Ciudad de México.- Al igual que millones de mexicanos, los trabajadores del área de espectáculos de la Ciudad de México, se han visto obligados a adaptarse a las nuevas circunstancias y adaptar el giro de su negocio a las necesidades del mercado creadas por la misma pandemia de coronavirus Covid-19.
Y es que, la crítica situación que se vive en materia de salud a causa de esta enfermedad, que ha complicado la economía del país, con una parálisis en diversos sectores, ha implicado el cierre temporal de negocios e incluso la desaparición de algunos. Ello ha obligado a echar a andar la imaginación para subsistir de la crisis que se ha generado.
En reinventarse es en lo que están ocupados los empresarios, principalmente micros y pequeños. Buscan la manera de darle otro rumbo a la actividad que emprenden, una vez que el coronavirus los emergió en una crisis temporal al no tener demanda sus servicios o productos.
Luego de que la producción de la escenografía para espectáculos y teatros se vino abajo con un desempleo galopante que ha dejado a cientos de familias sin ingresos, personal del Taller de Plástica El Volador, tuvo que cambiar de giro para sobrevivir del complejo panorama que trajo consigo el virus y, además, enfrentarse sin mayor preparación al comercio electrónico, al que le ha entrado de lleno para poder desplazar sus nuevos productos.
De la elaboración de ofrendas de muertos, catrinas monumentales, carros alegóricos, botargas y escenografía, 25 personas al ver disminuida la demanda de sus servicios y la cancelación de contratos debido a la caída que ha tenido el espectáculo tanto público como privado, se vieron obligadas a reinventarse y cambiar de giro con la elaboración de cubrebocas que tienen el diseño de un paliacate, papel picado y calaca, además de caretas con forma de calavera.
Se trata de artículos novedosos con la figura de calavereas y alusivos a las tradiciones mexicanas que han tenido aceptación en el mercado, lo que ha permitido mantener una fuente de empleo y hacer frente al pago de renta y servicios, en el negocio situado en el número 65 de la calle 26 de enero de 1857, de la colonia Leyes de Reforma, Iztapalapa.
Paco Enríquez, fundador y director técnico de El Volador, hizo notar que ante el panorama que se tiene por la emergencia sanitaria, la empresa necesitó reinventarse y modificar de manera temporal su área a la que se dedica, mientras que se regresa en lo posible a la normalidad y todo vuelve a tomar su curso.
Explicó que el giro principal del negocio que inició en 1990 es participar en las festividades del Día de Muertos. Se obtienen contratos de los gobiernos, como el de la Ciudad de México, para elaborar las piezas que formarán parte de los desfiles y espectáculos, tal es el caso de alebrijes, catrinas, carros alegóricos y calaveras, en el que participan diseñadores, soldadores, carpinteros, grafiteros, costureras y especialistas en artes plásticas, entre otros.
Gracias al fondo económico con que contaba la empresa y sin necesidad de hacer despidos, se emprendió, con el material y maquinaria que se tenía, el hacer artículos propios de la temporada que se vive, con imágenes alusivas a lo que les ha distinguido que es el Día de Muertos, principalmente.
Destacó que la pandemia no solo les ha puesto en riesgo el dejar de participar en eventos de octubre y noviembre, con motivo de recordar a quienes ya no están, sino perder contratos como el que se tenía con motivo de la Batalla de Puebla, para la cual elaborarían carros alegóricos.
“Todo el mercado empezó a hacer cubrebocas y caretas, pero nosotros decidimos innovar y fabricarlas de manera diferente, alusivas a tradiciones mexicanas, que ameritó un gran ingenio de los colaboradores”, refirió.
La creatividad y ganas de salir adelante hizo que los de El Volador iniciaran su carrera con ofrendas de muertos en museos, plazas e instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro.
“Vivir del arte no es opción”, expuso Paco Volador, como es conocido en el ambiente artístico, quien señaló que se optó por entrarle a todas las facetas de ésta para mantener el negocio. Sostuvo que han participado en grandes espectáculos con sus creaciones y aceptó que “la fuerza para salir adelante viene de nuestro ingenio y la fe de que esto va a mejorar; a cada línea de producción se entrega fe e ingenio, no nos dejamos vencer”.
