En esta época decembrina, no podrían faltar los artesanos que han heredado el oficio de la restauración. No importando género, hombres y mujeres nos muestran sus habilidades para detallar finamente las piezas de Niños Dios que vendrán a adorar el 2 de febrero, Día de la Candelaria.
Aunque falta más de un mes, las familias de Xochimilco y otras alcaldías ya reparan sus imágenes.
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Y así, entre el polvo de yeso, astillas de madera, pasta seca, resina chorreada, fibra de vidrio trozada y olor a pintura, destaca un Niño Dios roto, el cual, en unas horas tiene otro semblante, irradia vida, con cara tersa y sus ojos que miran con cariño a los feligreses, lista para venerarse, obra restaurada por César Bautista, quien desde hace más de 30 años se dedica a este oficio.
Comenta que a vísperas de festejar el Día de la Candelaria, la tarea de los restauradores se incrementa. Deben “cobran lo justo”, ya que si intentan abusar con los costos del servicio el yeso o la pintura que colocan, “nada más no pega o la reparación no queda”, afirma.
Asimismo, los clientes saben que no deben regatear el precio, “pues si lo hacen”, cuando reciben su imagen muestra un rostro triste, pero si no regatean el rostro irradia luz, se ven vivas, afirma Miriam Alquicira, oriunda de Santa Cruz.
El restaurador César Bautista, afirma que antes de iniciar una reparación, la tienen que hacer con fe, paciencia y dedicación. “pues de lo contrario, por muy sencilla que parezca no queda”.
Recuerda que por estas fechas comienza la temporada de mayor demanda, pues los feligreses acuden con imágenes de la Virgen de Guadalupe o de Niños Dios para que sean restauradas por las manos diestras de don César quien cuenta que el elemento principal del éxito en su trabajo, “es la fe”.
"En ocasiones las imágenes no se dejan reparar; el yeso se despega, incluso hasta amanecen sucias o rasguñadas. Antes de iniciar con la restauración hay que hablar con ellas, decirles que van a quedar bellos", comenta.
Oriundo del pueblo de San Lucas, Xochimilco, señala que su padre le heredó el oficio desde que él tenía sólo 14 años. Hoy, esta profesión también se la transmite a su hijo y esposa. Esta labor la intercaló con sus estudios, pues además de restaurar es licenciado en Derecho.
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César repara con paciencia y esmero, todo tipo de piezas elaboradas con: yeso, madera, pasta, resina y fibra de vidrio, principalmente. Su trabajo y espero lo respaldan y le han dado fama en la comunidad, pues incluso le han solicitado para restaurar piezas religiosas ubicadas en parroquias de Xochimilco.
El taller de don César se encuentra actualmente en la romería del Centro Histórico de Xochimilco en donde ya es conocido y además ofrece otros productos como esferas, escarchas, series de luces y mucho más.
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