La tranquilidad de los habitantes de la colonia Chalma de Guadalupe -en la alcaldía Gustavo A. Madero- se vio interrumpida por el desgajamiento de una parte del Cerro del Águila, que forma parte de la Sierra de Guadalupe.
Al menos 50 toneladas de rocas, lodo y agua, cayeron sobre las bardas perimetrales de la zona habitacional y el área protegida. La fuerza del deslave derrumbó una pared de diez metros de largo, lo que ocasionó que los escombros sepultaran parcialmente seis automóviles.
"Escuchamos como si fuera a aterrizar un avión y después como una explosión. Cuando nos asomamos ya había mucho lodo y tierra", dijo una de las vecinas de la colonia Chalma de Guadalupe.
De inmediato, decenas de residentes se organizaron y con herramientas de mano comenzaron a retirar las toneladas de escombro y rescatar los automóviles que quedaron sepultados por el lodo y rocas: "ese de ahí es mi coche y la verdad no creo que sirva porque se le metió lodo al motor. Lo malo es que los seguros no cubren siniestros naturales", lamentó Luis Adrián, uno de los afectados.
Al menos 30 sujetos, sin temor a ensuciarse, se metieron al lodo y agua para quitar las piedras que bloqueaban la esquina de las calles Quintana Roo y Tabasco. Algunos de ellos se arriesgaron y se acercaron a la barda perimetral que contaba con riesgo de colapso.
Alrededor de una hora después, personal del Heroico Cuerpo de Bomberos, de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México intervinieron para examinar la barda de concreto que divide la zona habitacional del Cerro del Águila y establecer los protocolos de actuación.
Tras un breve dictamen, los especialistas anunciaron un riesgo latente de otro deslave por las lluvias torrenciales que se estiman en los próximos días, además de la vulnerabilidad en el terreno.
Con apoyo de varios camiones de volteo y una retroexcavadora -provistos por el gobierno de la alcaldía Gustavo A. Madero- trabajadores comenzaron a retirar las toneladas de tierra y rocas, aunque por las condiciones del suelo, se extendieron por más de dos horas.
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Con ironía, algunos de los afectados se rieron de la situación: "nosotros decíamos que bueno que vivíamos en las alturas porque no nos inundábamos como en Ecatepec y mira nomas lo que nos pasó", decía mientras se reía, otro de los automovilistas afectados.
Una cuadrilla de la Dirección Ejecutiva de Seguridad Ciudadana y Protección Civil afirmó que seguirá monitoreando la actividad en la zona durante las siguientes horas en la colonia por el pronóstico de lluvias torrenciales después de las tres de la tarde y hasta el siguiente día.
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