México-Tenochtitlan es sin duda alguna una de las ciudades antiguas más reconocidas en el mundo entero. La labor de los Aztecas en construir el imperio más grande Mesoamérica los llevó a construir una de las capitales más imponentes que incluso es puesta a la altura de la antigua Roma, Atenas, Esparta, Egitpxxxx, Babilonia y Troya.
Aunque existen muchas dudas en torno a la fecha exacta de fundación de la gran ciudad, una de las principales razones por la que los historiadores eligen el 13 de marzo, se encuentra en la Crónica Mexicáyotl, escrita en 1609 por Hernando de Alvarado Tezozómoc, quien indica exactamente dicha fecha como el momento en el que el peregrinaje de los Mexicas terminó y comenzó su asentamiento en un islote del lago de Texcoco.
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De acuerdo a los escritos, el origen de los Mexicas data del siglo XII, luego de que decidieran unirse en una búsqueda por el sitio perfecto para construir su hogar, tal y como su máximo dios, Huitzilopochtli, les había dicho, pero para hacerlo, primero debían vagar por varios años hasta ver con sus propios ojos, una profecía.
LA LEYENDA
Cuenta la leyenda que una mañana, Cuaucóatl y Axolohua, dos guardianes del dios de la guerra, Huitzilopochtli, caminaban por un campo lleno de cañas y juncias cuando de pronto, se dieron cuenta que estaba parados sobre el lugar que dicha deidad les había señalado como destino a su largo peregrinaje, luego de que vieran a un águila devorando una serpiente mientras estaba parada sobre un nopal.
Ante el asombro de ambos, de inmediato se dirigieron a Temazcatitlan, lugar en donde yacían los Mexicas, a contarle a Cuauhtlaquezqui, sacerdote encarnación terrenal de Huitzilopochtli, lo que habían visto.
El sacerdote de inmediato reunió a ancianos y ademas miembros mexicas para comunicarles lo ocurrido. Incrédulos, varios fueron en compañía de Cuauhtlaquezqui para ver el sitio, en donde para sorpresa de muchos, el águila de nueva cuenta se postró en dicho nopal para inclinar su cabeza ante ellos.
Al ver que el águila tenía un nido hecho de plumas del ave llamada azulejo, quetzales y aves rojas, de inmediato el dios Huitzilopochtli habló: “Ah, mexicas, aquí será México-Tenochtitlán, el lugar indicado por mí para fundar nuestra gran ciudad”.
Tal historia fue tan relevante que incluso trascendió épocas y hoy se coloca como parte central de la bandera de nuestro país y hoy, a casi 700 años de aquel suceso, es una de las leyendas más famosas con las que cuenta la cultura mexicana.
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