El ojo seco es una enfermedad crónica que puede confundirse inicialmente con molestias oculares pasajeras, pero de no tratarse a tiempo, genera importantes daños a la superficie del ojo e incluso en la vista, así como una disminución en la calidad de vida y la productividad.
Y es durante la temporada invernal cuando los síntomas de ojo seco se pueden intensificar, debido a las condiciones climáticas y ambientales, como es la falta de humedad, viento y descenso de temperaturas, alertó la maestra Jimena Vega Pastor, especialista en salud visual, quien agregó que este problema también se asocia al uso intensivo de pantallas electrónicas.
Los principales síntomas del ojo seco son enrojecimiento, ardor, picazón y sensación de “arenilla” en el ojo, fatiga ocular, molestia a la luz y visión borrosa, explicó la especialista al indicar que hasta el 25% de la población presenta este tipo de padecimiento.
El clima, ambiente y contaminación son factores de riesgo para presentar sequedad ocular, señaló la doctora Vega Pastor al precisar que las lágrimas son esenciales para el correcto funcionamiento de los ojos, no obstante, sin importar la edad se pueden presentar problemas en su producción, lo que ocasiona la enfermedad de ojo seco.
“El ojo seco es una enfermedad multifactorial de la superficie ocular y ocurre cuando las lágrimas no pueden lubricar los ojos de forma adecuada, acompañada por síntomas oculares, es decir, se desarrolla gracias a una mala calidad de nuestra lágrima, lo que impide la adecuada protección y lubricación del ojo”.
“Este padecimiento se produce cuando existe una falta de lubricación y humectación de la superficie del ojo, ya sea porque la lágrima es insuficiente o de mala calidad, además, es multifactorial, por lo que existen diversos elementos que pueden desencadenar los síntomas que además de causar molestias, e incomodidad, atentan contra la calidad de vida de quienes la padecen”, complementó la maestra Vega.
Si bien esta enfermedad puede presentarse en cualquier época del año, es importante tener cuidados especiales en la temporada invernal, ya que, los ojos son de los órganos con mayor exposición a condiciones climáticas y ambientales como el frío, el viento o la contaminación, lo que puede generar los síntomas ya mencionados.
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Ante esta situación, la especialista recomendó una serie de acciones que pueden contribuir en la disminución de los síntomas del ojo seco, tales como: evitar frotar los ojos, sobre todo con las manos sucias, usar gafas de sol para proteger los ojos de rayos ultravioleta y parpadear de forma consistente para que el ojo mantenga un buen nivel de lubricación.
En la temporada invernal, la especialista recomendó a las personas que pasan mucho tiempo frente a dispositivos electrónicos implementar periodos de descanso en una regla de 20-20-20; es decir, apartar la vista de la pantalla cada 20 minutos, ver a 20 pies de distancia (6 metros), durante 20 segundos.
Indicó que la población puede considerar el uso de gotas oftálmicas o lágrimas artificiales previamente descritas por un especialista, las cuales ayuda a hidratar y lubricar los ojos, así como a disminuir la irritación e inflamación ocular.
“Asimismo, es fundamental acudir con un especialista en oftalmología, con la intención de detectar oportunamente o prevenir la aparición del ojo seco, quien además se encargará de brindar el tratamiento que más se adecue a las necesidades del paciente”, concluyó la especialista.
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