/ martes 15 de octubre de 2024

Sindicatos de UNAM y Bachilleres reconocen incapacidad contra los porros

En Bachilleres el personal de vigilancia no sabe cómo contenerlos y en la UNAM solo pueden persuadirlos

Líderes del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM) y del Sindicato Nacional de Trabajadores del Colegio de Bachilleres (SNTCB) reconocieron que sus agremiados no están capacitados para atender la violencia que generan grupos porriles al interior y exterior de las escuelas.

En entrevista con El Sol de México, Juan Espinosa Chávez, secretario de organización del SNTCB, afirmó que los 20 planteles del Colegio de Bachilleres en el Valle de México, 17 en la Ciudad de México y 3 en el Estado de México, cuentan con elementos de la Policía Auxiliar que son externos y grupos de prefectos por plantel.

Cuando los muchachos vienen armados, cuando vienen con armas punzocortantes, no creo que haya ser humano que se les pueda enfrentar. Aquí ni los policías ni este grupo de trabajadores, prefectos, están capacitados para contener estas cosas que suceden”, dijo.

El dirigente explicó que cuando ocurre un ataque porril, lo primero que hacen las autoridades educativas es cerrar las instalaciones y alejar a los estudiantes del lugar para que no salgan afectados. Después, avisan a la fiscalía más cercana, quienes mandan patrullas de las alcaldías de la Ciudad de México o de municipios del Estado de México.

“No estamos preparados para eso, ni personal académico ni administrativo. Apenas y medianamente estamos preparados para salir corriendo, como lo establecen las reglas, cuando hay un temblor. Cuando hay una contingencia de esa naturaleza, de porrismo, pues no hay personal capacitado para ello. Ni siquiera los vigilantes que son contratados por el Colegio y que son externos, de una empresa que se supone que se dedica a eso, no están capacitados. Tampoco los policías. Esa policía normalmente pues es gente que le pagan muy poco y que pues no tiene la preparación para contener una contingencia de esa naturaleza”, comentó.

Puedes leer: IPN ubica a porros en siete planteles del Valle de México

Agregó que ante un ataque porril, las instalaciones de los colegios de bachilleres no están aseguradas y lo único que tienen asegurados son los vidrios y los ventanales de las escuelas. “Los maestros ya han aprendido a convivir con todas estas agresiones, porque usted acuérdese también de que ahora con los derechos humanos no se les puede decir nada a los estudiantes”, reprochó.

Espinosa Chávez lamentó que las autoridades de la UNAM, el IPN y el Colegio de Bachilleres no consideren a los sindicatos para participar en las mesas de trabajo donde buscan elaborar un mapa de riesgo para erradicar el porrismo de escuelas y facultades.

Señaló que quienes viven diariamente las consecuencias del porrismo son los maestros, pues algunos pseudo estudiantes entran a clases, cooptan a sus compañeros y son los que generan la violencia en los planteles.

“Como sindicato no nos han considerado. Nosotros sabemos que está esa iniciativa con el Colegio de Bachilleres. Eso de los porros es un tema de hace mucho tiempo. En ninguno de los 20 planteles de la zona metropolitana nos han convocado. Esa es una tarea que asume solamente la institución a través de sus autoridades, pero a los trabajadores no nos han invitado. Si no nos invitan a los trabajadores, pues no van a avanzar”, dijo.

Enfatizó que el porrismo se da en todos los planteles, pero se concentra en donde hay menos condiciones en su infraestructura, como el Plantel 4, Culhuacán, que resultó afectado por el sismo del 2017 y lleva más de tres años que no lo han podido terminar. También el Plantel 14 de Milpa Alta y las oficinas generales del Colegio de Bachilleres que se cayeron en el temblor y todavía no se reconstruyen.

Además, en el exterior de los planteles existen condiciones que se prestan para actos delictivos, como venta de drogas, alcohol y presencia de porros que deambulan por calles aledañas.

