Casi la mitad de las usuarias de los Centros de Transferencia Modal (CETRAM) en Pantitlán, Indios Verdes y Taxqueña percibe inseguridad y ocho de cada diez no saben cómo realizar una denuncia por acoso en el transporte público, afirmó Paula Soto Villagrán, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Una investigación efectuada en 2019 con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indicó que en las tres locaciones se registró “un comportamiento similar respecto de los actos que las mujeres refieren: en Pantitlán, 49 por ciento ha sido objeto de piropos obscenos y ofensivos”.
La especialista describe que en Indios Verdes, 40.8 por ciento y en Taxqueña 44.7 por ciento, sostuvo en la plática Una mirada de género a la movilidad cotidiana en la Ciudad de México, dentro del Ciclo de Conferencias 20-O: Miércoles en las ciencias sociales y humanidades.
Además, agregó, “casi tres de cada diez mencionaron que les han recargado el cuerpo con intenciones de carácter sexual y haber sentido miedo de sufrir un ataque de esta índole, lo cual resulta preocupante porque casi ocho de cada diez entrevistadas no saben cómo hacer la denuncia” correspondiente”.
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La profesora del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa citó que son tres nodos donde confluyen diversos medios –Metro, Tren Ligero, microbuses, camiones y taxis– en los que “los actos de violencia son casi los mismos. Los porcentajes se repiten y esa es una cuestión que hay que observar con mayor cuidado”.
La acusación efectiva es un tema complejo porque quien la lleva a cabo debe estar consciente de que es su derecho viajar segura y desplazarse sin importar el horario, cómo se vista o con quién se encuentra, ya que en la medida de esto se obtendrán mejores resultados, “pero también necesitamos funcionarios mucho más sensibles y conocedores de la situación, y de porqué es tan importante la denuncia, puesto que encontramos que los policías de los CETRAM son acosadores”.
Precisó que durante dos meses tuvo lugar la investigación de campo en los tres puntos, donde se aplicaron unas mil 200 encuestas en cada uno, mientras que en el Sistema de Transporte Colectivo Metro se utilizó una estrategia masiva con más de cuatro mil entrevistas para evaluar la separación de los vagones entre hombres y mujeres.
En el Metro se destinaron unas mil, en las que se acompañaba a la mujer durante el trayecto, además de que se hicieron etnografías en las líneas 1, 2 y 3 –una de cada estación– para ver si tenían las indicaciones del programa vigente entonces Viajemos seguras.
En algunos recorridos, ellas narraban aspectos de sitios inseguros e infraestructura que dificulta la accesibilidad; el trabajo entre funcionarios de los nodos es importante, sobre todo cuando hay articulación de distintos tipos de medios.
Expuso que fue útil conocer las circunstancias de quienes por razones laborales o de cuidado deben viajar con bultos, bolsos o mochilas; en Pantitlán, por ejemplo, circulan 1.5 millones de personas al día; en Indios Verdes 1.2 millones, y en Taxqueña alrededor de 900 mil antes de la pandemia del Covid-19.
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