A escasos días de haber cumplido 18 años, Elisa Xolalpa Martínez cuando quiso separarse de su ex pareja éste la amenazó con hacerle daño. Y así sucedió, el hombre la ató a un poste y mientras luchaba por liberarse le arrojó ácido sulfúrico, el cual comenzó a carcomer su cara y cuerpo.
Con un hijo pequeño, su expareja, Javier Edilberto “N”, la marcó para toda su vida, tanto física como emocionalmente, al arrojarle el químico que le dañó la cara, el pecho, la espalda, los brazos, las manos y le hizo perder un dedo de la mano derecha.
En entrevista con LA PRENSA, narró que en 2001 ocurrió ese ataque y después de 21 años, se emitió una sentencia condenatoria contra su agresor, por siete años, aunque dijo, sólo fue una sentencia mínima.
“Las instituciones de procuración de justicia nos someten a un camino doloroso, ‘para acceder a un poco de justicia’, lleno de púas y de múltiples torturas”, expresó Elisa, al lamentar que la autoridad no aplique la ley contra estos agresores que marcan la vida de las mujeres y sus familias para siempre.
SE RETOMA INVESTIGACIÓN
Javier Edilberto “N”, después de 18 años de darse a la fuga, regresó en el 2019, fue cuando inició nuevamente la investigación y se realizó una nueva carpeta por el delito de violencia familiar, describió la afectada.
Explicó que en el 2021 el juez Adolfo Rodríguez Campuzano, con la carpeta por violencia familiar dio al imputado 5 años, con el beneficio de llevar el proceso en libertad si pagaba una garantía de 30 mil pesos, “sabiendo los antecedentes de violencia que ya había”.
A la fecha está vinculado a proceso, ya tuvo una sentencia de 5 años. “Pero con el antecedente que me había quemado, nos fuimos a un recurso de apelación y se ganó que se le aumentara la pena a 7 años”, puntualizó.
Xolalpa detalló que la sentencia se emitió después de 21 años de que Elisa fuera agredida y tras posteriores y constantes amenazas y actos de intimidación contra su círculo cercano. El despiadado hombre la sigue amenazando de muerte.
Las personas que son agredidas con alguna sustancia corrosiva es difícil que las atiendan en el sector salud. “Tuve que deambular por muchos hospitales para tener atención médica, estuvo en tres hospitales antes de llegar al Hospital 20 de Noviembre, que era el único en ese tiempo que tenía la especialidad de quemados”, refirió.
Oriunda de San Luis Tlaxialtemalco, Xochimilco, Elisa es oriunda del pueblo de San Luis Tlaxialtemalco, zona chinampera y de viveros de la alcaldía Xochimilco.
JUZGADO SÓLO POR VIOLENCIA FAMILIAR
En su narración describió que su ex pareja era un hombre muy violento, “me sentía como parte de su propiedad y no toleró la idea de que yo me separara de él”.
Sigue con miedo por las amenazas de su ex pareja. A sus 39 años, continúa en su lucha para que se pueda recuperar el proceso del 2001, cuando ocurrió la agresión. “Que haya una sentencia justa por el gran daño que me causó”.
Pues al agresor de Elisa sólo se le está juzgado por violencia familiar, no por el delito cometido en 2001 cuando le arrojó el ácido e intentó matarla (tentativa de feminicidio). “Este es un proceso aún pendiente”, subrayó.
Año tras año, después del ataque, junto con otras mujeres en su misma condición levanta la voz, para ser escuchada y se cumpla la justicia que a la fecha le ha sido negada. Por lo que pide a las autoridades correspondientes castigar este delito para que ninguna otra mujer sea sujeto de una agresión con sustancias corrosivas.
Su hijo, ya mayor, ha padecido las secuelas que dejaron esa agresión a su madre. “No sólo fue un daño a mi persona, también a mi familia y a mi comunidad, soy de Xochimilco, de un pueblo originario, donde los usos y costumbres están muy arraigados.
“El ataque no fue sólo para mí, sino para todas las mujeres de San Luis Tlaxialtemalco, Xochimilco”. “Tengo el apoyo de mi familia y mis tres hijas que tuve con otra pareja y los vecinos de mi comunidad”.
“Las personas que sufrimos agresión con ácido, jamás vamos a volver a recuperar nuestra piel original, pero se pueden hacer algunas mejoras para tener una mejor calidad de vida”.
Es doloroso tener el rostro quemado con ácido, además de las críticas y las miradas de la gente, “y quien debería tener vergüenza es mi agresor, no yo”, señala.
El agresor tiene prohibido que intimide o moleste por cualquier medio o a través de un tercero a Elisa, su familia y a otras personas que tengan una relación familiar afectiva o de confianza con ella, resolvió la magistrada Celia Marín.
