Los repartidores de aplicaciones digitales (delivery) subsisten en condiciones precarias, en promedio ganan 2,085 pesos por semana, incluyendo sus gastos de trabajo, lo que equivaldría a 53 pesos promedio por hora trabajada; ingresos que se encuentran por debajo del salario promedio en la CDMX; sin seguridad social ni prestaciones de ley y con varios riesgos durante su labor de entrega.
Cada semana entre 12 y 14 repartidores sufren algún percance en las calles; son atacados por delincuentes, acoso de parte de clientes y cuentan con nulo poder de negociación con las empresas. De marzo del 2020 a la fecha, han fallecido 59 repartidores por accidentes de tránsito en la vía pública.
Si bien solicitan tener Seguridad Social, demandan que se catalogue como un trabajo de alto riesgo, ya que andar en moto o bicicleta es un gran riesgo en la Ciudad de México, su zona Metropolitana y otras capitales del país.
Así lo comentan las organizaciones Ni Un Repartidor Menos y la Unión Repas, la Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación, (UNTA) en sus redes sociales y entrevistas a personas repartidoras en la Ciudad de México.
Es común ver en muchas zonas de la ciudad grupos de hombres y mujeres jóvenes en moto o bicicleta con una gran mochila en la espalda, son trabajadores del servicio de reparto que llegaron para quedarse, y por la pandemia del Covid 19, la falta de empleo, aumentaron casi 100%, de acuerdo a las plataformas Uber eats, Didi Food, Rappi, Cornershop y Jokr.
Son más de 50 mil personas que no son reconocidas como trabajadores en la Ciudad de México. Aunque no se tienen cifras exactas del número de repartidores hay un cálculo de 350 mil a nivel nacional.
Las plataformas llaman a sus repartidores “colaboradores” o “socios” para evadir su responsabilidad como empresa; cobran sueldo semanal dependiendo el número de pedidos que hagan, con una tarifa mínima. El 40% de ellos son menores de 25 años.
Ello también lo confirma el estudio realizado por Oxfam “Este futuro no aplica” que menciona que trabajan más de 46 horas, ante la falta de opciones de empleo en el país, sin un seguro médico, acoso y discriminación al realizar su trabajo.
El vocero de Ni Un Repartidor Menos, Saúl Gómez, reiteró que las personas repartidoras son un sector muy precarizado, “ganamos poco, pese a las jornadas de hasta 10 o 12 horas diarias.
Según el reporte “Este futuro no Applica”, si su única fuente de ingreso proviniera de ese empleo, el 55% de los trabajadores no contaría con los ingresos suficientes “para satisfacer sus necesidades básicas y las de sus dependientes”.
No convencen Reforma Laboral para ser reconocidos como trabajadores
Grupos de repartidores de plataformas califican como poco efectivo el desempeño de la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo local, en la iniciativa de reformar la Ley Federal del Trabajo, para que a choferes, como repartidores de Uber, Didi, Rappi sean reconocidos como trabajadores, con acceso a seguro social, vacaciones y aguinaldo.
El pasado 14 de enero, en la STyFE se reunieron representantes de los siguientes colectivos: Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación, Unión de Repas, Unión Nacional de Trabajadores Digitales, Unión de Repas, Deliverlibres, Sindicato Independiente de Repartidores por Aplicación, Observatorio Ciudadano de Trabajadores por Aplicación, entre otras.
En días pasados, tanto los integrantes de la Unión de Repas y Ni un repartidor menos, entre otros, se iban a reunir con la Secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, para buscar construir una ley que les de mejores condiciones para este grupo de trabajadores, la cual sería paralela a la del gobierno local.
Sin embargo, a las dos organizaciones no las recibieron juntas, informó a La Prensa, la abogada laboral, Adriana Guerrero Olea, representante de Unión Repas.
Alfredo García, de la Unión de Repas considera que está hecha al vapor, porque no abarca lo que requieren como trabajadores. Dijo que “la ley Sheinbaum es una copia de la Ley Rider de España”. Tiene muchas fallas y sólo hará que haya más despidos, disminuyan sus ingresos y su flexibilidad, y hará que más aplicaciones se vayan del país.
García expuso que como la propone Rodríguez Díaz de León, no es conveniente, porque varios de ellos trabajan en 4 aplicaciones, o mínimo en dos y no les conviene firmar un contrato colectivo con una sola App, ya que tendrán que cumplir un horario, tendrá hora de entrada y menos ingresos.
Lo más importante es que para esta legislación se conozca su trabajo como de alto riesgo y se tome en cuenta la opinión de las diversas organizaciones como son: Deliverlibres, Unión de Repas, Ni un repartidor Menos y 30 más.