Foto: Aracely Martínez / El Sol de México


Por su parte, Carlos Hugo Morales Morales, secretario general del STUNAM, resaltó que la máxima casa de estudios cuenta con 4 mil vigilantes sindicalizados que están distribuidos en los 14 planteles: 9 de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) y 5 del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH). Así como en las diferentes facultades y en las instalaciones de Ciudad Universitaria.

“De acuerdo a los protocolos que tenemos, ellos (los vigilantes) son de persuasión, simple y llanamente. No tienen elementos de agresión, ellos tienen que persuadir, persuadir. De manera muy técnica, han tenido cursos de capacitación en la actuación de lo que tienen que hacer. Nunca se van a confrontar con los estudiantes, nunca se van a confrontar, porque ellos no usan armas para eso.

Su protocolo de actuación es estar viendo que no vaya a entrometerse la comunidad en esto, mantenerlos alejados y dejarlos porque no pueden hacer otra cosa

Carlos Hugo Morales Morales, Secretario General del STUNAM

El 6 de agosto, El Sol de México buscó al área de comunicación de la UNAM para que diera su opinión sobre la creación de un mapa de riesgo de grupos porriles, pero dijo que su opinión se limitaría al comunicado que la UNAM, el IPN y el Colegio de Bachilleres difundieron sobre el tema.

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Su protocolo de actuación es estar viendo que no vaya a entrometerse la comunidad en esto, mantenerlos alejados y dejarlos porque no pueden hacer otra cosa. Dejarlos para que tome nota de actuación la universidad. Ya como usted sabe, la universidad ha actuado, ha demandado ante las instancias a los que han generado daño patrimonial a la institución”, expresó.

Agregó que la vigilancia en la UNAM tiene su origen en la dirección general, que le llaman de Movilidad, donde coordinan a todos los vigilantes en Ciudad Universitaria. “Los compañeros vigilantes no cuentan con armas, no cuentan porque no están para agredir a la comunidad. Es una cuestión preventiva el actuar de los vigilantes. En cuanto surge algún movimiento, pues inmediatamente están los reportes”, sostuvo.

Líderes del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM) y del Sindicato Nacional de Trabajadores del Colegio de Bachilleres (SNTCB) reconocieron que sus agremiados no están capacitados para atender la violencia que generan grupos porriles al interior y exterior de las escuelas.

En entrevista con El Sol de México, Juan Espinosa Chávez, secretario de organización del SNTCB, afirmó que los 20 planteles del Colegio de Bachilleres en el Valle de México, 17 en la Ciudad de México y 3 en el Estado de México, cuentan con elementos de la Policía Auxiliar que son externos y grupos de prefectos por plantel.

Cuando los muchachos vienen armados, cuando vienen con armas punzocortantes, no creo que haya ser humano que se les pueda enfrentar. Aquí ni los policías ni este grupo de trabajadores, prefectos, están capacitados para contener estas cosas que suceden”, dijo.

El dirigente explicó que cuando ocurre un ataque porril, lo primero que hacen las autoridades educativas es cerrar las instalaciones y alejar a los estudiantes del lugar para que no salgan afectados. Después, avisan a la fiscalía más cercana, quienes mandan patrullas de las alcaldías de la Ciudad de México o de municipios del Estado de México.

“No estamos preparados para eso, ni personal académico ni administrativo. Apenas y medianamente estamos preparados para salir corriendo, como lo establecen las reglas, cuando hay un temblor. Cuando hay una contingencia de esa naturaleza, de porrismo, pues no hay personal capacitado para ello. Ni siquiera los vigilantes que son contratados por el Colegio y que son externos, de una empresa que se supone que se dedica a eso, no están capacitados. Tampoco los policías. Esa policía normalmente pues es gente que le pagan muy poco y que pues no tiene la preparación para contener una contingencia de esa naturaleza”, comentó.

