Los trabajadores sindicalizados del Metro continúan intensificando su campaña de denuncia por el deficiente servicio médico, la falta de medicamentos y del convenio con un hospital que sustituya a la clínica Nápoles.
Cada vez es más frecuente ver carteles en las diferentes estaciones que integran ese sistema de transporte, donde demandan respeto a su derecho a la salud ya su servicio médico de calidad a ellos y sus familias.
En días pasados, el Sindicato Nacional de Trabajadores del Metro enviado un oficio dirigido a Fidel Rodríguez Maldonado subdirector general de administración y finanzas del Sistema de Transporte Colectivo donde reiteró
Su petición de que se resuelva el grave problema de falta de medicinas.
Le solicitan que disponga lo conducente para que se lleve a cabo una auditoría a la Clínica Nápoles, con el fin de verificar los costos de los servicios que se ofrece, de muy mala calidad.
El SNTSTC argumentó que esa petición se le hizo con base en las quejas que se reciben, constantemente de parte de los pacientes que desafortunadamente han sido remitidos a esa Clínica.
De acuerdo a la organización sindical ese nosocomio no cumple con los requisitos establecidos por la autoridad competente del Sistema de Salud Pública, y de acuerdo a las evidencias que han presentado los trabajadores son muchas las deficiencias.
Desde la contratación de sus servicios para atender la emergencia Covid-19 para derechohabientes del Sistema de Transporte Colectivo; tiene instalaciones inadecuadas para proporcionar servicios hospitalarios, ya que se trata de una casa grande adaptada para esa función, sin las mínimas normas de higiene y asepsia requeridas, descrió.
Asimismo, señaló que tiene habitaciones pequeñas, poco ventilada sin baño, las cuales son compartidas por dos personas o más dividiendo a pacientes Covid de pacientes con otro tipo de padecimientos con una simple cortina.
Los baños son mixtos y colectivos se usan sin ninguna diferenciación para hombres y mujeres, para minusválidos o cualquier padecimiento; las regaderas y sanitarios son usados por dos personas al mismo tiempo sin higiene adecuada, describió la organización que dirige Fernando Espino Arévalo.
Tampoco cuenta con ningún tipo de control de suspensión para sus servicios, no hay datos ciertos ni registros justificados de los diagnósticos manejos terapéuticos ni de las complicaciones de los padecimientos al grado tal que no es posible determinar presuntas negligencias médicas o la veracidad de los estudios, así como las medicinas e intervenciones quirúrgicas ahí efectuadas.
El sindicato expuso que es urgente la supervisión del sistema de transporte colectivo o de alguna autoridad sanitaria a ese servicio médico.
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Citó que una vez que ingresa un paciente Covid-19, las puertas se cierran para cualquier familiar, ellos tendrán que esperar en el mejor de los casos el poder contar contactar a sus enfermos a través de una video llamada cada dos o tres días.
No hay teléfonos a donde comunicarse para dar seguimiento al ingreso de un paciente en los que ha sido proporcionado a los familiares no responden.
Otra de las quejas de los trabajadores es que no hay farmacias para surtir las recetas médicas emitidas, mismas que además de no apegarse al cuadro básico de la enfermedad, en la mayoría de los casos deben surtirse el paciente con sus recursos.
A la fecha se cuenta con un alto índice de fallecimientos de pacientes por Covid-19; 30% muy superior al del Hospital Durango 17%, pacientes de los cuales no existen informes médicos; incluso no se sabe cuando se requiere voluntad anticipada.
Existe un rechazo generalizado entre los derechohabientes para hacer uso de la clínica Nápoles al grado de preferir irse a sus casas durante la enfermedad
A esta clínica ya le han derivado casos diferidos diferentes a Covid-19, los cuales son atendidos con deficiencias, tal es el caso de las hemodiálisis que se han complicado con infecciones por catéteres sucios y fétidos; otros pacientes además del padecimiento de origen con el que ingresan se contagian de ahí de SARS-COV-2.
También denunció que a los pacientes atendidos se les hace firmar numerosos documentos para deslindar a la clínica de cualquier responsabilidad, y antes de autorizar su salida se les exige grabar un video diciendo que fueron atendidos de manera satisfactoria.
"La propia gerente de salud afirma que cuenta con videos donde los pacientes dicen haber sido muy bien atendidos, aun cuando no tienen especialistas para consulta externa aceptaron este contrato y subcontratan otros hospitales para presentar para prestar este servicio a través de los mismos los mismos" , refirió exhibió el sindicato en un anexo que le envió a la autoridad correspondiente del STC.
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