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“Están estancados con la STyFE… “no hay propuestas y todo ha sido una burla”. Y aclara que la Ley Sheinbaum es un arma de doble filo. Ya se tendrán que dar de alta en Hacienda, en el SAT, pagar contribuciones que no pagaban…”no les van a dar para pagar impuestos, porque las aplicaciones no generan tanto'', dice la abogada Adriana Guerrero.
Sergio Guerrero de la Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación (UNTA) externaron su beneplácito porque la STPS retome el tema laboral que está trabajando la STyFE, donde hicieron una serie de propuestas como conservar la flexibilidad de horario, pago por hora, comisiones por viaje, entre otras propuestas para la regulación del trabajo a través de plataformas digitales con la finalidad de que sea representativa de la necesidades del gremio.
La UNTA manifiesta que continuarán saliendo a las calles para crear conciencia de clase entre los trabajadores por aplicación.
Todas las agrupaciones y colectivos buscan ser reconocidas como personas trabajadoras y la mejora de sus condiciones de trabajo.
En el Congreso Local hay otra iniciativa para repartidores que promueve el PRD para que tengan acceso a un seguro médico y contra accidentes, ya que las empresas los ponen como ‘socios’ pero no tienen ninguna garantía”, afirma el diputado local Jorge Gaviño.
PLATAFORMAS, BENEFICIA A EMPRESARIOS
El Informe de Oxfam México, revela que en el negocio de las plataformas, existe un lado oscuro en este negocio, donde los beneficios económicos no se distribuyen de manera equitativa entre las partes que conforman el ecosistema de la economía digital.
Exhibe que el negocio de la entrega de comida produce millones de dólares en el país, mientras que “las condiciones laborales de las personas repartidoras son precarias”.
Además, de ser una opción de empleo generada por el crecimiento de este tipo de economía, muchas personas repartidoras y los mismos Gobiernos nacionales viven con incertidumbre ante un modelo de negocio que puede generar mayor precariedad laboral y dificulta su regulación.
En general, las aplicaciones cobran el costo del envío, el cual varía entre ellas: Uber Eats, entre 19 y 25 pesos; Rappi, 14-45 pesos (Finerio, 2020); Didi, 0-35 pesos; Cornershop, 39-99 pesos; y en el caso de Jokr el envío es gratuito. La variación depende de la distancia entre el restaurante y el punto de entrega.
A nivel nacional, existen alrededor de 21 millones de personas que realizaron compras por internet durante el último año, de las cuales el 23.9 % se encuentra en la Zona Metropolitana del Valle de México (14 % en el Estado de México y 9.9 % en la Ciudad de México), citó Oxfam.
De ellas, 6 808 000 dijeron haber realizado al menos una compra de alimentos y bebidas por internet durante el último año, de las cuales 1 964 000 se hicieron en la Zona Metropolitana, es decir, el 28.8 % (INEGI, 2020).
En la Ciudad de México hay alrededor de 6 629 000 personas que cuentan con un teléfono celular inteligente, de las cuales 1 828 000 utilizan estas aplicaciones; mientras que en el Estado de México hay aproximadamente 12 795 000 personas con teléfono inteligente, de las cuales 3 496 000 utilizan estas aplicaciones.
Entre ambas entidades, los usuarios de estas aplicaciones representan un 25 % del total nacional (INEGI, 2020). Es decir, 25 de cada 100 personas que utilizan estas aplicaciones se encuentran en la Zona Metropolitana del Valle de México, lo cual representa alrededor de 5 325 000 consumidores en esta zona.
Aunque los restaurantes han aprovechado las plataformas de entrega para diversificarse en un contexto difícil de pandemia, los altos cargos que cobran las aplicaciones y la presión sobre su capacidad de producción han traído nuevos retos y recortan sus márgenes de ganancias.
Como muchas personas que se quedaron sin empleo o redujeron sus ingresos por la pandemia, han encontrado en este sector una fuente de ingresos que ha ayudado a profundizar la ya precaria situación del mercado laboral, señaló Guerrero Oléa.
Las aplicaciones ofrecen flexibilidad y permiten elegir las horas de trabajo de cada persona repartidora, la falta de protección social y reconocimiento de derechos laborales hace que tengan horarios largos, un alto riesgo de sufrir accidentes y discriminación por parte de diferentes actores del entorno donde trabajan.
El 54% de las personas encuestadas consideró “importante” o “muy importante” la necesidad de mejoras laborales como dar algún tipo de seguridad social como seguros médicos o de vida.
El 48% de los encuestados consideró que se deben dar prestaciones de ley y el 47% que deben mejorar las comisiones o propinas, resaltó la organización en su reporte
Las personas repartidoras pagan entre 1.1% y 6.8% más de impuestos que los grandes sectores económicos en México, pero su contribución tributaria “no les ha dado beneficios”.
“Además del pago de impuestos, han tenido que recurrir al pago de un contador que les brinde una asesoría para poder realizar correctamente su declaración”, destacó la organización en su informe.
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