La sensación de incertidumbre y desamparo que dejó el sismo en 2017 es la misma que comparten diversas empresas que perdieron su patrimonio, luego de aquel movimiento que también colapsó sus finanzas y la de las familias que dependían de estas.
Con una plantilla de alrededor de 200 trabajadores, Grupo Difusión Científica levanta poco a poco el vuelo después de aquel 19 de septiembre de hace seis años que los dejó sin sus oficinas, sumergidos en pérdidas materiales, deudas y nóminas por pagar.
También te puede interesar: Acusan damnificados del sismo y legisladores incumplimiento en reconstrucción de viviendas
A pesar de que el gobierno se negó a apoyar a las empresas para salir de la difícil situación, que también enfrentaron 22 mil 187 viviendas afectadas por el temblor en la Ciudad de México, Norma Montesdeoca, presidenta de Grupo Difusión Científica, no pierde la esperanza de que las autoridades del gobierno de la CDMX los escuchen y, con ello, puedan reconstruir sus oficinas.
Empresa sin reporte de pérdidas humanas, pero después perdió todo
El inmueble que compraron con el esfuerzo de años de trabajo y que continuaron pagando después del sismo, quedó con daños estructurales, “se averió, no se desplomó de inmediato, pero se fueron deteriorando cada vez más las estructuras de manera que, alrededor de 150 empleados en esa época estábamos dentro del inmueble, salimos todos primero pensando que solo era un susto”, comentó Norma para los lectores de LA PRENSA.
Dice que, “haber visto cómo colapsaba nuestro edificio que no cayó de inmediato, pero ver las escaleras que se iban abriendo”, estando en un quinto piso, es una impresión que no olvida fácilmente, a pesar de que ahora es un recuerdo lejano.
La mujer, ya entrada en los 70 años y con una vida activa como empresaria, tuvo como prioridad sacar adelante el negocio que sostiene a varias familias, pero la situación era complicada con un edificio al borde de los escombros.
A la pérdida del lugar de trabajo de más de 200 empleados, se le sumó todo lo que ya no pudieron recuperar, porque les fue negado el acceso por el riesgo latente, así que rescataron poco y le tuvieron que decir adiós a la inversión en equipo, contenido, inmobiliario, tecnología y material, que se acerca a los 20 millones de pesos.
La prioridad del grupo empresarial era pagar la nómina a tiempo, sabiendo la necesidad de sus trabajadores ante un suceso como el terremoto, pero la situación era compleja, porque a la lista de deudas se formó la demolición, para la que tampoco recibieron apoyo y tuvieron que pagar casi cuatro millones de pesos.
Si quieres recibir las noticias en tu Whatsapp, envía la palabra ALTA a este enlace
Pandemia sepultó ilusión de volver a empezar
Cuando la situación parecía tener un poco de rumbo, la pandemia los aventó contra las cuerdas, una vez más, “esperábamos alguna ayuda o algún apoyo del gobierno, que nunca se dio y, pues viene el Covid, y entonces hubo una depresión en cuanto a la economía, al tema de los libros que es nuestro fuerte, a la educación, pues sí, no nos hemos podido recuperar, porque pues porque a pesar que hacemos un esfuerzo enorme no tener un espacio físico siempre implica una pérdida”, comentó Norma.
“La pandemia no fue más que recrudecer una crisis de espacios, creo que lo que tenemos es una crisis de espacio, porque al no tener un espacio físico no podemos tener bodega, almacén control. Como empresario tienes que tener orden, pero haber perdido el edificio sí nos impacta económicamente, emocionalmente y no tenemos la seguridad, la certeza de dónde vamos a estar en unos días”, expresó.
En los años de complicación económica por la Covid-19, buscó apoyo de las instituciones bancarias, donde no encontró una prórroga para el pago de la hipoteca y, a pesar de eso, realizó esfuerzos para no prescindir de sus trabajadores, ni reducir salarios.
Sobre los esfuerzos que ha hecho, la empresaria comentó que hicieron “varios oficios, llamadas, acudimos, preguntamos, tocamos puertas, de hecho, yo misma acudí a las 4 de la mañana a las oficinas de Palacio Nacional (…), y después de hacer varias madrugadas (sic), nos dijeron fue que no aplicaba el apoyo de la Ciudad de México, más que a edificios habitacionales, no para oficinas o empresas”, narró Norma.
Consciente de que la vivienda es prioritaria para las familias, Montesdeoca sabe que el trabajo es vital para el sustento de las mismas, por lo que las empresas podrían contar con un poco de recursos del gobierno para quienes generan empleos.
No olvides seguirnos en Google Noticias para mantenerte informado
Bajo el lema del trabajo y esfuerzo que ha sacado a flote junto a sus hijos, la empresaria hace un llamado a las autoridades, pero también a otros empresarios que han tenido que pasar por el mismo camino, para buscar una reunión que les permita contar con algo de apoyo, ya que ni los bancos fueron solidarios, a pesar de su buen historial.
El sueño de Norma es volver a construir su empresa, que no solo representa el patrimonio de 35 años de trabajo, sino de la posibilidad de varias familias para llevar el sustento a sus hogares.
Síguenos en Facebook: La Prensa Oficial y en Twitter: @laprensaoem