Familiares, amigos y compañeros de trabajadores y trabajadoras del gobierno de la Ciudad de México, que han fallecido a causa de la pandemia participaron este sábado en la misa virtual que se trasmitió desde el templo de Santo Domingo Mixcoac.
El sacerdote encargado de oficiar la celebración eucarística llamó a la feligresía católica, a estar hoy más unida que nunca, para consolar a aquellos que han perdido a sus seres queridos en el cumplimiento de su trabajo, durante la pandemia.
Durante la homilía, a la que se unieron de forma virtual más de 2 mil personas al filo del mediodía, el padre manifestó que la contingencia sanitaria pone a prueba los valores de la fe católica, por lo que destacó que es ahora cuando se debe manifestar la solidaridad, la hermandad y la comprensión hacia el que sufre.
A través de mensajes digitales, los trabajadores del Sindicato Único de Trabajadores del gobierno de la ciudad de México (SUTGDCMX), familiares, amigos y compañeros elevaron sus oraciones por el eterno descanso de sus seres queridos y su eterno descanso.
Pidieron por los trabajadores de limpia de las 16 alcaldías de la ciudad, trabajadores administrativos, personal de salud, de seguridad y de todas las áreas del gobierno capitalino, quienes en cumplimiento de su deber han perdido la vida durante la pandemia por Covid-19.
La feligresía también elevó sus oraciones, para que Dios acompañe a la humanidad entera que está enfrentando esta pandemia, pidieron por la salud de los más vulnerables y el consuelo de quienes han tenido la pena de perder a algún ser querido.
El Padre que ofició la misa reconoció el trabajo de miles de personas que no han podido quedarse en casa durante la pandemia y que salen todos los días para brindar diariamente los servicios a la ciudadanía. “Son aquellos hombres y mujeres que salen a la calle y pese al riesgo que representa enfrentar el virus, saben lo indispensable que es su trabajo para la sociedad y que permite que la ciudad funcione”.
Pidió por las personas que han fallecido en estos tres meses a causa del coronavirus, especialmente por los trabajadores del gobierno de la ciudad de México, que han sido llamados a la presencia de Dios, antes de lo que sus familias y ellos mismos se lo hubieran esperado.
El Padre destacó el valor cristiano de la solidaridad, ánimo, esperanza y el consuelo, para los que pasan por el duelo de un ser querido, ya sean familiares, amigos y compañeros de trabajo.
Subrayó la importancia de que hoy más que nunca, la comunidad católica y, en general, toda la población se una como familia, a través del vínculo de la amistad, para encontrar consuelo y aliento en estos momentos tan difíciles que vive la humanidad.
Indicó que esta pandemia ha venido a demostrar a los seres humanos, lo vulnerables que somos, por lo que llamó a la feligresía a estar preparada, arrepentirse de sus pecados y poder dar buenas cuentas a Dios en cualquier momento.
Pidió por el eterno descanso de quienes fallecieron en cumplimiento de su deber, y cuyo trabajo hace posible que todos los habitantes de la ciudad de México reciban bienes y servicios básicos.
(EGS)