Los trabajadores del Metro recuerdan que este 9 de enero se cumple un año del incendio del Puesto Central de Control I, de la Subestación de Alta Tensión (SEAT) Buen Tono y confían que una situación similar no se vuelva a repetir; asimismo, siguen con su postura de rechazo a que el PCCI se construya en el C5, de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México.
Lamentaron también la gestión de la administración anterior, que impulsó al frente de áreas estratégicas a personas sin la capacidad ni conocimientos elementales en materia de Técnica Metro, lo que ocasionó ese trágico suceso cuya magnitud resultó en la destrucción de los equipos, entre otros, tales como: el Sistema de Telefonía y Comunicación, Pilotaje Automático, Mando Centralizado, la distribución de energía, los tableros de mando del Puesto Central de Control de las Líneas 1 a la 6 y del Puesto de Despacho de Carga, así como diversas permanencias y oficinas, lo cual, , representó al erario público una pérdida de más de 5,000 millones de pesos.
Recordaron los momentos de terrible desesperación y angustia que padecieron las compañeras y compañeros, principalmente Reguladores del PCC y del PDC, cuya integridad mental y física fue afectada no sólo por el riesgo de ser alcanzados por las llamas, sino que, para salvaguardar sus vidas, algunos se vieron obligados a escalar el inmueble por la parte externa para llegar a la azotea y, otros más, permanecieron en las estructuras de reforzamiento, todos ellos expuestos al denso humo tóxico hasta que fueron rescatados por el Heroico Cuerpo de Bomberos.
En los 52 años que lleva operando el Centro de Trabajo ha desfilado un buen número de funcionarios al frente del mismo, pero, sin duda alguna, la administración pasada fue la más fatal, pues en ese periodo se suscitaron incidentes muy lamentables, entre los que sobresale el trágico derrumbe de la Línea 12, donde perdieron la vida 27 personas y que opacó al suceso que estamos rememorando, afirmó el Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo.
La organización sindical que encabeza Fernando Espino Arévalo resaltó que son conocidos muchos otros incidentes de menor magnitud, también lamentables, como el alcance de trenes en la estación Tacubaya, en los cuales estuvieron involucrados trabajadores y trabajadoras, a quienes de inmediato se les sancionó con el máximo rigor de las leyes laborales al separarlos de su fuente de ingresos y se les trató peor que a delincuentes en los tribunales de corte penal, además del escarnio inaudito del que fueron objeto en los medios de comunicación.
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De ahí que el SNTSTC cuestionó que ¿gran diferencia con los dos sucesos más graves, en los que hasta la fecha no hay culpables!, ya que sólo basta saber que en los dictámenes técnicos periciales del derrumbe de la Línea 12, refieren que la causas fueron los pernos y deficiencias de los constructores, mientras que en el incendio se concluyó que se debió a un cortocircuito “accidental, fortuito y no previsible”.
"Los trabajadores del Metro bien conocemos las causas reales por las que se originó el incidente y sus repercusiones, mismas que hasta la fecha padecemos aún cuando no sean del conocimiento del público usuario debido a que la autoridad optó por reservar la totalidad de la información durante 3 años”, indicó Espino Arévalo.
A decir del sindicato, la desastrosa administración de Florencia Serranía priorizó sus intereses personales dejando de aplicar los recursos etiquetados para los mantenimientos preventivos y correctivos, en especial los primeros, que requieren todos los equipos tecnológicos del Metro.
En el siniestro en la subestación Buen Tono, el 9 de enero de “resultó encomiable la actitud adoptada por los trabajadores, no sólo de las áreas técnicas sino de las operativas, en particular, de los compañeros pertenecientes a Transportación: Reguladores, Inspectores Jefes de Estación y Conductores, quienes están dando el servicio provisional prácticamente a ciegas, esforzándose y confiando en su habilidad y experiencia laboral, con equipos rudimentarios y en los más de los casos con sus propios medios, haciendo uso incluso de teléfonos celulares personales con todos los riesgos que esto implica para tratar de evitar que se origine otro grave incidente en las Líneas afectadas”.
Espaciando los intervalos entre los trenes, anteponiendo la seguridad de los usuarios a la eficacia del servicio, poniendo a prueba su instinto con la práctica adquirida en sus años de servicio, su valentía y determinación, todo por el amor que profesan a esta gran Institución, resaltó la organización.
El Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo refirió que el adagio popular que reza: “un pueblo sin memoria es un pueblo sin historia”, nos alienta a no olvidar el incendio del Puesto Central de Control I acaecido hace un año, ya que debemos tener presentes los errores para que jamás se repitan.
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