La Ciudad de México tiene una amplia oferta de transporte público de pasajeros que permite a la población desplazarse entre distintos puntos de interconexión y recorrer largas distancias con las tarifas más bajas del país.
Así lo informó la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) al dar a conocer los resultados de su investigación sobre los costos del transporte público, así como los tiempos de traslado en siete estados de la República: Ciudad de México, Veracruz, Guadalajara, Estado de México, Tijuana, Yucatán y Nuevo León.
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En sus resultados, la ANPEC menciona que Tijuana, Baja California, es la ciudad con el transporte público más caro, con la tarifa mínima más alta del país de 15.00 pesos; seguida por el Estado de México y Nuevo León, con tarifas de transporte que van de 26.00 a 17.00 pesos, respectivamente.
En el caso de la Ciudad de México, la ANPEC informó que el costo de la tarifa del Metro es de 5 pesos; de Metrobús 6 pesos, Tren Ligero 3 pesos; Cablebús 7 pesos; Trolebús de 2 a 7 pesos; Combi de 6 a 8.50; camiones corredores o zonales de 7.50 a 8 pesos; RTP 2 pesos; autobuses en general de 7 y 8 pesos, y taxis colectivos 10 pesos.
En el caso de Metro, Metrobús, Tren Ligero, Cablebús y Trolebús, el diagnóstico señala que el medio de pago de estos servicios son las tarjetas de prepago “Movilidad Integrada”, que el usuario debe adquirir a un costo de 20 pesos y posteriormente puede recargarse por montos que van desde los 50 centavos hasta los 200 pesos.
De acuerdo con el diagnóstico, se encontró que en la Ciudad de México existen muchos medios de transporte que permiten la interconexión entre varios puntos y recorridos de largas distancias.
Sin embargo, el estudio advierte que en la mayoría de los casos la población requiere hacer uso de más de un transporte y su trayecto llega a ser de hasta 1 hora y media, lo que representa un alto costo en términos de pérdida de horas productivas por persona.
Muchas veces los usuarios se ven obligados a utilizar dos y hasta tres medios de transporte para llegar a su destino, al no existir una tarifa de transferencia deben pagar varias veces por su traslado, encareciendo su movilidad hasta MX$50.00 diarios, por lo que invierten hasta un 30% de su salario, informó la ANPEC.
Además de caro, el transporte es tardado, ya que en un viaje redondo casa-trabajo y regreso tardan al menos dos horas veinte minutos y muchos otros hasta cuatro horas en su día a día laboral, lo que representa un grave deterioro en la calidad de vida, bienestar y convivencia de las personas y sus familias.
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“Nuestra economía pierde con esto entre 50 y 86 pesos diarios por persona y, lo más valioso, pierde en productividad y empuje, ya que los trabajadores y estudiantes no duermen lo necesario y terminan extenuados con tan largas travesías”, señaló Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
El estudio económico sobre costos de transporte encontró que en muchas ciudades no se respeta la tarifa estudiantil y se les cobra a las personas de la tercera edad, señaló el profesor Cuauhtémoc Rivera al destacar que sólo en la Ciudad de México los adultos mayores no pagan; sin embargo, son usuarios vulnerables en la red de transporte.
Otra situación que identificó el estudio es que las unidades de transporte son viejas y no ofrecen accesibilidad universal a las personas de edad avanzada, mujeres embarazadas o que viajan con niños pequeños y personas con discapacidad.
El diagnóstico menciona que la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), conformada por las 16 alcaldías de la CDMX, 59 municipios del Estado de México y un municipio del estado de Hidalgo con más de 22 millones de habitantes, cuenta con la red de transporte más moderna, integral y amplia del país; sin embargo, también muy diversa en términos de eficiencia, seguridad, comodidad y accesibilidad.
Otro aspecto importante es que los pasajeros viven bajo la zozobra de ser asaltados por pandilleros que les roban celulares y pertenencias personales, agregó Rivera al señalar que la inseguridad se ha normalizado en diversas rutas de transporte público urbano y suburbano.
¿Por qué y para qué nos movemos?
A partir de la pandemia de Covid-19 se ha abierto una amplia reflexión y análisis sobre la cultura de movilidad irracional que tenemos los mexicanos, indicó el profesor Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes.
Al señalar que los parques vehiculares de las ciudades han rebasado por mucho la infraestructura urbana instalada, quedando en el recuerdo aquello de la hora pico, para convertirse “en días pico”, el líder de ANPEC destacó el desgaste que la deficiente movilidad tiene en la productividad de los trabajadores y comerciantes, quienes deben invertir tiempo y dinero en sus traslados.
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“En esas condiciones no podemos avanzar, ya que invertir cuatro horas para ir a trabajar o morir en el intento es la disyuntiva de muchos trabajadores en México, condenados a una mala alimentación y a una escasa convivencia familiar”, indicó.
La población se tiene que mover todos los días y esto es un factor de presión, desgaste físico, económico y emocional que provoca estrés e impotencia y hace perder mucha energía para lograr llegar a sus trabajos.
Urge abrir un debate sobre la utilidad del home office, horarios escalonados y reducción de la semana laboral a tres o cuatro días como propone el libanés más rico del país y del mundo.
“No podemos movernos todos a la vez al mismo tiempo, asistimos al funeral de la semana inglesa de trabajo, somos muchos para poder lograrlo, por respeto al medio ambiente, a la salud y por razones económicas. Pero sobre todo por el compromiso ético de heredar a las próximas generaciones un mundo más habitable es que debemos cambiar nuestra movilidad irracional por una movilidad sustentable y sostenible. No podemos ni debemos continuar moviéndonos a lo loco, eso no es vida”, puntualizó.
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