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Agregó que ante un ataque porril, las instalaciones de los colegios de bachilleres no están aseguradas y lo único que tienen asegurados son los vidrios y los ventanales de las escuelas. “Los maestros ya han aprendido a convivir con todas estas agresiones, porque usted acuérdese también de que ahora con los derechos humanos no se les puede decir nada a los estudiantes”, reprochó.

Espinosa Chávez lamentó que las autoridades de la UNAM, el IPN y el Colegio de Bachilleres no consideren a los sindicatos para participar en las mesas de trabajo donde buscan elaborar un mapa de riesgo para erradicar el porrismo de escuelas y facultades.

Señaló que quienes viven diariamente las consecuencias del porrismo son los maestros, pues algunos pseudo estudiantes entran a clases, cooptan a sus compañeros y son los que generan la violencia en los planteles.

“Como sindicato no nos han considerado. Nosotros sabemos que está esa iniciativa con el Colegio de Bachilleres. Eso de los porros es un tema de hace mucho tiempo. En ninguno de los 20 planteles de la zona metropolitana nos han convocado. Esa es una tarea que asume solamente la institución a través de sus autoridades, pero a los trabajadores no nos han invitado. Si no nos invitan a los trabajadores, pues no van a avanzar”, dijo.

Enfatizó que el porrismo se da en todos los planteles, pero se concentra en donde hay menos condiciones en su infraestructura, como el Plantel 4, Culhuacán, que resultó afectado por el sismo del 2017 y lleva más de tres años que no lo han podido terminar. También el Plantel 14 de Milpa Alta y las oficinas generales del Colegio de Bachilleres que se cayeron en el temblor y todavía no se reconstruyen.

Además, en el exterior de los planteles existen condiciones que se prestan para actos delictivos, como venta de drogas, alcohol y presencia de porros que deambulan por calles aledañas.

Foto: Aracely Martínez / El Sol de México


Por su parte, Carlos Hugo Morales Morales, secretario general del STUNAM, resaltó que la máxima casa de estudios cuenta con 4 mil vigilantes sindicalizados que están distribuidos en los 14 planteles: 9 de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) y 5 del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH). Así como en las diferentes facultades y en las instalaciones de Ciudad Universitaria.

“De acuerdo a los protocolos que tenemos, ellos (los vigilantes) son de persuasión, simple y llanamente. No tienen elementos de agresión, ellos tienen que persuadir, persuadir. De manera muy técnica, han tenido cursos de capacitación en la actuación de lo que tienen que hacer. Nunca se van a confrontar con los estudiantes, nunca se van a confrontar, porque ellos no usan armas para eso.

Su protocolo de actuación es estar viendo que no vaya a entrometerse la comunidad en esto, mantenerlos alejados y dejarlos porque no pueden hacer otra cosa

Carlos Hugo Morales Morales, Secretario General del STUNAM

El 6 de agosto, El Sol de México buscó al área de comunicación de la UNAM para que diera su opinión sobre la creación de un mapa de riesgo de grupos porriles, pero dijo que su opinión se limitaría al comunicado que la UNAM, el IPN y el Colegio de Bachilleres difundieron sobre el tema.

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Su protocolo de actuación es estar viendo que no vaya a entrometerse la comunidad en esto, mantenerlos alejados y dejarlos porque no pueden hacer otra cosa. Dejarlos para que tome nota de actuación la universidad. Ya como usted sabe, la universidad ha actuado, ha demandado ante las instancias a los que han generado daño patrimonial a la institución”, expresó.

Agregó que la vigilancia en la UNAM tiene su origen en la dirección general, que le llaman de Movilidad, donde coordinan a todos los vigilantes en Ciudad Universitaria. “Los compañeros vigilantes no cuentan con armas, no cuentan porque no están para agredir a la comunidad. Es una cuestión preventiva el actuar de los vigilantes. En cuanto surge algún movimiento, pues inmediatamente están los reportes”, sostuvo.

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