EXHORTA A LAS MUJERES A DENUNCIAR A HOMBRES VIOLENTOS
Llamó a las mujeres que viven con hombres violentos, a que cuando sientan que su vida está en peligro, que se atrevan a denunciar. “Sé que es difícil pues a mí me costó mucho trabajo, por eso ahora las mujeres se atreven a alzar la voz.
Fundación para mujeres quemadas Elisa informó que el año pasado conoció a Carmen Sánchez, quien hizo una fundación que lleva su nombre, para mujeres quemadas con ácido, donde están alrededor de 8 mujeres agredidas.
La Fundación Carmen Sánchez Mx brinda acompañamiento legal, psicológico y médico para mujeres que, como ella, comparten una situación de agresión similar.
A esa causa se han sumado médicos como Xavier Solórzano, Jean Paul Lozano y David Morales, afirmó Xolalpa, quien dijo que sería muy bueno que más doctores especialistas de diferentes áreas se sumaran al proyecto de Carmen Sánchez, “pues las sobrevivientes de este tipo de agresiones pasamos un proceso muy difícil y doloroso”.
De acuerdo a su página de Facebook, Carmen Sánchez, señala que a raíz del largo y doloroso que tuvo que enfrentar, después de haber sobrevivido a un ataque con ácido en 2014, decidió fundar una asociación civil para defender, promover y proteger los derechos de las mujeres agredidas con sustancias corrosivas.
LA TOLERANCIA DEL ESTADO MEXICANO
Igualmente comenta: “La alta tolerancia del Estado mexicano hacia la violencia contra las mujeres ha provocado que más del 90 por ciento de los ataques con ácido perpetrados se encuentren impunes, según ha documentado la fundación.
Además, las sobrevivientes no sólo luchan por sanar las cicatrices visibles e invisibles, también deben vigilar que las autoridades actúen con debida diligencia y perspectiva de género para poder acceder a la justicia."
También recuerda que en la clínica dermatológica Racderma en solidaridad con la fundación Carmen Sánchez, está atendiendo de manera gratuita a mujeres que han sobrevivido a un ataque con ácido.
“Si conocen a una mujer que haya sido víctima de este tipo de violencia, no duden en escribirnos a la página para que inicien tratamiento. No importa el tiempo que haya pasado”, informa en su página de Facebook.
Es importante comentar que los agresores, que nunca piensan cómo pueden afectar y marcar la vida de una persona para toda su vida, pueden adquirir el ácido de manera fácil, por menos de 30 pesos.
TRATAMIENTO ESTÉTICO
Elisa reveló que ha tenido que tomar atención psicológica y después de 20 años está recibiendo tratamiento estético por parte de la doctora Isela Méndez, quien se acercó a ella para atenderla, lo cual le agradece, ya que estos servicios son muy costosos.
La doctora Isela Méndez ofreció tratamientos gratuitos a ocho mujeres en su clínica, ante el grave problema de este tipo de agresiones con sustancias corrosivas.
Desde hace 4 años la dermatóloga busca ayudar a las mujeres afectadas por los ataques con ácido que marcaron su vida tanto física como emocionalmente.
YA BASTA DE IMPUNIDAD
Por la impunidad que se vive en México, donde no se castiga la violencia de género, este tipo de agresiones no paran.
Elisa se ha cansado de ser revictimizada por autoridades judiciales, por un sistema judicial inoperante, donde la impunidad llega a 98 por ciento.
Por eso exige cambios legales para que esos ataques sean considerados como intentos de feminicidio y se castigue a los agresores con todo el peso de la ley.
La CDMX, Puebla y el Estado de México son las entidades que más crímenes de este tipo reportan, de los cuales 85 por ciento de los casos son cometidos por un hombre. Pero el 96 por ciento de los casos no han tenido una sentencia contra los agresores.
CIFRAS
Datos de la Fundación Carmen Sánchez mencionan que por lo menos 33 mujeres, en las últimas dos décadas, han sido agredidas con alguna sustancia corrosiva en nuestro país; dos de ellas murieron después de la agresión. Sólo uno de los perpetradores ha sido condenado. La mayoría de ellos son prófugos de la justicia.
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De la cifra antes citada, precisa que cinco de ellos ocurrieron en 2021. Pero es una realidad que no se tienen cifras oficiales y precisas de ese tipo de ataques.
De los 33 casos que tienen registrados en la Fundación de mujeres víctimas de ataques con ácido, 12 de ellos fueron cometidos por sus exparejas sentimentales, por lo que Carmen Sánchez urge a visibilizar esa situación.
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