El señor Cirilo se alistaba para empezar su jornada en el campo cuando su vivienda se cimbró abruptamente y estuvo a punto de perder el equilibrio. De inmediato salió a la calle a observar lo ocurrido y se percató de la tragedia.
La mañana de este viernes, un autobús de pasajeros se impactó contra una vivienda en el municipio de Joquicingo, Estado de México, dejando 22 personas sin vida.
“Toda la gente corría por todos lados para conseguir cubetas y palas, y adentro del camión se escuchaban muchos gritos, las señoras pedían que les ayudáramos por favor”, dijo con la voz entrecortada por el trauma que había presenciado.
De inmediato, un centenar de vecinos corrió hasta la calle Independencia para retirar los escombros de concreto que cubrían la parte delantera del autobús de pasajeros.
Otro grupo de personas rompió las ventanas de la unidad y –con ayuda de varias escaleras de madera- subieron para rescatar a las personas que se encontraban con vida y ponerlas en un lugar seguro, ante el temor de un incendio o explosión.
“De volada nos metimos para ayudar a los niños y señoras; al primero que vi fue a un chavito como de 12 años que me gritaba que lo ayudara, estaba muy gordito pero como pude lo cargué en mi espalda y lo saqué cargando”, dijo Sabino, un obrero de la zona.
Rodolfo Pérez –que vive a unos pasos de la zona cero- afirmó que el “madrazón” lo levantó de la cama y que durante algunos segundos permaneció desorientado en su habitación.
“Yo y mi camarada Beni nos metimos al camión para sacar a los lastimados pero la verdad cuando vimos tantísimos muertos nos tuvimos que salir. Estuvo bárbaro cómo quedaron las familias y los niñitos (…) de tantos muertos la verdad me espanté y mejor me salí a llevar un viaje con mi camión”, agregó Rodolfo.
Luego de esperar una hora, los pobladores de la comunidad fueron auxiliados por los servicios de emergencia del Estado de México, quienes de inmediato atendieron a cinco personas que yacían en el pavimento.
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La magnitud de las lesiones que presentó la mayoría de la tripulación provocó que los socorristas exigieran ayuda urgente de varias aeronaves del agrupamiento Relámpagos.
En cuestión de minutos dos helicópteros aterrizaron en unos campos de cultivo –ubicados a unos metros de la zona- y rápidamente evacuaron a seis heridos de gravedad para llevarlos a distintos hospitales cercanos.
Todos los vecinos que brindaron su apoyo denunciaron que es la tercera vez que ocurre un accidente de esta magnitud y solicitaron al Gobierno del Estado de México que ofrezca un plan para evitar que camiones de carga o de pasajeros circulen por las pendientes.
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