Viacrucis en Iztapalapa reúne a casi 2 millones de fieles

Tras dos años de ausencia por la pandemia, vuelven a celebraciones de Semana Santa a la CDMX

Aurelio Sánchez | La Prensa

  · sábado 16 de abril de 2022

La Pasión de Cristo en Iztapalapa / Foto/Luis Barrera

Al momento que Jesús era atado a madero y castigado a latigazos, con el “Ave María” de fondo, los espectadores presenciaban como era condenado a la muerte el “hijo de Dios”, “Rey de los Judíos”.

Quienes seguían por las redes sociales de la alcaldía de Iztapalapa veían como “Corte Judía”, sentenciaba al Cristo, de sus ojos derramaban lágrimas, impotentes por evitar que el “Rey de los Judíos”, fuera crucificado.

Fatigado, con su rostro bañado en sangre por la corona de espinas que le colocaron los soldados en la cabeza, su cuerpo ensangrentado y su ropa desgarrada por los latigazos que iba recibiendo para obligarlo a caminar y con la cruz a cuestas, Jesús inicia su peregrinación con la cruz de madera a cuestas con rumbo al “Monte Calvario”.

Bajo los candentes rayos del sol, los espectadores no se perdían de un solo detalle, y una vez más presenciaron la escena teatral la más grande el mundo y la más vista en un solo día por millones de personas, allí presentes o por televisión.

Hoy cumple 179 años la escena religiosa, “La Vida y Muerte de Jesucristo”, en la delegación de Iztapalapa.

El Nazareno cargo la cruz con un peso de 90 kilos, iniciando su “Vía Crucis”, con rumbo a su destino.

Atado con una cuerda al cuello, jalado por uno de los soldados, como si fuera animal, otro de los verdugos golpeaba con su látigo a Jesús quien a mitad de camino ya mostraba fatiga, y al caer por primera vez, le apretaron más la corona de espinas, para que sintiera mayor dolor.

La Pasión de Cristo en Iztapalapa / Foto/Luis Barrera

Con rumbo a la muerte, los espectadores acompañaron al Nazareno. Algunas personas veían desde su casa la escena mostrando su tristeza al ver como lo trataban los soldados, a golpes.

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A lo largo del camino por donde el Nazareno iba rumbo a la crucifixión, Jesús se atropellaba entre la gente que se encontraba a su paso.

La Pasión de Cristo en Iztapalapa / Foto/Luis Barrera

La muerte ya le asechaba a Jesús, el sol se metía, poco a poco se nublaba, el viento soplaba y cuando el Nazareno fue crucificado, gotas de lluvia se sintieron caer, y al unísono el espectador dejo escapar una muestra de angustia, dolor y muerte, todo había acabado.

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