Los campesinos de San Andrés Mixquic, Tláhuac, trabajan por preservar cultivos tradicionales como es el caso de los romeritos, alimento que se consume principalmente en la Cuaresma y la Semana Santa, en la Ciudad de México y en otros estados del país, pero al paso del tiempo ha bajado su consumo entre la población que prefiere comer comida chatarra, en lugar de verduras y hortalizas frescas.
En un recorrido que realizó La Prensa por la parcela de productor Isabel Roque Balderas en el ejido de San Andrés Mixquic, invitó a los capitalinos a consumir productos de campo y continuar con la costumbre de consumir romeritos, no sólo en el platillo conocido como “revoltijo”, sino también en forma de tortitas con huevo, rellenas de carne, queso o atún.
En entrevista con este diario, narró que comenzó como agricultor desde los 15 años, en la siembra de espinaca, verdolaga, apio, lechuga y ahora los romeritos.
Sonriente y muy platicador, el productor recordó que comenzó a trabajar desde temprana edad por necesidad, “a veces había para comer en ocasiones no, me fui abriendo paso para tener algo en la vida”.
A sus hijos ya no les gustó la tierra, ellos encontraron un trabajo estable en el Centro Histórico, por eso le piden a las autoridades que promocionen sus romeritos y legumbres para que haya ventas.
“Si consumen romeritos, nosotros tenemos trabajo; pero si la gente ya no los compra y consume, ya no vamos a poder cultivar, porque se estaría perdiendo la venta poco a poco”, manifestó.
Pues en la Central de Abasto a principios de marzo, les pagaban el costal de 45 kilos de romerito a 100 pesos. “Es un precio muy barato, en ocasiones no alcanzamos a solventar los gastos que se invierten en la siembra”. “Ello ocurre porque hay poca demanda y los bodegueros compran y les pagan poco”.
Sin perder su buen humor resaltó que el mayor costo ha sido de 1500 pesos el bulto, y el más bajo que les han pagado ha sido entre 30 y 50 pesos por bulto.
Pero también les ha pasado que cuando está caro, en lugar de llevarse los 40 0 45 kilos de los romeritos, los compradores se llevan 10 kilos, en estos casos, el cultivo se encarece por las heladas. “Si hay poca demanda del alimento, significará poca venta en la cuaresma y fiestas decembrinas y de fin de año”.
Por ello pidió a las autoridades capitalinas que apoye a los agricultores para promocionar sus productos, se puedan vender a mejores precios. Ya que su trabajo es pesado y no siempre reciben lo que trabajan en la tierra. Donde se laboran muchas horas.
Los agricultores de San Andrés Mixquic dependen de sus cultivos y la población en general de los campesinos para poder alimentarse, “nosotros alimentamos a la población, pero a la autoridad le corresponde hacer campañas para que se consuman los productos locales, todo el año.
Don Isabel Roque remarcó su invitación a comer y comprar romeritos, para permitir que los campesinos conserven su parcela y haya empleo en el campo.
Argumentó que el precio del romerito no es alto, comparado con el de las comidas instantáneas con las que se le sustituyen, y si se consume, se aporta a la economía de los productores, recalcó el campesino.
Describió que la pequeña semilla del romerito dura entre 2 y 2 meses y medio en crecer, para ser comestible; para tener suficiente producto en temporada decembrina, se siembra en octubre, mientras que en enero o febrero se siembra lo que se venderá en Semana Santa.
Para que la producción de romeritos esté lista para la Cuaresma, la tierra tiene que alistarse, a mediados de enero.
El método de preparación consiste en remover la tierra, rastrear, barbechar, hacer surcos y encamellonar los bloques en los que se van a depositar las semillas.
“A mediados de enero, la tierra se mueve, se rastrea y después se barbecha, se hacen surcos y se vuelve a rastrear. Al terminar esto se encamellona: se tira la semilla, que es muy finita y de color negro rojizo, y se deposita de camellón en camellón.
Se les riega agua; después le damos un tiempo de ocho a 10 días para volver a dar otro riego, para que la semilla termine de tronar”, describió, al platicar que se riegan con agua tratada del Cerro de la Estrella, pero cada vez hay más problemas con este líquido.
“Aguanta más el romero más largo y grueso, para vender y que llegue fresco a los hogares”. El romerito se corta con una guadaña en su estado juvenil a los 60 o 70 días de sembrado; se enjuaga y se pone en costales para la venta.
