Luego de que una pipa cargada con gas LP cayera en un socavón en el municipio de Atizapán de Zaragoza, expertos del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México advirtieron que eso puede pasar en cualquier lugar, debido a que las oquedades en el suelo no son exclusivas de un solo terreno.
De acuerdo con el investigador Rafael López Martínez, los boquetes pueden aparecer por sedimentos poco consolidados y por la presencia en exceso de agua, la cual termina por remover los componentes del suelo.
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Por humedad
Bajo este criterio, el experto manifestó que los socavones se deben a deslizamientos ocasionados por humedad, siendo la presencia de intensas lluvias o tuberías de agua potable y redes de drenaje en mal estado la principal causa.
Indicó que no sólo las pipas cargadas de gas LP corren ese riesgo, sino cualquier vehículo incluso de menor peso, pues el desprendimiento de las paredes de tierra se hunde en las cavernas generadas por la erosión en el suelo.
Insistió que tal situación puede presentarse en cualquier zona y las autoridades locales deben estar alertas con programas de revisión en puntos susceptibles por alta presencia de humedad. Dijo que se debe poner atención, aunque ciertamente no existen puntos específicos ni exclusivos para la aparición de este tipo de percances.
De acuerdo con el área de Bomberos de Atizapán de Zaragoza, la caída de la pipa se debió a que el chofer de la unidad realizó una mala maniobra al transitar por una rampa que no fue diseñada para soportar el peso del vehículo cargado de combustible.
La unidad terminó cayendo al abrirse la tierra porque no soportó el peso de la pipa, calculado en más de 10 toneladas. La rampa, dijo el gobierno local, fue hecha para soportar un peso máximo de dos toneladas, por lo que el conductor se aventuró a transitar por la zona y terminó sumido en la tierra.
“Afortunadamente no se presentó ninguna fuga de gas y se tuvieron cerradas las válvulas y los riesgos lograron controlarse; tratamos de hacer una maniobra lo más seguro para los habitantes y residentes”, afirmó Miguel Ángel Román González, subdirector del área de Bomberos.
El percance se presentó en el estacionamiento de Torre Molinos 260, en la calle Rodolfo Casillas, en una unidad habitacional de Jardines de Atizapán, motivo por el cual se encendieron las alertas ante la posibilidad de una eventual fuga de gas.
Expertos del Instituto de Geología de la UNAM manifestaron que la aparición de socavones representa un fenómeno que se desarrolla por debajo del suelo y evoluciona hacia la superficie, sin que se perciba ni se pueda predecir el momento en que la tierra se abra.
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Indicaron, sin embargo, que las autoridades municipales o estatales, o bien las alcaldías en el caso de la ciudad de México, deben tener presentes los peligros a lo que están expuestas las comunidades.
La mejor manera de tener bajo control situaciones de esta naturaleza está en la vigencia de los sistemas preventivos de alertamiento, con miras a disminuir la vulnerabilidad, ya que los socavones no tienen palabra de honor.
La aparición de boquetes en la tierra es un problema recurrente en municipios del Valle de México, donde se concentra una alta densidad poblacional y existen deficiencias en las redes de alcantarillado y las instalaciones hidráulicas de agua potable, pues según datos de la Comisión del Agua del Estado de México las fugas en tuberías representan el 40% del caudal que debería estar llegando a las comunidades.
El hundimiento de la pipa cargada con gas LP obligó al gobierno de Atizapán de Zaragoza a asegurar que las válvulas, tuberías y tanque de gas de la unidad estuvieran bajo control, evitando fugas del combustible.
La pipa fue sujetada a una grúa para evitar que siguiera hundiéndose y se procedió a colocar pilotes en el terreno para lograr mantener el equilibrio. Los vecinos fueron temporalmente evacuados para poder proceder con el retiro, sin que se registrara ningún tipo de riesgo.
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