2 de febrero estamos de fiesta por la presentación del Niño Dios a la Iglesia Católica, desde el siglo XI se lleva a cabo esta tradición que dio comienzo en Tenerife, Islas Canarias para glorificar a la Virgen de la Candelaria, una advocación de la Virgen María que ha dado a luz cuarenta días antes, siendo una tradición mestiza que sigue vivida hasta nuestros tiempos.
En todos los hogares católicos existe al menos una imagen del Niño Dios y la costumbre de mantenerlo con el transcurso de los años y para eso han elegido la mas bella ante sus ojos, ya que se espera dure para siempre siendo este restaurado por manos mágicas con cada raspadura o ruptura que llega a mermar su belleza, ya que pera ellos, es parte esencial de la familia y como miembro de esta debe ser presentado impecable y vestido con las galas que merece.
JLP