”; es decir, no señalan “cuánto nos van a complementar”, pero de acuerdo con el principio de proporcionalidad tributaria, podría ser un monto igual, similar o menor a la que ya tenemos actualmente, apuntó Arroyo al confiar “que no puedan clavarnos más de esos 4.95 pesos”.

Destacó que la argucia que emplea el gobierno es que no habla de incrementar ni crear un nuevo impuesto, sino “de complementar”. Y este complemento, es la contraparte de un incentivo, señaló Santiago Arroyo.

“Lo más seguro es que en la primera semana de enero van a aplicar un complemento”, previó Arroyo, quien no descartó la posibilidad de que los agentes económicos y del sector puedan impugnar este impuesto, debido a que la utilidad pública de tener mayores recursos se antepone al desarrollo integral de las personas, de las empresas y a una calidad financiera.

“Al momento que este impuesto sea aprobado por la Cámara de Diputados y le dé palomazo el Senado, a partir de ahí, vamos a tener 15 días, una vez que se publique en el Diario Oficial el PEF 2021, para ampararnos contra este impuesto, porque toda tributación es impugnable, como todo acto de autoridad”, destacó Santiago Arroyo en entrevista con Luis Carriles, director del periódico LA PRENSA.

David Deolarte | La Prensa

"Los precios habían bajado y otra vez están altos, vamos igual que antes"

Automovilistas capitalinos denuncian que en lo que va de esta administración, ha habido incrementos “considerables” a los precios de los combustibles, situación que se refleja en sus bolsillos.

-A pesar de transportarse todos los días en una motocicleta de pequeña cilindrada que consume poco combustible, Fernando comenta que como los precios han aumentado los últimos dos años, ha tenido que emplear otras formas para obtener ingresos.

“Considero que los precios son muy caros; no ha habido cambios significativos pero sigue igual el precio (…) yo tengo que consumir gasolinas forzosamente, al precio que lo den. Si el próximo año hubiera un gasolina yo creo que sería culpa de la corrupción”.

-Gonzalo, es un agente de viajes que tiene que utilizar su automóvil todos los días para transportarse en la Ciudad de México y que a la semana consume aproximadamente tres tanques de gasolina completos.

En caso de registrarse un incremento en los precios de las gasolinas para enero de 2021, comentó que lo reprobaría categóricamente, ya que va en contra de las propuestas del actual mandatario.

-Una automovilista que prefirió no dar su nombre por cuestiones personales, sostuvo que al inicio de la pandemia por Coronavirus (COVID-19) los precios de gasolina y diésel disminuyeron drásticamente. “¿Pero, qué vamos a hacer? Otra vez están altos y ahorita seguimos igual que antes. Esto es un círculo vicioso producto de una mala gestión del gobierno” refirió en una gasolinera ubicada en la zona centro de la capital.

-El repartidor de alimentos Leonardo -que viaja en un automóvil sedan- dijo que, en caso de registrarse un nuevo gasolinazo al inicio del primer semestre de 2021, abandonaría su unidad y volvería a usar otros medios de transporte. La motocicleta o incluso el transporte público serían opciones por el poco ingreso que percibe y el costo reducido que implica utilizar estos medios de transporte.

-El paramédico de una ambulancia particular, Misael “N” agregó que, al no tener el respaldo del Gobierno de la Ciudad de México, los socorrieras particulares tienen que absorber todos los gastos de las unidades móviles.

“Nosotros tenemos que pagar la gasolina, medicamentos, reparaciones de la ambulancia y con los precios altos se vuelve todo más difícil (…) nosotros no podemos andar con medio tanque o menos, siempre tenemos que estar al cien; si aumentan los precios nosotros vamos a tener menos recursos para poder apoyar a la gente”, finalizó.

Luis Barrera | La Prensa



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