En el libro “Ciudad de México, seis años de transformación ambiental”, la Secretaria del Medio Ambiente capitalina, comparte que se inició la administración con la aspiración y la firme determinación de transformar las condiciones ambientales de la Ciudad.
Se trata de una apretada síntesis en la que la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México muestra el trabajo realizado y la transformación que ha tenido la capital del país. Una ciudad que en los años 80 y 90 se definió como la ciudad más contaminada del planeta y que hoy, con voluntad, trabajo, conocimiento y honradez, demuestra que es posible reabrirle las puertas a la naturaleza, construir bienestar para las personas y avanzar hacia esa ciudad sustentable que aspiramos.
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“Las acciones por hacer las planeamos y ejecutamos dirigidos por la doctora Claudia Sheinbaum, en ese momento Jefa de Gobierno de la Ciudad, y en el último año de gobierno dirigidos por el doctor Martí Batres Guadarrama. Para diseñarlas preguntamos a la gente, indagando sus sueños, recorriendo sus calles y colonias, identificando sus necesidades y sus problemas”, explica Marina Robles.
La funcionaria agregó que en esos recorridos junto con la gente, imaginaron los tipos de áreas verdes que debíamos construir, la rehabilitación de los ríos, vislumbraron también una ciudad cada vez más comprometida con el planeta que disminuye las emisiones de los gases contaminantes que están provocando el cambio climático y también se soñó con una ciudad que respira un aire cada vez más limpio. “Seis años después podemos ver que estos sueños se están volviendo realidad”.
Robles García comentó que durante años se impulsó en la Ciudad la preferencia del cemento a la tierra y la vegetación, e incluso el espacio público verde y apacible estuvo destinado sólo a las zonas de mejores ingresos económicos.
“En esta administración iniciamos el reequilibrio de la distribución y el acceso a las áreas verdes. Trabajamos cambiando la idea de que la naturaleza es sólo una escenografía que rodea el exterior de la ciudad, para abrirle paso hacia la parte urbana y así construir verdaderos corredores que permitan el intercambio entre las especies y nos reconectemos con la naturaleza de la que somos parte”.
Y dijo que el trabajo realizado permitió tener 42 nuevas especies de aves en nuestro territorio, pasamos de tener un registro de 355 especies a 397. También ha permitido tener avistamientos de especies que antes no se observaban fácilmente en la ciudad, como el coyote, el lince americano y la zorra gris. Todo esto representa una gran reconciliación con entre las personas y la biodiversidad.
México es uno no de los 17 países megadiversos que, en conjunto, albergan el 70% de la biodiversidad mundial, y que hacen que la Ciudad de México tenga el 12% de la biodiversidad nacional y el 2% de la biodiversidad de todo el planeta.
Parte fundamental para preservar la biodiversidad es que en la Ciudad de México se incrementó la producción anual de plantas en los viveros San Luis Tlaxialtemalco, Nezahualcóyotl y Yecapixtla.
Pasamos de alrededor de 300 mil ejemplares producidos en 2018 a más de 10 millones en la actualidad. También incrementamos el número de especies nativas producidas en los viveros: En el vivero Nezahualcóyotl y Yecapixtla pasamos de 20 a 80 especies nativas, mientras que en el de San Luis Tlaxialtemalco teníamos cuatro especies nativas y ahora suman 53 especies.
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