El agricultor originario de San Andrés Mixquic dijo que durante la pandemia por el Covid-19, el problema al que se enfrentaron fueron los precios de sus legumbres, los insumos aumentaron, por ejemplo, los fertilizantes que compran en Mixquic y Tetelco, así como las plántulas de brócoli pasaron de 13 mil hasta 19 mil.
En su ejido, en media hectárea siembra cerca de 8 toneladas de romerito, donde trabajan 4 personas que le ayudan a cortarlos, con esta cosecha se ven beneficiadas 5 familias.
Con su guadaña en mano, cortando los romeritos que colocan en una camioneta, para luego llevarlo a enjuagar con agua limpia, Roque Balderas destacó que cuando comenzó la pandemia, a la gente se le encerró, “pero nosotros nunca dejamos de producir porque los campesinos dependen de sus siembras”.
El campesino de 67 años citó que en San Andrés Mixquic es el único Tláhuac que venden los romeritos, aunque saben que aún lo siembran en San Gregorio, Xochimilco, en Milpa Alta y otras alcaldías del sur de la capital.
En San Andrés Mixquic no hacen ninguna clase de feria para promover verduras o legumbres, el pueblo es muy conocido por sus festejos de Día de Muerto, confirmó.
CULTIVOS EN LA CIUDAD DE MÉXICO
Las principales comunidades productoras de romeritos en la capital son San Andrés Mixquic, San Nicolás Tetelco y San Juan Ixtayopan, en la delegación Tláhuac, y San Gregorio Atlapulco, en la demarcación de Xochimilco, en donde se estima obtendrán un valor comercial superior a los 45 millones de pesos por la venta de este tradicional alimento, informa el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de la Secretaría de Agricultura.
El romerito (Suaeda torreyana), un tipo de quelite, forma parte de la cocina tradicional mexicana. Para los aztecas era un tesoro culinario debido a su gran contenido nutritivo y la facilidad de conseguirlo antes del deshierbe de la milpa.
Es una planta con apariencia de arbusto de tallos y hojas verdes tiernas comestibles que crecen de manera espontánea o son cultivados en suelos salitrosos y forman parte de la variedad de los quelites.
Tienen un alto valor nutrimental, ya que se componen de Proteínas, aminoácidos, calcio, así como vitaminas A, B2, C, principalmente.
Preparado con mole y en torta de camarón o revoltijo —llamado así por la mezcla de ingredientes: papa, nopal, almendra, nuez, cacahuate, cebolla y ajo—, los romeritos son un platillo típico que se consume durante la cena de Navidad, Año Nuevo y en la semana de Cuaresma.
Su acompañamiento con otras hortalizas en platillos tradicionales ha propiciado que alrededor de 15 mil habitantes de áreas rurales de la CDMX, (Tláhuac, Xochimilco, Tlalpan, Milpa Alta, Álvaro Obregón y Magdalena Contreras) cultiven también acelga, apio, betabel, brócoli, calabacita, chilacayote, chile verde, cilantro, col, coliflor, espinaca, haba verde, lechuga, rábano, tomate verde y rojo, verdolaga, chícharo, elote, zanahoria, papa y nopal verdura.
Don Chabelo, quien vive en el pueblo de San Andrés Mixquic, dijo que la tierra “la siembra a medias”, con las personas que invierten en la cosecha.
Tanto los romeritos, brócoli, coliflor, lechugas, espinacas, acelgas son alimentos que los mexicanos han consumido por años, “sembrarlos ayuda a los productores y su economía, y nosotros ayudamos a los consumidores a comer alimentos sanos”.
El señor Roque Balderas, nacido en 1955, describió que en esta temporada, el romerito lo venden dos días antes de los viernes de cuaresma, se corta de miércoles para jueves.
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En esa visita que organizó la Secretaría de Agricultura, un grupo de agricultores de esa zona denunció la falta de agua en la zona para lograr mejores cosechas, lo que va afectar la producción de alimentos para la capital mexicana.
Según datos preliminares del SIAP, en el ciclo del año 2021, se tuvo una producción de 128 toneladas, de una superficie programada de 17.5 hectáreas con un rendimiento por hectárea de 7.31 toneladas, distribuidas en Tláhuac y Xochimilco.
Además, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), mencionó que para los agricultores de la Ciudad de México el romerito representa una fuente importante de ingresos económicos, alrededor de 9 millones de pesos por temporada.
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