En un 80 por ciento han bajado los ingresos del taller de arte, que como otras empresas ha sido víctima de la nula actividad teatral en tiempos de coronavirus. Las obras de renombre se han frenado y, por consiguiente, los que se dedican a la escenografía no tienen la manera de salir adelante.
Por eso la opción es reinventarse, entrarle a otro giro, mientras las cosas se mejoran, se compone el panorama y vuelve a tomarse el ritmo, comentó Enríquez quien con añoranza recordó la participación que han tenido en grandes producciones como los festivales anuales del Día de Muertos, a partir de 2016, luego de la filmación en el Centro Histórico de la Ciudad de México de diversas escenas de la película Spectre de James Bond, el agente 007, que inspiró el primer desfile capitalino con el tema.
El Volador también tuvo su participación con carros alegóricos en los festejos del bicentenario de 2010 y en el Bolo Fest que se desarrolla cada diciembre, pero al bajar la demanda del giro al que se dedica, la opción fue entrarle de lleno a la competencia de elaborar cubrebocas y mascarillas singulares, mientras que se reactivan los espectáculos.
“Es como si viviéramos en Marte, cuando sales de tu casa te tienes que preparar porque afuera es hostil, de ahí la importancia del tapabocas y una mascarilla que te protegerá y, qué mejor que sea vistosa y atractiva, con diseños mexicanos, como la línea que sacamos de Día de Muertos”, destacó Paco Enríquez, quien durante la entrevista con LA PRENSA portó uno de los diseños exclusivos de cubrebocas.
La realidad que avizora en el mediano plazo es complicada, por la caída de la publicidad, otra área a la que se dedican. Taller de Plástica El Volador, se ha encargado de publicitar los Helados Frody con el diseño del oso que los distingue en sus franquicias.
Uno de los reconocimientos que han obtenido con el trabajo realizado, es el que les hizo el director de cine Tim Burton, luego de crearle diversas esculturas. También el negocio que mantiene a 25 familias trabaja con marchas certificadas como Disney, Hasbro y Mattel, entre otras, por lo que una de las políticas que se han mantenido es no entrarle a la piratería y que todo sea mediante patente.
“Somos una marca reconocida con trayectoria y proyectos importantes a nivel internacional, que ahora se ve obligada a cambiar de giro para sacar adelante salarios y gastos”, mencionó Enríquez al exponer que el catálogo de sus productos está en línea, mediante diversas plataformas, que se han convertido en una gran herramienta para hacer negocio en la realidad que se vive.
“Nos adaptamos y reinventamos, ese ha sido el gran reto”, junto con el hecho de buscar los canales para crear productos en tres meses, lo que ameritó cuatriplicar esfuerzos, señaló Paco que no le gusta se dirijan a él como director técnico, porque se describe como una pieza más del equipo de trabajo.
Expuso que la prevención financiera es lo que ha permitido salir adelante de la crítica situación que ha hecho a muchos negocios reinventarse, con la apertura de nuevos procesos en redes sociales.
Convocó a aprender de la enseñanza que en cada sector ha dejado la pandemia, con el reconocimiento de que una clave para librar cualquier obstáculo que se pone en el camino es la prevención y cuidado, sin dejar a un lado que el valor más grande con el que cuenta una empresa es su gente.
Destacó que ante la competencia en la elaboración de cubrebocas y caretas, el material que se utiliza encareció hasta en un 300 por ciento, por lo que los precios de los productos con patente que producen siempre serán superiores a los artículos piratas de los que la calidad siempre estará en duda.
Quienes laboran en El Volador fabrican los artículos propios de la emergencia sanitaria, con innovadores diseños que comienzan a ser una moda y que tienen distintivos de las tradiciones, tal es el caso del Día de Muertos, que igual ya no se conmemorará como en años anteriores.
Paco Enríquez señaló que el reto de la población en la actualidad, es cuidarse y proteger a los seres queridos, por lo que además de luchar para salir adelante mediante la creatividad, es fundamental se colabore con la salud de los ciudadanos, de ahí la idea de que la empresa se dedique ahora a la fabricación de esos artículos que tanto piden las autoridades se utilicen.