El Gobierno de la Ciudad de México, en colaboración con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), coordinaron la Estrategia para la Conservación y el Uso Sustentable de la Biodiversidad de la Ciudad de México (ECUSBE-CDMX) y su Plan de Acción 2030, donde se establecen las acciones prioritarias para conocer, conservar, restaurar y usar de manera sustentable la diversidad biológica de la entidad.
La estrategia fue formulada mediante el trabajo colectivo de 319 representantes y expertos pertenecientes a 71 instituciones de todos los sectores involucrados con el conocimiento, la conservación, el uso sustentable y la gestión de la biodiversidad.
El documento está estructurado en seis ejes estratégicos, 25 líneas de acción y 80 acciones con especificaciones, identificación de actores responsables en su implementación, seguimiento y evaluación, así como plazos de cumplimiento.
La estrategia fue alineada con el Plan Estratégico 2011-2020 del CDB y las Metas de Aichi, los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) y con instrumentos nacionales como la Estrategia nacional sobre biodiversidad de México y plan de acción 2030.
Además, es la primera estrategia que considera una línea de acción sobre colaboración regional, reconociendo la importancia de tomar acciones conjuntas, más allá de los límites geopolíticos.
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En 2009, la CONABIO y la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) del Gobierno de la Ciudad de México (GCDMX) elaboraron el estudio “La Biodiversidad en la Ciudad de México”, un diagnóstico de la biodiversidad en la capital del país que fue la base documental para la elaboración de la presente estrategia.
En él se encontró que, a pesar de las profundas transformaciones que ha tenido el territorio, la entidad aún conserva una riqueza biológica invaluable. Además, el diagnóstico confirmó que los servicios que provee la biodiversidad de la CDMX son fundamentales para el bienestar de sus habitantes. Por otro lado, también encontró que los espacios que conservan esa biodiversidad sufren una fuerte presión derivada, sobre todo, del proceso de urbanización.
Algunas de los ejes estratégicos serán la Protección del suelo de conservación (SU) y de las áreas naturales protegidas (ANP); Protección de áreas verdes urbanas (AVU) y áreas de valor ambiental (AVA), la Restauración, rehabilitación y mejoramiento de ecosistemas terrestres.
Así como la Conservación y restauración de ecosistemas acuáticos y conectividad ecohidrológica, la conservación y recuperación de especies y de los recursos genéticos y fortalecimiento de la bioseguridad.
Además de la prevención y reducción de la pérdida y degradación de ecosistemas, el Desarrollo territorial y urbano regenerativo y resiliente, la prevención, control y monitoreo de plagas y especies exóticas invasoras, la Prevención, control y monitoreo de los impactos de la contaminación en la biodiversidad y la
Atención de los impactos del cambio climático (CC) y su vínculo con la biodiversidad.
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