La cruz sobre sus hombros es la imagen que le hacía ilusión desde la infancia a Christopher Gómez Hernández, quien acudía cada año a la representación del viacrucis en su natal Iztapalapa, acompañado por sus hermanos y padres. En esta ocasión él fue el elegido para esta representación con tradición de 181 años.
Este atleta de alto rendimiento, estudiante del quinto semestre de la carrera de Derecho, empleado como entrenador deportivo de 22 años de edad, tuvo que superar a 13 aspirantes en las pruebas y requisitos estipulados para representar la pasión de Cristo.
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“Yo quedé seleccionado con 18 votos y pues, ese día, 14 de enero, quedo electo con el papel de Jesús de Nazaret. Tuve ganas de llorar, es un sueño, tuve entusiasmo, muchos nervios por el compromiso que me acababa de echar encima”, dijo Christopher a La Prensa.
Para él, se trata de una “bendición colectiva, que es compartida con toda la familia, y pues todos quieren ayudar, todos quieren poner su granito de arena y eso es muy emocionante”, y asegura que es una oportunidad de compartir el entendimiento a Jesús y su mensaje.
Una ilusión familiar
En entrevista comparte que su vínculo espiritual no fue más grande desde aquella noticia, ya que antes de representarlo “ya vives en Jesús. Los tiempos de Dios son perfectos, hace un año salí de nazareno y sería como menospreciar un papel, pero la conexión es distinta, pero sí es muy hermosa, yo siempre he estado en contacto con él”, dijo Christopher.
A él, como el hijo de en medio, le tocó representar a Jesús, pero su hermana menor salió de Soledad y el mayor de nazareno, quien le da consejos basado en otras representaciones para representar bien el papel que se le ha encomendado.
La emoción y los nervios lo motivan todos los días para salir a entrenar en el Cerro de la Estrella, donde hacen oración antes de comenzar la rutina física, una de las más fuertes que tendrá que vivir como parte del recorrido que cada seleccionado ha tenido que cumplir.
Y es que el sol, el cansancio, el tumulto y los más de 90 kilos de madera sobre su espalda, son factores que tendrá que superar momento a momento, por lo que entrena dos horas diarias a partir de las 15:00 horas, “para acoplarnos al tiempo, al clima y adaptarnos (…), es una hora de subir con un tronco hasta la punta del Cerro y después bajarlo”, dice Gómez.
Con una sonrisa discreta que revela su felicidad, el joven platica de su entrenamiento físico de lunes a viernes, ya que los sábados y domingos se los dedican al repaso de los parlamentos en los ensayos, acuden a misa, en una convivencia con el resto de los participantes
Meses de preparación
El chico de 1.90 de estatura, dice que tiene que cuidar bastante su alimentación para dar su mejor rendimiento, por lo que consume “bastantes carbohidratos, pasta, sopa, y no como nada empaquetado, no tomo refresco, me mantengo igual con pura agua, trato de hidratarme muy bien, trato de comer lo mejor posible para ese día estar más fuerte que nunca”.
Desde que fue elegido, la convivencia con su familia ha crecido, ya que todos se han unido más para apoyarlo en un papel que les genera ilusión y mucho orgullo, incluso sus amigos y compañeros de la universidad se emocionan al conocer el proceso que vive o las entrevista en las que aparece para narrar su proceso.
Una de las principales motivaciones, es inspirar a otros niños, que por medio de él, puedan despertar la emoción de “vivir en Cristo” y que sepan que los sueños se pueden cumplir, “soy un claro ejemplo, un testigo de fe, de un milagro, y que todos podemos representar el papel de Jesús, el que persevera alcanza y los tiempos de Dios son perfectos”, expresó.
Agradecimiento ante todo
Para el señor José Luis Gómez, padre de Chris, como le llegan a decir de cariño, el agradecimiento prevalece ante todo, “y con mucho compromiso y responsabilidad”, comentó para los lectores de este diario.
Se siente muy orgulloso de su hijo en especial en estos tiempos donde considera que los valores de los jóvenes han cambiado, “de hecho de lo que se trata es de motivar a los jóvenes a precisamente regresar a la fe, regresar a la creencia, en este caso a Cristo”, explicó.
Respecto a la representación de su hijo, comenta que no se lo veían venir a pesar de que se postuló como candidato, “realmente siendo sinceros no la espera, si fue un mar de emociones encontradas, o sea, es un poquito difícil expresar lo que se siente, una felicidad inmensa, una alegría, una emoción, un compromiso, es una mezcla de emociones muy, muy grande”, dijo.
A días de celebrarse esta representación, pide a la gente que sume y “den un voto de confianza, un voto de fe, de esperanza para la humanidad, la fe en Cristo y poder encontrarse con él en esos momentos”, expresó el hombre quien, como su esposa, es empleado del gobierno.
Para la familia Gómez Hernández, no solo es la oportunidad de Dios para protagonizar la Pasión de Cristo, sino de llevar el mensaje a la población, a que recuperen su fe y conecten con Jesús, más allá de la Semana Santa
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