El reúso del agua para uso y consumo humano es un reto que demanda la actualización del marco legal y normativo, una participación multidisciplinaria, así como soluciones científicas y tecnológicas innovadoras.
Mauricio Jessurun, presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), quien se pronunció por trabajar en un esquema de protección del agua de lluvia que se filtre para la recarga de los acuíferos.
Al respecto, el ingeniero químico Ignacio Castillo Escalante, consultor en ingeniería ambiental destacó que los procesos directos e indirectos de reúso de agua residual implica un control constante y estricto de calidad, así como actualizar el marco legal y normativo aplicable, reforzamiento de la vigilancia y cumplimiento de la normatividad.
Ante las abundantes lluvias recientes en la Zona Metropolitana del Valle de México, el ingeniero Castillo opinó que se busca que las precipitaciones sean las que recarguen los acuíferos, pero lo que hay en los sistemas de drenaje es una mezcla de aguas residuales y pluviales, y se han abandonado varios pozos de absorción que infiltraban exclusivamente aguas pluviales, por lo que se necesita trabajar en un esquema de protección del agua que se infiltre para la recarga de los acuíferos.
Durante el “Diálogo con ingenieros” realizado en el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) con la conferencia titulada: “El reúso del agua y el abastecimiento para uso y consumo humano”, el especialista explicó la diferencia entre aguas de reúso directo e indirecto para agua potable, siendo las primeras las aguas residuales tratadas agregadas directamente al sistema de agua potable (pipe to pipe); y las segundas, las aguas tratadas incorporadas primero a un cuerpo de agua o al subsuelo.
En su intervención, Mauricio Jessurun Solomou, presidente del Consejo Directivo del CICM, señaló que, “sin duda, el reúso del agua para uso consumo humano representa un reto significativo para la ingeniería civil mexicana, un reto que demanda la participación multidisciplinaria y la exploración paralela de soluciones innovadoras para promover el uso responsable del recurso e impulsar la tecnificación de la agricultura para consolidar la seguridad hídrica y alimentaria; modernizar y tecnificar la infraestructura existente y avanzar con una visión de sostenibilidad, responsabilidad social y resiliencia en todos los ámbitos del agua”.
Ignacio Castillo explicó que, actualmente se cuenta con cuatro normas oficiales: la NOM-127-SSA1-202, sobre agua para uso y consumo humano; y las NOM 014-CONAGUA-2003 y 015-CONAGUA-2007, sobre recarga artificial de acuíferos con agua tratada y sobre infiltración artificial de agua a los acuíferos, las cuales deben cumplir con la primera mencionada.
Máximos permisibles
También está la NOM-003-ECOL-1997, que establece los límites máximos permisibles de contaminantes para las aguas residuales tratadas que se usen en el servicio público. Sin embargo, no se cuenta con una norma oficial mexicana específica para el reúso de agua residual tratada para consumo humano.
Como retos sobre el reúso del agua, Ignacio Castillo enumeró los siguientes: necesaria la actualización del marco legal y normativo aplicable al reúso del agua residual; contar con un plan de ciencia, tecnología e innovación en proyectos de agua, saneamiento y reúso.
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Además, se debe incluir la medición de la cantidad y la calidad de las agua residuales; elaborar un diagnóstico de la calidad del agua actual en las fuentes de abastecimiento del recurso a la población y de las descargas de las aguas residuales municipales; proporcionar a los habitantes agua para uso y consumo humano que cumpla con la normatividad y tratar las aguas residuales; resolver problemas financieros del sector del agua potable que permitan su necesaria modernización y desarrollo de esquemas de comunicación con la sociedad sobre la aplicación de proyectos de reúso de agua residual tratada para consumo humano.
El ingeniero Castillo indicó que el agua residual tratada para su reúso como agua potable, indirecto o directo, puede ser una fuente complementaria para abastecimiento público; “son proyectos que deben ser robustos, redundantes y resilientes con el fin de asegurar la salud de la población por su ingesta”.
“El control de calidad del agua residual tratada para el uso y consumo humano es básico para generar confianza al usuario; la coordinación institucional entre el prestador de servicios y autoridades del agua y de salud es muy importante en la implantación de sistemas de vigilancia, y se debe tener clara la responsabilidad que implica un proyecto de esta naturaleza y contar con los soportes económicos, humanos, tecnológicos, operativos y de comunicación que implican”, apuntó.
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